ERROR: Rojo Carmesí

—No tiene por qué preocuparse.—Rouse le resta importancia y toma un sorbo más de vino.—Mhm, está bastante bueno el vino ¿no es verdad?

Valeria mira su copa y sonríe, parpadea un par de veces por el cambio abrupto de la conversación.

—Bueno, mi copa está vacía.

Rouse deja caer su mandíbula.

—¡Tiene razón!—Rouse finge estar alarmada y ofendida llevándose una mano al pecho. Levanta una mano.—¡Camarero!—Grita con elegancia. John con su disfraz de camarero se acerca.

—Disculpen señoritas ¿Hay algún problema?—Pregunta John tratando de que su voz suene un poco más grave.

—Pero si el también es un pequeño niño.—Dice Valeria con una sonrisa.

—¿Verdad que si?—apunta Rouse.—La juventud de hoy en día buscamos superarnos.—Se dirige a john.—La copa de mi amiga está vacía ¿Podría rellenarla con algo de vino?

—Por supuesto.

Rouse sonríe mientras ve el vino deslizarse por la copa. Velaria toma un sorbo y se sorprende. John se aleja con una pequeña reverencia. Camina rápido para informarle a sus compañeros la siguiente fase del plan

—Vaya que si está muy bueno.

—Elegí el mejor restaurante para la ciudad...Si le soy sincera me dijeron que usted es de gustos finos... Uy me da vergüenza pero quería impresionarla.

Velaria Nuñez la miro por un momento, impactada levanto sus cejas y luego sonrió.

—No te preocupes, se que esto de los negocios a veces es estresante.

—¿Cierto? Por eso la admiro porque usted sabe bien lo que hace. Ha movido cielo y tierra para que su empresa no caiga.

Rouse la mira a los ojos y levanta su copa. Luego disminuye un poco su sonrisa.

—Incluso si eso signifique... Poner en riego algunas cosas.

Vio como sutilmente Valeria trago saliva y miro hacia otro lado.

—Te refieres a la familia y amigos ¿Verdad?—Pregunta ella y la vuelve a mirar, sus ojos brillando pero sigue tranquila así que Rouse esbozo una sonrisa.

—No recuerdo cuando fue la última vez que tuve una cita.

.........

—No.

—¿No? ¿Cómo que no?

—Ya te lo dije Denisa, no voy a entrar en el restaurante para fingir ser un empleaducho enamorado de Rouse.

Damián se aferra más al volante, sus nudillos blancos y las palmas le comienzan a hormiguear.

—Damian ¡No seas un bebé!

—¡Rouse es la que actúa como bebé!

Coloca su frente en el volante, cierra sus ojos, no recordaba la última vez que fue sometido a algo como eso.

—¡Esta fue idea mía!

Denisa suspira con fuerza y lleva sus dedos a su nariz.

—Escucha, creerás que es algo tonto. Yo también creía que estos planes no tenían ningun sentido, creeme.

—Es que no lo veo.

—Necesitamos que esto se vea real ¿Si? Necesitamos crear un ambiente, que Valeria crea que Rouse tiene una vida, que es una persona real.

—Es una persona realmente chiflada.

—Si, si lo es, pero sus métodos son efectivos y gracias a qué aprendí sus métodos pude organizar esto. Así que vas a ir fingirás estar enamorado de Rouse, tomarás el celular de Valeria por un segundo y vas a inyectar el chip de última tecnología para así rastrearla cuando se deba ¿Quedó claro?

—No, no me queda claro.—Replica Damián que parece más furioso que confundido.—¿Si Rouse es tan inteligente y buena hacker por qué me necesita?

—¡No hay tiempo!—Ambos se sobresaltan cuando John se asoma gritando por la ventana.—¡Ya le di el vino a la vieja! ¿Damián ya terminó de hacer los arreglos al chip?

—Si, todo listo. Hasta ya lo obligue a ponerse el traje.—Se burla Denisa.

Cuando Damián recordaba que lo hicieron ponerse un traje más formal y ajustado se desesperaba por el calor.

—Bien, bien.

—Ahora, Damián. Vas a entrar en unos cinco minutos cuando tú audífono comience a sonar con la canción que canto Rouse ¿Si? Y solo mencionaras un poco la belleza de Rouse y tomas el teléfono y te retiras.

—¿Cómo tomaré el teléfono? No entiendo nada.

—¡Solo camina!