Antes de su muerte, Lucie había leído una novela de fantasía, donde era el clásico cliché de la pareja enamorada, una joven que se enamora del príncipe heredero, pero su amor no es fácil, pues está la villana Noelle Le Blanc, prometida del príncipe, intenta sepáralos, pero al final su compromiso es roto y ella debe casarse con el gran duque Raizel Ivanov, quien nunca se interesó en Noelle y ella termina siendo asesinada mientras regresaba de una fiesta, siendo así el final de esta villana.
Ahora tras su muerte, Lucie ha reencarnado en Noelle Le Blanc cuando apenas es una niña, ella sabe lo que le espera en el futuro, aun así, deja que todo pase de acuerdo a la trama, permitiendo que los protagonistas se enamoren, hasta que llega el día en el que ella debe partir de su casa para encontrarse con su futuro esposo, el joven gran duque Raizel, conocido por ser un mujeriego, quien solo se ve obligado a casarse con Noelle, pero pronto descubrirá que ella no es solo una joven dama presumida como dicen y, por el contrario, es una mujer fuerte, decidida y con el objetivo de tener a Raizel a sus pies, pues desde que Noelle leyó la novela, Raizel le había gustado más que el propio protagonista, por ser un hombre atractivo y apasionado.
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capítulo 21- una condición
Francis pide ver a su padre, quizás él pueda lograr convencer a su madre de asistir a la boda, pues mientras ella no acepte no puede continuar con nada, nisiquiera puede poner fecha para la boda porque no quiere que Odette se vea humillada al no recibir la bendición de la reina.
- rindete hijo, ya puedes casarte con ella, pero no le pidas más a tu madre.
- pero padre, sin la bendición de mi madre, mi prometida solo será vista como una consorte más no como una reina. Debes pedirle a mi padre que asista a la boda, si conoce mejor a mi prometida se dará cuenta que es una buena mujer.
- Francis, tu madre me dijo que si la obligó a dar el título de princesa heredera, ella firmará el divorcio ¿te das cuenta? Mi matrimonio corre peligro por apoyar el tuyo.
- pero padre...sigo sin comprender a mi madre ¿que tiene de malo la señorita Odette? Ella viene de una buena familia.
- no se lo que tenga tu madre, pero ella solo es la hija adoptiva de la familia Le Blanc, su verdadera padre cayó en la ruina por sus negocios turbios y su madre fue asesinada por los mismos delincuentes con los que tenían tratos.
- eso es terrible, pero eso no la hace mala persona, ella creció en una buena familia y tuvo que soportar los males que la señorita Noelle le hacía.
- ¿y tienes pruebas de eso? Yo por el contrario he visto parte de su personalidad.
La reina había entrado a la sala, sabía que su hijo hablaría con el rey para forzarla a dar la corona de princesa heredera.
- madre, lo siento, pero no renunciare a la señorita Odette.
- de acuerdo, no lo hagas, entonces renuncia a tu cargo de príncipe heredero y toma el simple título de Conde, veamos si el amor de tu prometida es real.
- cariño...eso es demasiado..
- si ella lo ama como dice, no le importara que ya no sea el príncipe heredero.
- bien, pero ya verás, ella me aceptará sin importar que...
- pero, el anuncio de que renuncias a tu título será durante la boda, que todos sean testigos del amor que la señorita Odette te tiene.
Francis se queda en silencio y mira a su padre, este solo asiente, es la única manera de llevar las cosas en paz con su reina.
- bien, que así sea, verás que nadie me ama más que la señorita Odette.
- pero, no debes decirle nada ahora. Solo dile que asistiré a la boda.
La reina se retira de la sala, lo siente por su hijo y puede que quizás sufra una gran humillación en ese día, pero es por su propio bien y que se de cuenta finalmente, la clase de mujer que Odette. Pues ella lo sabe bien, no solo por el incidente de derramarse el té ella misma y culpar a su hermana, en otras ocasiones, cuando el vestido que usaba era burla de otros, comentaba a sus amigas que Noelle se lo había obsequiado y no quería hacerla enojar si no lo usaba, también la vio aventarse al piso ella misma culpando a Noelle cuando paso cerca de ella, todo eso siendo una niña de once años, no duda que ahora sea peor.
- majestad, saludos reina, es un gusto verla de nuevo en el palacio.
- solo vine a arreglar unos asuntos, no crea que estoy aquí para ayudarla con su boda.
- no comprendo majestad ¿por qué me trata así? No he hecho nada malo ni la he ofendido.
- es verdad, pero una chica como usted jamás será buena reina.
- yo...no tengo interés en eso, yo quiero mucho a su alteza el príncipe sin importar si soy o no reina.
- eso lo veremos.
Dicho esto la reina continúa con su camino, pero Odette aprieta las manos mientras sostiene su vestido y cuando ve venir a Francis corre para abrazarlo, llorando por todo lo que la reina le dijo.
Por otro lado, Raizel va regresando de una excursión por el territorio, al atravesar los portones del castillo, Noelle estaba ahí esperando y se veía preocupada, al bajar del caballo se acerca, creyendo que podría haberle pasado algo al gran Duque.
- ¿todo esta bien? El viejo...
- padre esta bien, estoy esperando porque hay algo que me preocupa.
- puedes decirme después, ahora iré a bañarme.
- pero es importante...
- no creo que no pueda esperar.
- bueno, tienes razón, después de todo solo estoy embarazada.
Todos se quedan paralizados al escucharla, Raizel prácticamente dejo caer su espada y se veía completamente pálido, hasta que ve como Noelle comienza a reír.
- es broma, no soy tan descuidada.
Raizel prácticamente sintió que su alma volvía a su cuerpo pero no duda en jalar la oreja de la chica.
- esas bromas no se hacen. Mi padre pudo haber escuchado y lo ilusionarias en vano.
- ya, ya, tuve cuidado con eso. La verdad es que te esperaba porque no encuentro mi caja de armas.
- debió quedarse en la armería, esa noche estaban conmocionados así que debieron haber olvidado que era tuya y se guardo.
- bien, entonces vamos por ella, la necesito.
- ¿para que lo necesitas? No sueles salir del castillo.
- no descuidare mi entrenamiento ¿que dices? ¿Entrenas conmigo?
- no, no, no quisiera romper su cadera de un golpe.
- me subestimas gatito...
Ambos siguen su camino hacía la armería mientras que el gran Duque observa por la ventana, sonríe pues parece que ambos se llevan bien.
jajajajj