Entre Venganza Y Amor

-Hoy tengo un evento- avisé mientras dejaba el tenedor sobre el pequeño plato, el pastel que habían preparado esta tarde estaba exquisito.

Neyén levanto rápidamente la mirada sorprendido, pero después me sonrió.

-¿Si? ¿Cuál? me pone contento que tengas un evento, que puedas salir y hacer algo diferente- dijo

-La apertura de una nueva escuela para los niños, irá la reina y me invitó- expliqué

Esto era una gran ayuda para seguir mejorando mi imagen pública y que dejen de verme como un monstruo u algo similar. Los malos comentarios aflojaron un poco desde que se anunció mi compromiso, que la familia real me haya "aceptado" hizo que comenzaran a cuestionar todo lo malo que se decía de mí. La gente confía mucho en la familia real, si ellos confían en mí por algo es así que ellos también comienzan a mirarme con otros ojos. También sospecho de que hayan convencido o pagado a algunas personas para que hablaran bien de mí entre los demás, pero no me quejo.

-Falta pocos días para casarnos...- pronunció con cuidado mientras jugaba con su tenedor

-Si, ¿has elegido tu traje?- pregunté, mi mente creaba distintos escenarios, distintos trajes y todos le quedaban bien

-Sí, hace mucho ya lo elegí aunque quiero que tenga algún detalle que combine con tu vestido, pero no puedo saber como será el vestido-

Mi corazón comenzó a latir más rápido.

-Puedes decirle a la diseñadora, que ella se encargue del detalle y de ponerlo el día de la boda así no también será una sorpresa para ti- sugerí

Asintió mordiendo su labio inferior conteniendo una sonrisa tímida.

Las horas pasaron y llegó el momento de marchar al evento. Innia, como siempre me ayudó con la vestimenta y el peinado. Pude notar como su humor estaba un poco decaído, le pregunté que le pasaba y respondió con que era un pequeño problema familiar, me ofrecí a ayudarla pero se negó. No quise insistir más así que en silencio nos subimos al carruaje junto a la reina.

El carruaje no se movía, miré a mi alrededor buscando el por qué. Ya estábamos las tres, teníamos que irnos.

-Disculpa la demora, estamos esperando a Lester, el vendrá con nosotras- explicó la reina como si leyera mi mente.

Me sorprendió la información, nunca se dijo que él iría. Seguro lo sumó a lo último, capaz quiere que empiece acudir a más eventos, ya que ya no es tan niño y tiene que formar su imagen pública.

Después de esperar unos minutos, finalmente llegó y nos pusimos en marcha.

Mi rostro tenía plasmada una sonrisa enorme desde que llegué, pero no estaba prestando atención a los discursos. Estaba inquieta, tenía una sensación rara y no sabía por qué. Miré de reojo a mi lado, Lester tenía la mirada baja.

Le toqué el brazo con el dedo de forma disimulada, me miró rápidamente, sus ojos estaban apagados. Es tan transparente, no sabe ocultar sus emociones, algo lo tiene mal.

-¿Quieres hablar?- pregunté con un tono dulce

-no tienes que guardarte las cosas que te hacen mal, yo te ayudaré en lo que pueda- seguí hablando

-¿Podemos ir a un lugar más privado?- preguntó

Asentí y aprovechamos que terminaron de decir el discurso y los demás se comenzaron a reunir en otro lado. Le pedí a Innia que no me siguiera, no iba a traicionar la confianza de Lester.

-¿Qué sucede?- pregunté una vez que llegamos a un lugar sin personas

-Yo... yo escuché algo esta mañana- habló nervioso

Asentí y le di un apretón amable en el hombro para que sienta mi apoyo.

-Escuché a papá y Marc hablar, ellos dijeron algo de quitarle el puesto de segundo príncipe a Neyén y dármelo a mí- confesó

Tapé mi boca con la mano ante la sorpresa, no podía creer lo que escuché. ¿No es imposible hacer eso? Esos "puestos" pertenecen desde el nacimiento, Neyén nació después del príncipe heredero así que le pertenece el segundo puesto. Bueno el rey puede cambiar todo, puede hacer y deshacer cualquier cosa.

Ser segundo príncipe es complicado y duro también, tienen muchas tareas y en caso de que le pase algo al príncipe heredero él pasará a ser el futuro rey.

-Por eso tiene menos tareas, responsabilidades. Le están quitando su puesto poco a poco- murmuré

-¿Qué puedo hacer, Tanea? Yo no quiero quitarle lo que es suyo, me conformo con ser el último príncipe- dijo con angustia

Lo abracé con fuerzas porque no tenía palabras, no tenía una respuesta.