Melodía De Amor

Los dos jóvenes conversaban a gusto riendo de todo lo que hablaban, poco a poco ambos se fueron relajando y era como si se conocieran desde hace mucho tiempo, Bryan se puso serio en un momento, ella lo notó y pudo sentir que había algo en el que lo lastimaba, después de un silencio incómodo, Julieta tomó la palabra

- y donde vives? - él se acomodó en la silla y le respondió

- en las casas donde el día es largo y la noche corta- ella le preguntó

- como así?- él soltó aquella sonrisa escandalosa y le respondió

-bueno porque tienes que pararte temprano a trabajar y llegas tarde a dormir porque para subir debes hacer largas colas para montarte en la movilidad para llegar a casa, mi madre es una mujer luchadora, le tocó criarme sola, vivimos con mis tíos y mi abuela en su casa y nos toca fuerte, porque aún a mis diecisiete años todavía le tiran en cara que es madre soltera, la convivencia en esa casa es terrible, yo trato de no pasar mucho allí y me he refugiado en la música, tú donde vives?

- bueno, yo vivo con mis padres y mis dos hermanos, mi hermana mayor que es un amor y mi hermano menor que es una ternurita, mamá si es más estricta, papá es más tranquilo, pero hace todo lo que ella dice- Bryan volvió a sonreír

- imagino que por eso no tienes novio, lo digo por tu mamá

- ni pensarlo, ella no permite ni que llevemos amigos a la casa, aún no entiendo cómo mi hermana siendo mayor de edad no se revela, ella hace todo lo que mamá le ordena y no tiene amigos y no sale a fiestas, mi madre se pasa, no le gusta ni que yo salga sola!-

- como hiciste para salir hoy?

- bueno mi hermana, tuvo que decir que iría conmigo a hacer una tarea con mis compañeros del liceo

- que fuerte! Y que edad tienes?- Julieta bajo la mirada y respondió

- diecisiete - el dijo asombrado

-los mismos que yo! Pero yo salgo sin tanta restricción, a veces mi abuela y mis tíos tratan de interferir, pero mamá me protege, yo salgo sin decir nada y llego cuando quiero

- no te dicen nada?

- no, lo que sucede es que cuando era niño, mis tíos y mi abuela me daban unas palizas cuando mamá salía a trabajar y yo me les escapaba, incluso estando ella en la casa muchas veces me ayudaba a escapar y yo llegaba ya muy noche cuando ya estaban dormidos -

Así se fueron pasando las horas, los chicos reian y seguían contando cada detalle de sus vidas, ambos se abrieron como si se conocieran de años, Bryan que era tan cerrado con sus cosas personales, ese día le contó cosas a Julieta que antes no se había atrevido contar a nadie, ni a sus amigos, en un momento se quedó en silencio y le confesó lo de la canción que compuso para ella

- hace unos días cuando nos tropezamos, me quedó tan grabado el color de tus ojos y compuse una canción para ti- ella sonrió alegre y le dijo

- ojos marrones? La escribiste para mí?

- así es, es que eres muy linda, a pesar de ser tan antipática, pero hay algo en ti que me hace sentir tranquilo- ella bromeó

- será porque en nuestra vida pasada quizás nos conocimos-

- crees en el destino?

- a veces si! - en ese momento llegaron Jefry junto a Viviana, a quien se le veía muy contenta, al ver a la amiga tan relajada le dijo

- veo que no la pasaste tan mal

- no, la verdad nos divertimos mucho, hablando- Jefry les dijo viendo el reloj

- bueno, muchachos es hora de irnos, Bryan hoy tenemos que ensayar y hacer otras cosas- Bryan también miró su reloj y se levantó de la silla como un resorte

- es cierto! Me había olvidado de la hora- pagó lo que se habían comido y los cuatro salieron del lugar, cuando llegó la hora de despedirse, Julieta sintió en su corazón mucha tristeza, ambos se abrazaron y dieron un beso en la mejilla con la promesa de verse el día lunes en el liceo.

Ya estando las dos amigas solas, Viviana le pregunto

- entonces? Qué tal te fue con Bryan? Se hicieron novios?- Julieta la miró sonriendo y le respondió

- no, solo hablamos, pero es una persona muy bonita y respetuosa, la verdad no es lo que aparenta en el liceo, y tú? Te hiciste novia de Jefry?- Viviana sonrió feliz y le dijo

-si! Me dió un beso y me dijo que yo también le gustaba! Caminamos por el boulevard y me compró algodón de azúcar y esta pulsera!- le mostró una pulsera de dijecitos graciosos que llevaba puesta, en el camino iban contándose todo lo que habían hecho con los chicos, hasta que por fin llegaron a la estación donde las esperaba Anastasia.