La princesa imperial Calypso Aziel Zandell Leroy toma el trono después de la muerte de su padre, aún ella siendo la segunda en la línea de sucesión dado que su hermana la primera princesa imperial Cataleya no quiso regresar al imperio después del accidente...
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Capítulo 17 La Entrega Del Poder
Calypso se reunión con lord Ryvlan en el salón del trono, rodeados de nobles y consejeros. Había llegado el momento de dejar el imperio Snow en manos del nuevo emperador.
—Lord Ryvlan —dijo Calypso—. Ha llegado el momento de que asuma el poder. Estoy segura de que hará un excelente trabajo en restaurar la honorabilidad del imperio.
Lord Ryvlan se inclinó.
—Gracias, emperatriz Calypso —dijo—. Me honra que haya confiado en mí.
Calypso sonrió y le entregó el cetro imperial.
—Este es el símbolo de tu poder —dijo—. Utilízalo sabiamente.
Lord Ryvlan aceptó el cetro y se puso de pie, mirando a los nobles y consejeros.
—Juro proteger y defender el imperio Snow —dijo—. Y trabajar para restaurar su honorabilidad.
Calypso sonrió y se puso de pie.
—Ahora, debemos firmar el tratado de paz —dijo.
Los consejeros trajeron el documento y Calypso y lord Ryvlan lo firmaron. El tratado establecía la paz entre el imperio Snow y Zandell, y garantizaba la cooperación y el respeto mutuo entre los dos imperios.
—Esto es un nuevo comienzo —dijo Calypso—. Un comienzo de una era de paz y prosperidad.
Lord Ryvlan asintió.
—Estoy de acuerdo —dijo—. Trabajaremos juntos para asegurar un futuro brillante para nuestros imperios.
Calypso se despidió de lord Ryvlan y los nobles, y se dirigió hacia la puerta.
—Badrú —dijo—. Es hora de regresar a Zandell.
Badrú rugió en acuerdo y siguió a Calypso.
—Debo ver cómo está Obeth —dijo Calypso—. Y asegurarme de que todo esté bien en Zandell.
Calypso montó su caballo y se dirigió hacia el Imperio con Badrú a su lado. Estaba ansiosa por regresar a su hogar y reunirse con Obeth.
—Es hora de dejar atrás la guerra —dijo—.
El sol se ponía en el horizonte, iluminando el camino hacia Zandell. Calypso sonrió, sabiendo que había tomado la decisión correcta.
Después de varios días de viaje, Calypso finalmente llegó a su Hogar. La ciudad estaba llena de vida y color, con banderas y pancartas que celebraban la victoria de la guerra.
La gente se reunía en las calles, mirando a Calypso con alegría y admiración. Todos querían ver a la emperatriz que había liderado a Zandell a la victoria.
—¡Viva la emperatriz Calypso! —gritaban.
—¡Viva Zandell!
Calypso sonrió, sintiendo el orgullo y la gratitud de su pueblo. Montó su caballo, con Badrú a su lado, y se dirigió hacia el palacio.
La multitud se abría paso para dejarla pasar, y Calypso veía las caras sonrientes de sus súbditos. Todos parecían felices y aliviados de que la guerra hubiera terminado.
Al llegar al palacio, Calypso se bajó del caballo y se dirigió hacia la entrada. Obeth la esperaba en la puerta, con una sonrisa en su rostro.
—Calypso —dijo Obeth, abrazándola—. Estoy tan feliz de que hayas regresado.
Calypso se rió y abrazó a Obeth.
—Estoy feliz de estar de regreso —dijo—. ¿Cómo estás? ¿Te has recuperado de tus heridas?
Obeth asintió.
—Sí, estoy bien —dijo—. Gracias por preguntar.
Calypso sonrió y se dirigió hacia el interior del palacio.
—Tenemos mucho que hablar —dijo—. Sobre la reconstrucción de Zandell y la paz con el imperio Snow.
Obeth asintió y la siguió.
—Estoy listo para escuchar —dijo—. Y para ayudar en lo que pueda.
Después de reunirse con Obeth, Calypso se dirigió hacia las habitaciones de su tío abuelo, el anciano Thorold. Quería compartir con él la noticia de su victoria y asegurarse de que estaba bien.
Al llegar a las habitaciones de su tío abuelo, Calypso encontró a Arslan jugando con un grupo de niños en el jardín. Su hermano pequeño había crecido mucho desde que se había ido a la guerra, y Calypso se sintió emocionada de verlo.
—Arslan! —gritó Calypso, corriendo hacia su hermano.
Arslan se dio la vuelta y vio a Calypso. Su rostro se iluminó con una sonrisa y corrió hacia ella.
—Calypso! —gritó, abrazándola.
Calypso abrazó a Arslan con fuerza, sintiendo una oleada de emoción. Había extrañado mucho a su hermano pequeño durante la guerra.
—Te he extrañado tanto —dijo Calypso, besando la cabeza de Arslan.
Arslan se rió y se apartó un poco.
—Te he extrañado también —dijo—. Pero estoy tan orgulloso de ti. Eres una verdadera heroína.
Calypso sonrió y se sintió orgullosa de sí misma.
—Gracias, Arslan —dijo—. Me alegra estar de regreso.
Thorold salió de sus habitaciones, sonriendo.
—Calypso, mi querida nieta —dijo—. Me alegra verte de regreso. ¿Cómo estás?
Calypso se acercó a su tío abuelo y lo abrazó.
—Estoy bien, abuelo—dijo—. La guerra ha terminado. Ganamos.
Thorold asintió, con lágrimas en los ojos.
—Me alegra —dijo—. Me alegra que hayas regresado a salvo.
Calypso se sintió emocionada al ver a su tío abuelo tan feliz.
—Vamos a reconstruir Zandell —dijo—. Vamos a hacer que sea un lugar próspero y seguro para todos.
Thorold sonrió.
—Estoy orgulloso de ti, Calypso —dijo—. Eres una verdadera líder.
Calypso se sintió orgullosa de sí misma, sabiendo que tenía el apoyo de su familia y su pueblo. Juntos, podrían enfrentar cualquier desafío y asegurar un brillante destino para Zandell.
Ella se sentó en su habitación, con papel y pluma en mano, y comenzó a escribir una carta para su hermana Cataleya.
Querida Cataleya,
Han pasado tres años desde que decidiste quedarte en Lirio, y cada momento sin ti ha sido un vacío en mi corazón.
La guerra ha terminado, y hemos ganado. El imperio Snow ya no es una amenaza para nosotros. Pero aunque la victoria es dulce, no es lo mismo sin ti aquí para compartirlo conmigo.
Te extraño tanto, Cataleya. Tu ausencia ha sido un peso constante en mi corazón. Quiero que regreses a Zandell, quiero que estés aquí conmigo.
La corte está empezando a reconstruirse, y necesito tu ayuda. Tu sabiduría y tu belleza serían un regalo para nuestro pueblo.
Además, Arslan te extraña mucho. Él te ha pedido varias veces, y yo no puedo soportar verlo triste.
Por favor, Cataleya, regresa a casa. Te necesito. Te quiero.
Con todo mi amor,
Calypso
Calypso terminó de escribir la carta y la selló con su sello imperial. Luego, llamó a un mensajero y le dio instrucciones para que la carta fuera entregada a Cataleya lo antes posible.
Con una sonrisa en su rostro, Calypso se levantó de su silla y se dirigió hacia la ventana. Miró hacia el horizonte, esperando que su hermana regresara pronto.
—Pronto estarás de regreso en casa, Cataleya —dijo Calypso, susurrando—. Y todo será como antes.
Ojalá y se enamoren su hermana y él sería una unión poderosa más si recuperan el Reino😍💃