Todos amamos de distintas maneras.
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Capítulo 17
Christopher permaneció en silencio, observando a Luna, cada vez le parecía más hermosa, y no podía evitar preguntarse ¿Cómo era que no había notado esos ojos color verde aceituna antes? Se estaba volviendo completamente loco por ella, sentía que tenerla cerca se estaba volviendo una necesidad.
—Pero puedes seguir besándome. —Dijo Luna, despertandolo del trance en el que se encontraba. Christopher tomó su camiseta para vestirse, pero ella se lo impidió. —Puedes quedarte así si quieres.
—Esta bien. —Él soltó una carcajada ante su pedido. —Eres una tramposa. — Dijo, inclinándose hacia ella, para besarla tiernamente.
—Hay que admitir que te ves bien sin camiseta. —Confesó Luna, sintiendo como sus mejillas se prendían fuego.
—Y eres peligrosa. —Respondió él, continuando el beso.
—Peligrosa ¿Por qué? —Preguntó Luna, separándose un poco de Christopher.— Me da curiosidad saber porque piensas eso.
—Porque me estás haciendo perder la cabeza —Respondió él, sonriendo.
Luna soltó una risita nerviosa. —No es mi intención hacerlo.—Dijo, aunque su mirada decía lo contrario, estaba encantada de escuchar esas palabras.
Christopher la besó de nuevo, esta vez con más intensidad, y por un momento, el tiempo se detuvo para los dos.
—Me encanta cuando te sonrojas.— Confesó él, usando su voz más seductora.
Luna tapó sus mejillas con sus manos. —No puedo evitarlo —Dijo, sonriendo.
Christopher la tomó en sus brazos y la sentó en su regazo. —No quiero que lo evites.—Pidió, besándola en la mejilla.— Me encanta verte así, ya te lo he dicho.
Luna se sintió cómoda en sus brazos, y se dió cuenta de que estaba disfrutando del momento, se permitió estar más relajada, y él lo notó.
—¿Qué hora es? —Preguntó ella, recordando que debía volver a casa a horario puntual, porque sino sus padres, se enojarían.
Christopher miró su reloj.—Deberiamos ir saliendo para tu casa, así, llegas antes del horario que tus padres pidieron. —Dijo, sonriendo.— Me gustaría comenzar desde ahora a ganar puntos con ellos.
Luna sonrió también.—¿Y si no quiero irme? —Preguntó, mirándolo a los ojos.
Christopher se sorprendió, pero luego entendió que solo era un chiste.—Entonces no te vas —dijo, besándola de nuevo.—Te quedas aquí conmigo.
—Imposible. —Luna se separó de él. —Mis padres me matarían.
—Y seguramente a mí también. —Soltó Christopher divertido.
—Es posible. —Luna soltó una carcajada, y a Christopher se le estrujó su corazón, era la primera vez que la escuchaba reir de esa manera, tan libre, tan cómoda. —Pero no te asustes, mi padre es muy estricto con algunas cosas solamente, no suele ser muy protector.
—Es bueno saber eso, por si tengo la suerte de conocerlo algún día. —Dijo, tomando su camiseta para vestirse con ella.
—Tranquilo, no es necesario que eso pase por el momento. —Luna se puso en su lugar, no quería que él se viera obligado a avanzar tan rápido, quería disfrutar todas las etapas de su relación. —Dejemos que todo pase de manera natural.
—Estoy de acuerdo con eso.— Christopher se sintió más relajado al escuchar esas palabras. Luna le gustaba de verdad, pero todavía no sabía cuánto quería avanzar en la relación. —Disfrutemos los momentos que tengamos juntos, y dejemos que las cosas fluyan.
—Está bien. —Respondió Luna. —Pero sí me gustaría saber ¿Qué somos tú y yo?— Preguntó mirándolo fijamente. —No es por querer etiquetarnos, pero me gustaría en qué lugar estamos.
—Estamos saliendo ¿No?— Él la miró confundido, no había estado muchas veces en una situación así, no había tenido que tratar con chicas como Luna. —Tengamos citas, pasemos tiempo juntos, y vemos qué es lo que queremos.
—Estoy de acuerdo contigo.—Respondió ella, aunque no podía mentir, por dentro esperaba una declaración de amor.
—Bien, ahora que todo quedó claro, te llevaré a casa. —Christopher tomó su chaqueta, y después de ofrecerle a Luna algo de tomar, se dirigieron hacia la casa de ella.
El viaje de regreso, lo hicieron casi completamente en silencio, pero esta vez, no era incómodo, esta vez se sentía diferente, se podía decir que les gustaba.
—Gracias por traerme. —Luna miró en dirección a su casa, no quería irse, quería quedarse con él, al menos un rato más.
—No me tienes que agradecer. — Christopher la tomó del mentón y la obligó a mirarlo. —Yo tampoco quiero que te vayas, pero no podemos hacer nada.
—Quiero estar contigo un rato más. — Confesó ella. —No te imaginas cuánto tiempo llevaba deseando esto.
—Si me dices esas cosas, voy a terminar arrancando el automóvil, y te llevaré lejos de aquí. —Su voz era baja, casi un susurro.
—Ojalá pudiera. —Ella se desabrochó el cinturón de seguridad. —Que tengas una linda noche. —Dijo, mirándolo con ternura.
—Duerme bien Luni. —Pidió, acercando su rostro a ella para besarla dulcemente.
Luego de despedirse, Luna bajo del coche y caminó hacia la puerta de su casa, Christopher permaneció en el lugar esperando que ella entrara.
Christopher se quedó sentado en el auto, mientras su mente se llenaba de pensamientos sobre Luna ¿Qué le estaba pasando? ¿Cómo podía ser que una chica lo hubiera vuelto loco en tan poco tiempo? Luna era... era diferente. Le gustaban sus ojos, su forma de reírse, su manera de sonrojarse cuando la besaba, le gustaba absolutamente todo de ella, pero, lo que más le gustaba era cómo lo hacía sentir cuando estamos juntos.
Christopher al lado de Luna se sentía vivo, sentía que podía ser él mismo sin temor a ser juzgado, y eso era lo que más le asustaba, lo asustaba porque no sabía si estaba listo para sentir tantas cosas por alguien, tenía miedo porque no sabía si podía manejar la intensidad de sus sentimientos.
Pero, después estaba la otra parte, le aterraba cometer algún error y perderla, y él era consciente de que los estaba cometiendo.
Christopher tomó una respiración profunda y arrancó el auto, sabiendo que tenía que calmarse y no dejar que sus sentimientos lo abrumaran.
vale la pena esperar muy buena novela