La vida de Valeria da un giro inesperado cuando descubre la infidelidad de su novio, Alex. Desolada y herida, decide marcharse sin decir una palabra, buscando refugio en la casa de su amiga. Alex, al darse cuenta de su ausencia, se embarca en una búsqueda frenética para encontrarla, convencido de que puede reparar su relación. Sin embargo, su mejor amiga, Claudia, está decidida a proteger a Valeria del dolor que su ex le ha causado y se niega a revelar su paradero.
A medida que Alex se enfrenta a obstáculos y a la interferencia de su amante, Valeria comienza a redescubrirse y a sanar. Pero cuando el amor verdadero está en juego, las decisiones del pasado pueden amenazar el futuro.
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Capitulo 10: Los caminos que se separan
Valeria miraba por la ventana, observando cómo las luces de la ciudad parpadeaban a lo lejos, reflejando el caos interno que llevaba días tratando de entender. Después de todo lo que había vivido con Alex, la idea de un nuevo comienzo empezaba a cobrar más fuerza en su mente.¿Sería posible seguir adelante sin él? ¿Y si lo intentaba por su propio bienestar?
Claudia se sentó a su lado, en silencio, permitiendo que Valeria procesara sus pensamientos.Sabía que cualquier decisión que tomara sería dolorosa, pero también necesaria. La traición de Alex había cambiado todo, y aunque había momentos de duda, Valeria sentía que la posibilidad de reconstruirse sin él comenzaba a parecer más real.
__A veces lo mejor que puedes hacer es elegirte a ti misma,—dijo Claudia suavemente, como si leyera sus pensamientos.
Valeria suspiró, sintiendo cómo sus emociones chocaban entre el amor que aún le quedaba por Alex y la necesidad de curar sus propias heridas. Había compartido tanto con él: risas, sueños, momentos en los que pensaron que su amor era indestructible. Pero ahora... todo parecía parte de un pasado lejano, casi irreconocible.
—¿Y si me estoy rindiendo demasiado pronto?—preguntó Valeria, con la mirada perdida.
Claudia negó con la cabeza.
—No es rendirse. Es tener el valor de soltar lo que ya no te hace bien. Alex tendrá que encontrar su propio camino, pero eso no significa que tú tengas que seguir el mismo.
Mientras tanto, en otro rincón de la ciudad, Alex recorría las calles como un fantasma,buscando respuestas que no encontraba. Cada esquina le recordaba a Valeria, y el peso de su ausencia se sentía cada vez más insoportable. Se sentía atrapado en una búsqueda desesperada, como si encontrarla fuera la única manera de redimir su vida. Pero, a pesar de todo su esfuerzo, sabía que algo había cambiado.
—¿Dónde estás, Valeria? —susurró para sí mismo, con una mezcla de desesperación y culpa.
Por más que intentara encontrarla, Alex comenzaba a sentir que los caminos que alguna vez compartieron se estaban separando de manera irremediable.
Valeria seguía debatiéndose entre los recuerdos y el presente. Cada vez que pensaba en Alex, sentía una mezcla de nostalgia y dolor. Había compartido tanto con él, que la idea de dejarlo atrás la asustaba, pero sabía que quedarse atrapada en ese ciclo solo la hundiría más.
—Es tan difícil, Claudia.—Valeria se pasó una mano por el cabello, intentando calmar el caos en su mente—. A veces, siento que si solo pudiera hablar con él, podría arreglarlo todo. Pero luego recuerdo lo que hizo y... no sé si puedo perdonarlo.
Claudia la miró con comprensión, sin juzgarla.
—Es natural sentirte así, Vale. Pero recuerda que no tienes que tomar una decisión ahora mismo. Tómate tu tiempo, descubre qué es lo que realmente quieres, sin presiones.
Mientras Valeria intentaba encontrar claridad, Alex seguía sumido en su búsqueda.Había recorrido los lugares que solían frecuentar juntos, preguntado a conocidos, e incluso había vuelto a la casa donde vivían, pero todo parecía vacío sin ella.
En su desesperación, Alex decidió ir al último lugar donde la había visto feliz: un pequeño café donde solían tomar café los domingos por la mañana. Quizás, si regresaba allí, encontraría alguna señal, algún rastro de ella.
**Cuando llegó, el ambiente era el mismo, pero Valeria no estaba.** Se sentó en una mesa en la esquina, con las manos en la cabeza, sintiéndose más perdido que nunca.
—La he perdido... —murmuró para sí mismo, mientras los recuerdos de Valeria llenaban su mente.
En ese mismo momento, Valeria daba un paso más hacia su nuevo comienzo. Empezaba a considerar la posibilidad de mudarse, cambiar de trabajo, empezar de cero en otro lugar. La idea le daba miedo, pero también la liberaba de la opresión que había sentido en las últimas semanas.
Ambos estaban en caminos diferentes, y aunque Alex no quería aceptarlo, sabía que cada día que pasaba, la distancia entre ellos se hacía más grande.