Por miedo, Ana Clara Ferreira acepta una propuesta para ir a trabajar a Italia junto a su mejor amiga, Viviane Matoso. Pero, por accidente, termina convirtiéndose en la niñera de la hija del mafioso más temido de Italia.
Mateo Castelazzo, el Don de la mafia italiana, se divide entre atender sus negocios, la organización y cuidar de su traviesa hija Isabela.
Pero todo cambia después de un accidente…
NovelToon tiene autorización de Quel Santos para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 18
Mateo:
– ¡Dame un hermanito!
Bela pide y Ana me mira asustada.
– Bela, es muy pronto para que hablemos de hermanito. Solo vamos a pensar en eso después de que mamá pase por la iglesia con un vestido blanco y tú al frente con otro aún más bonito, llegando hasta el papa para que el cura nos bendiga.
– ¿Pero algún día voy a tener un hermanito?
– Hummmm, déjame pensar...
La jalo para que se acueste en el césped junto con nosotros y le hago cosquillas.
– Un día tal vez, no sé si mi corazón tiene espacio para más amor.
– ¡Sí tiene, papá! Tu corazón es grandote, zote, zote así, ¡oh!
Ella va haciendo con las manos un tamaño bien grande.
– Para, Mateo, no la pongas triste.
– Está bien, princesa, más adelante papá te da un hermanito. Claro, si mamá quiere darte también, no depende solo de papá.
– ¿Por qué?
Ana se pone roja.
– ¿Cómo crees que llegan los hermanitos?
– ¡Vi en el libro que la cigüeña los trae!
– Jajaja, ¡es una cigüeña bien grande!
Ana me da un golpe en el brazo.
– Pero no es verdad, la cigüeña es grande o no, ¿Ana?
– Para con eso, Mateo, vamos a cambiar de tema.
– Hija, la cigüeña trae la semilla y la pone en la barriga de la madre y el hermanito nace.
Ana se cubre el rostro con las manos.
– ¡Mamá, vamos a pedirle a la cigüeña que traiga la semilla pronto!
– Todavía no, hija, papá ya dijo que hay que esperar a que mamá entre con el vestido de novia en la iglesia después. Papá y mamá vamos a viajar y conversar bien de cerca con la cigüeña para que traiga la semilla que va a hacer crecer a tu hermanito.
Yo me reía y Ana no sabía dónde meter la cara de vergüenza.
– Está bien entonces, ¿cuándo mamá va a entrar en la iglesia con el vestido? ¿Podemos ir mañana?
– No, hija, papá tiene que preparar una gran fiesta para decir que mamá y papá se van a casar, y después preparar otra fiesta para celebrar la boda.
– ¿Voy a tener que esperar todo eso para tener un hermanito?
Ana, que ya se había recuperado, dice:
– Y aún vas a tener que esperar mucho más hasta que esté listo.
– ¿Demora mucho en estar listo?
– De un cumpleaños hasta otro, más o menos.
– ¡Ah, pero eso es mucho tiempo! ¡Hasta entonces yo voy a estar viejita y no voy a poder jugar más con él!
Nos reímos aún más.
– No seas tan exagerada, Bela, vas a tener a tu hermanito y vas a poder jugar mucho tiempo con él.
Volvimos a casa para merendar y Bela fue a tomar un baño y a dormir la siesta, mientras yo me senté en el sofá y Ana se acostó en mi pecho. Estuve acariciando sus cabellos, imaginando que hace pocos instantes no quería ni confesar mis sentimientos, y ahora digo que no sé vivir sin esta mujer. Quiero darle el mundo, pero tengo que preocuparme por la seguridad tanto de ella como de Bela. Estamos tras la pista del maldito que chocó mi auto y casi le quita la vida a mi hija, mientras Paola está investigando la vida del maldito del padrastro de ella. Protegeré a las mujeres de mi vida, haré todo para que nada malo les suceda, y tengo que esforzarme más hasta que Ana diga que no sabe vivir sin mí y solo ahí voy a tener que contar lo que realmente hago y que ese empresario famoso es solo una fachada para esconder quién realmente soy.
Pero somos interrumpidos por Paola que llega.
– ¿Cómo están las cosas por aquí? Tengo algunas novedades para contarte, hermano, sobre ese asunto que me pediste investigar.
– Las cosas aquí estaban bien hasta que llegaste con esa noticia.
– Bienvenida, Señora Paola. No le hagas caso, que él está muy gracioso hoy.
– Mi hermano graciosito, estoy pagando para ver. Y no necesitas llamarme señora, Ana, eres mi cuñada, puedes llamarme solo Paola. ¿Y qué te parecen las clases de artes marciales? ¿Ya pensaste en la idea?
– Puede ser, entrenamos en la sala de ballet de Bela. Bueno, sé que ustedes deben tener asuntos de trabajo, ya que este hombre aquí no está trabajando bien desde que comenzó nuestro noviazgo.
Ana se levanta y va para el cuarto, entonces yo sigo para el escritorio con Paola.
– Entonces, ¿qué descubriste?
– El maldito del padrastro de ella interceptó una carta de Viviane para la madre, y simplemente vendió el auto, renunció al trabajo y está viniendo para acá. Si él no ha llegado aún, ella no puede estar sola. Para que él esté viniendo para acá significa que está realmente obsesionado con ella.
– Que se atreva a acercarse a mi mujer, haré que se arrepienta amargamente por haberla mirado, eso tenlo por seguro.
– Continuaremos en alerta y Marco ya avisó que Gael aún está tras pistas sobre el conductor del auto que chocó a Bela, vamos a descubrir quién intentó matar a tu hija.
– A ese desgraciado me encargaré de torturarlo, aunque las consecuencias del accidente hayan sido buenas para mí, él va a pagar con su propia vida por haber obedecido al mandante. ¿Todos aquí en este país saben bien quién soy y aún se atreven a enfrentarme? Porque no tienen amor a la vida.
– ¡Pero yo también quiero ayudar en la tortura! ¡No pienses que vas a hacer eso solo! Si mi muñequita no estuviera aquí con nosotros, no sé qué sería de mí.
– ¿Por qué no le das un hijo a Marco? Bela se metió en la cabeza que quiere un hermanito, si ella gana un primito ya va a tranquilizarse un poco y da tiempo de que nosotros planeemos un hijo, ya que ni siquiera hemos hablado de eso.
– Jajaja, esta mi sobrina siempre atropellando las cosas...