Después de los 40 - Un Acuerdo Nada Convencional!!!

Samantha

Salimos de la mano llamando mucho la atención. Bryan es un hombre guapo, elegante, educado, influyente e irradia poder por donde pasa. Y del tipo que, si desea intimidar a alguien con las palabras, la postura y la mirada, lo intimida sin duda alguna.

Siempre con sus trajes impecables y admito que le quedan genial.

Bryan

Salimos de la mano y, como imaginé, todos los que nos cruzamos por el camino se quedaron perplejos y eso me gustó mucho.

Sé exactamente adónde la voy a llevar, mi antiguo guardia de seguridad abrió un restaurante con su esposa hace unos meses y, a veces, voy; es un ambiente mucho más sencillo de lo que suelo frecuentar, pero la comida es excelente, además de la limpieza, que valoro mucho.

Samantha

Bryam me pide que deje el coche allí y que vayamos solo con el que él lleva, por mí, sin problema.

Vamos en dirección a un barrio de clase media o, podría decir, bajo en comparación con el de Bryan, para en un restaurante ¡y está bastante lleno!

Me encantó, me siento bien en lugares más sencillos, sin muchos cubiertos, vasos y primero un plato, luego otro y así sucesivamente...

Bryan: Espero que te guste.

Samantha: ¡Ya me gusta!

Bryan: Es muy sencillo, pero limpio y la comida es muy buena.

Samantha: Eso es lo que importa, ahora sinceramente nunca imaginé que frecuentaras un lugar así.

Bryan: No voy a mentir, realmente solo vengo aquí porque es de un antiguo guardia de seguridad mío, por el que siento mucha simpatía.

Samantha: Entiendo.

Bryan: Las carnes a la parrilla que hacen son muy sabrosas.

Siguen conversando, al poco rato el camarero los atiende.

Mientras esperaban

Bryan: ¿Fuiste a ver las salas?

Samantha: Sí, fui.

Bryan: ¿Te gustó alguna?

Samantha: Me gustó, ella habla de dónde estaba y explica cómo es.

Bryan: Cerca de mi oficina, eso está bien. ¿La alquilaste?

Samantha: Entonces, si el propietario acepta poner una piscina, la alquilaré.

Bryan pensando con seguridad

Bryan sonrió: Creo que aceptará.

Samantha: Espero que sí, realmente sería perfecta esa sala, tanto por la ubicación como por el tamaño.

Bryan: Saldrá bien.

Samantha: Si no es así, buscaré otra.

Bryan: Sí, me gusta esa forma de ver las cosas que tienes, no te rindes ni te desanimas.

Samantha: A veces me desanimo, pero ¿rendirme? No, eso no forma parte de mi vocabulario ni de mi vida.

Bryan: Siempre sorprendiéndome.

Samantha: Cuando llegué a tu oficina vi que estabas muy pensativo.

Bryan: Hay un caso que me está dando dolor de cabeza, pero nada que no pueda resolver.

Samantha: ¿Cuál es, Bryan? Compártelo conmigo, no entiendo nada, pero quién sabe, contándome me ayudas y luego puedes confiar en mí.

Bryan: No sé lo que ella tiene que confío en ella y nunca, pero nunca hablo de mis casos, ni siquiera con mis amigos más íntimos, ¡no hablo!

Solo que con ella, ¡M*erda, cuando me doy cuenta ya se lo estoy contando y eso nunca me había pasado en la vida!

Bryan: Es que hay mucha gente involucrada y va contando...

Samantha

Llega la comida y nos ponemos a comer y a charlar, Bryan me estaba contando y me pareció superinteresante su trabajo, por no hablar de que es muy inteligente, mucho más de lo que imaginaba.

Claro que a veces le hago parar y explicarme el significado de algunas palabras que suele decir y que no forman parte de mi realidad: palabras de su profesión y algunas muy formales. Lo bueno es que aprendo muy rápido.

Samantha: Mira, Bryan, sinceramente no entiendo tu área, pero mirando desde fuera, desde mi punto de vista, yo diría que analizara la distracción.

Bryan: ¿Distracción? ¿Cómo?

Samantha: Por lo que he entendido, es como un gran rompecabezas o proyecto que necesita una planificación para ser ejecutado.

Bryan: Correcto.

Samantha: Y siempre hay una distracción, lo que parece ser más no lo es, lo que nos desvía del problema real.

Bryan pensando ¡Wow! Es inteligente y tiene razón! Existe de verdad y claro! ¿Cómo no he pensado en eso antes?

Bryan sonriendo: Tienes razón, y no te imaginas lo que me has ayudado.

Samantha sonriendo: Me alegro de haberte podido ayudar.

Samantha

Terminamos de almorzar, que fue muy agradable, hablamos bastante y por primera vez comentó conmigo sobre su trabajo.

Regresamos a su oficina, de allí salió directo a por el equipo para el gimnasio.

Bryan

Llegamos a la oficina, ella cogió el coche y fue a por las cosas del gimnasio y yo estoy deseando volver a hacer el análisis y con la pista que me ha dado, que puede ser la solución.

Después llamaré a Leo, compraré la sala y le diré que ponga la piscina como ella quiera.