En Esta Vida No Moriré

En el coche sonreí cuando ví que Flora no logro lo que quería, esto haría que el conde mueva sus piezas para perjudicar mi posición de algún modo.

Mi abuelito tenía los ojos cerrados, parecía muy cansado físicamente, me iba a ocupar de lo que fuera le estuviera pasando:

- ¿Por qué el duque está así?_ preguntó Adam, por un momento me olvidé que viaja con él

- Sospecho del conde, él quiere que yo herede el titulo de mi abuelito_ fui sincera

Antes no hablaba con nadie sobre mi abuelito y de que se encontraba enfermo, además jamás sospeche que mi padre estuviera detrás de su enfermedad, ahora es diferente.

- ¡¿Estás sugiriendo que el abuelo Marsell está siendo envenenado?!_ dijo atónito

- Ahora que sé quien eres y que puedo confiar en que no lo dirás a nadie, seré franca_ dije y lo mire seria.

Mi supuesto padre estará buscando la manera de tener el control de la fortuna de mi abuelo, lo hizo con mi madre y ahora lo piensa hacer conmigo_ dije mirando hacia otro lado, seguramente en el fondo sospechaba de las acciones que tenía mi padre, él nunca fue cariñoso o cercano conmigo.

Quizás lo que está haciendo al abuelo puede ser lo mismo que le hizo a mi madre, ese sujeto merece lo que planeo para él y sus aliados.

- No estás sola_ dijo de pronto Adam, me sostuvo la mano

Te agradezco de que no enfrentes esto sola, necesitas amigos y aliados, ellos deben estar muy preparados para estar haciendole eso al Duque.

- Sí, han llegado demasiado lejos está vez_ dije meditando

Mi abuelito no era cualquier persona, es pariente de los reyes. En el futuro la causa de la muerte de mi abuelito fue producto de que su corazón se debilitara. Lo más seguro es que ellos lo hayan causado y ahora estaban nuevamente haciéndolo.

Debe ser aquella mujer que entró a la casa la responsable, llame al médico para que revisara a mi abuelito y mencionó que él solo necesitaba descansar.

- Adam, te agradezco que nos llevaras a casa y que te vieras de traer al médico real_ comentó mi abuelo

Veo que Leonor se acordó de ti_ agregó y me observó

- Abuelito, es hora de que descanses. Llevaré a Adam a la puerta_ comenté

Caminamos en silencio hasta la puerta y medite sobre atrapar al conde.

- Tengo que pedirle algo, ¿podría mi abuelito quedarse con usted?_ pregunté

- ¿Qué es lo que planea la señorita Leonor?_ preguntó y se veía un brillo en sus ojos

Levanté la vista y respondí:

- Quiero que mi padre el conde crea que mi abuelito está muy delicado de salud y que lo trasladaron para un tratamiento especial_ dije

- No es bueno que esté sola_ argumento él

- No lo estaré, llamaré a una de las hermanas de mi abuelito, a mi tía Caroline quien vive en su casa. Si bien recuerda que ella nunca pudo tener hijos y quedó viuda hace un año, la invitaré a venir_ dije

- Exelente movimiento_ afirmó él y abrió la puerta

- Hablaré con mi abuelito de que hará un tratamiento especial en su mansión mi lord_ fue lo que argumente

- Hablaré con mis padres, estarán encantados de recibir al tío_ afirmó él y me beso mi mano antes de marcharse.

Recuerde cuidarse de la familia del conde.

Al día siguiente mi abuelito recibió la carta del padre de Adam, el sobrino de mi abuelito, él se puso feliz:

- No quiero dejarte sola_ comentó el preocupado

- La tía Caroline vendrá a ayudarme con los preparativos para mi fiesta_ dije

- Pero yo también quería_ dijo el triste

- Recuerda que debes recuperarte bien, la fiesta de debutante será tu momento de ayudarme_ dije dándole un beso en la mejilla.

También me preocupa tu salud y el médico te recomendó salir y tomar aire. No debes rechazar la invitación_ dije con una sonrisa

Estaba casi segura del veneno que estarían usando con mi abuelito, necesitaba pruebas y pillar a la responsable infraganti. Pero por sobre todo culpar al verdadero responsable, a mi padre el conde Alberto y su esposa Nataly.

Durante el día noté aquella sirvienta sospechosa, le había pedido a Charles que la investigará, así que debía confiar en él. Estaba en mi sala leyendo unos libros cuando me llegó una carta de la princesa Aurora.

- Me ha invitado a una fiesta de té_ dije a mi dama de compañía Nancy

- Tiene que aceptar señorita, me imagino la cara de envidia de algunas damas cuando después descubra que son amigas_ mencionó ella con una risita

- Es verdad, tener amistades me ayudará mucho_ dije pensando en el futuro

Antes me quedaba en el campo sola, sin amigas y nadie más cerca que fueran Flora y mi padre, con su esposa. Cuando me case pensé que mi vida cambiaría en ese sentido, pero no tuve libertad de nada. Antonio me convenció de que las mujeres casadas debían ser recatadas y estar en su casa, no pasársela en fiestas ni salidas, claro de esa forma yo no sabría de su romance con Flora y sus malas acciones.

Apreté mis puños furiosa al recordar lo ingenua y tonta que fui, confíe en las personas equivocadas. ¿Podía ahora confiar en Adam? Debía asegurarme de cuidar a las personas que realmente se preocupaban por mí.

- Nancy dile a Molly que preparé mi vestido rosa para la fiesta del té con la princesa_ dije y ella salió para informar

Esa tarde comenzaría mi plan de acercarme a nuevas amistades que me ayudarán a deshacerme de mi supuesto padre. Aquel hombre, su esposa y su hija, pagarán por lo que hicieron. Después llegaría el turno de Antonio.

Salí en el carruaje, Nancy y Charles van a vigilar todo para que mi abuelito no tenga una recaída, además durante el día de mañana se iría a casa de los archiduques.

Tía Caroline recibió mi carta, ella llegaría en la tarde, estaba muy contenta de visitarme. Sentí un cargo de conciencia de no haber pensado en ella, de que podía quedarme a vivir en su mansión.

Tuve personas que me querían y no lo supe ver, mi tía falleció sola dos años después que mi abue y como ella nunca le fue agradable Antonio, este no quiso que viniera a verme o yo fuera a visitarla.

Suspiré con pesar, pero decidida a todo.

Llegué al palacio, los sirvientes me trasladaron hacia una sala privada, para mi sorpresa me encontré con el príncipe Camillo.

- Buenas tardes Majestad_ dije

- Buenas tardes señorita_ sonrió

Debe estar aquí para acompañar a mi hermana en su fiesta del té_ argumentó él

- Así es alteza, es un honor para mí haber sido invitada_ dije

- Permítame escoltarla_ dijo él y me invitó a seguirlo

Esto no era algo que esperaba encontrar, el príncipe me estaba llevando personalmente donde Aurora. Ella en solo un mes y medio más cumpliría los 18 años, mi fiesta de cumpleaños número 17 estaba cerca, faltaban 2 semanas.

Cuando llegue dónde Aurora vi su expresión de sorpresa cuando entre junto a Camillo.

- Hermano, no creí que te importarán mis invitadas_ dijo divertida

- Es lo que cualquier caballero debe hacer_ aclaró y diciendo aquello, se giró me beso la mano para retirarse.

- Vaya esto es sorprendente_ decía Aurora estando cerca de mí

- ¿Soy la primera en llegar?_ pregunté cambiando el tema

- Sí, invite a otras tres damas. Llegarán pronto yo creo_ mencionó y me miró

¿No estás atraída a mi hermano? Es la primera vez que lo ves y no pareces sorprendida_ comentó

Luego recordé que debía actuar como si no los conociera, se me había olvidado.