Él es un orgulloso hombre lobo y empresario, próximo Rey Alfa. Le gusta tener todo bajo control y su familia es su prioridad. Aunque busca a su mate, eso no le impide disfrutar de su vida, pero solo su círculo cercano conoce su lado más tierno.
Ella es carismática, amable y trabajadora. Desde niña ha enfrentado una vida difícil, y lucha día a día para mantener a sus hermanos menores. Tras un amor fallido, ya no cree en el amor verdadero.
¿Será ella su mate?
¿Podrán superar los obstáculos que el destino les tiene preparados?
Te invito a leer esta novela y descubrirlo.
Aviso importante:
Esta es la continuación de “Mi segunda oportunidad es el Rey Alpha”. Aquí conocerás la vida de sus hijos y cómo continúa la historia. Si quieres entenderlo todo, te recomiendo leer la primera novela.
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Negocios
Narra Buriam
Ya en la noche, ultimé los últimos detalles con mi secretaria para la reunión. También le había pedido que le dijera a Emma que queríamos un restaurante para la reunión de la tarde. Luego de eso, me puse a beber un whisky mientras veía la vista, pensando en cómo haré para tenerla conmigo.
Mi lobo decidió hacerme la ley de hielo hasta que no la tenga con nosotros y ese era otro problema, porque si él pierde el control acabaría con nuestra manada en menos de lo que canta un gallo y no solo con ellos, también sería un problema para los humanos.
Luego de unos tragos, me fui a dormir o a tratar de hacer eso, ya que desde que encontré a mi mate no puedo hacerlo porque la necesito al lado, cerca de mí. Ya en la mañana, me fui a la empresa y adelanté trabajo toda la mañana, ya que quería tiempo para conquistar a mi luna.
Estaba tan concentrado en lo que hacía que no me había dado cuenta que la hora pasó volando porque mi mate ya se encontraba tocando la puerta de mi oficina. Le dije que adelante.
Entró con una enorme sonrisa y se veía realmente linda. Me dio la buena tarde informándome de su llegada y luego de eso se fue a hacer sus cosas hasta que sea hora.
Al llegar el momento, fue en busca de mí para partir hacia allí. Yo solo le ascendí con una sonrisa y ella se fue en busca de la carpeta. Al estar lista, nos fuimos directo al auto, subimos quedando en silencio. No iba a desaprovechar esta oportunidad y empezaré como lo hacen los humanos.
Buriam: Emma, necesito hablar contigo. (La miro.) De algo que me tiene inquieto. (Miro hacia la carretera.)
Emma: Claro, solo dime qué te tiene inquieto. (Me mira atenta.)
Buriam: Tú eres la que me tiene inquieto. (Suspiro.)
Emma:* ¿Yo lo tengo así por qué?* (Sin decir nada.)
Buriam: Por qué ya no sé cómo ocultar lo que siento por ti. (La miro unos segundos y vuelvo mi vista hacia adelante.)
Emma: ¿Por mí? (Me mira sorprendida.)
Buriam: Estoy locamente enamorado de ti. Y ya no puedo ocultarlo, me es difícil controlarme cuando te tengo cerca. (Me estaciono.) Apenas te tengo cerca quiero besarte, tenerte cerca de mí. (La miro.)
Emma: *Mi jefe me acaba de confesar su amor.* (Sorprendida.)* ¡Ay, dios, qué emoción! Nunca me hubiese esperado esto, que mi sexy jefe se enamore de mí.* (Roja sin decir nada.)
Buriam: *Por qué siempre me la haces difícil con lo que piensas, nena.* No tienes que contestarme ahora, pero sí me gustaría que aceptaras que nos conozcamos mejor. No sé, saliendo a citas, ir al cine, hacer lo que tú quieras. (La miro atento.)
Emma: Buriam, yo no sé qué decirte, esto realmente me tomó por sorpresa, estoy muy confundida ahora mismo. (Mirándome a los ojos.)
Buriam: Está bien, lo entiendo, pero me gustaría que después de esta reunión me dijeras si me das permiso para cortejarte. (Sonrío.)
Emma: Está bien, trataré de darte una respuesta, Buriam. (Sonríe.)
Buriam: Está bien, ahora bajemos que ya llegamos al lugar. (Le sonrío y bajo.)
Doy la vuelta y le abro la puerta y la ayudo a bajar con una sonrisa y le entrego las llaves al portero. Al entrar, agarro su mano y la coloco en mi brazo para entrar.
Emma: Es lindo, me gusta. (Mirando el lugar con una sonrisa.)
Buriam: Sabía que te iba a gustar. (Sonrío.)
Así salimos directo a la parte trasera al aire libre. Busqué con la mirada y ahí estaban los dos esperando mi llegada. Llevé a mi luna hacia una mesa donde pudiera estar viéndola y le dije que esperara ahí y ella solo asintió.
Al dejarla ahí, fui hasta donde estaban esos dos seriamente, saludé cordialmente y me senté. Él empezó a hablar de negocios y todo lo bueno que podría salir si hacemos una colaboración, mientras Marta me miraba descaradamente, por rato miraba a mi luna, la cual estaba atenta por si la necesitaba y decidí terminar con esto una vez por todas.
Buriam: Dejemos eso de lado por ahora, William. (Serio.)
William: Está bien, dime qué quiere saber, señor Lombardy. (Atento.)
Buriam: Dígame, ¿tiene hijos? (Lo miro atento.)
William: No, aún no, señor, pero muero de las ganas de tener uno con mi esposa, pero lastimosamente no puede dármelos. (Suspira triste.)
Marta: Pero en eso estamos, muy pronto lo vamos a tener. (Agarra su mano.)* Esos mocosos serán míos muy pronto y les daré lo que tanto quiere para que así no pueda dejarme.* (Sonríe.)
Buriam: *Maldita humana, te arrancaría la cabeza aquí mismo si fuera posible.* (La miro con rabia.) Eso por qué, según tengo entendido, tiene cuatro hijos, señora. (La miro serio.)
William: Sí, eso me lo confesó, pero su hija se los robó cuando ellos eran pequeños por razón que ella dejó a su padre porque la maltrataba. (Serio.)
Buriam: *Así que lo manipula a base de mentiras.* ¿Eso es cierto, señora? (La miro serio.)
Marta: Sí, señor Lombardy, eso es cierto, al fin la encontré y los tiene en muy mal estado, pero no se preocupe que ya estoy por quitárselos, no voy a dejar que siga haciéndolos vivir así. (Finge llorar.)
William: Como podrá ver, es un tema muy delicado el cual no nos gusta hablar mucho. (Consolando a su esposa.) Por esa razón estoy ayudándola para recuperar a esos niños y darles las vidas que se merecen. (Suspira.)
Buriam: *Realmente es graciosa esta situación.* (Río al ver el show de esa maldita humana.)
William: Señor Lombardy, con todo respeto, pero creo que está situación no da ninguna gracia. (Serio.)
Marta: Realmente no creí que pudiera ser tan cruel para reírse de la desgracia ajena, señor Lombardy. (Finge llorar más fuerte.)
Buriam: Escucha, William, realmente me hubiese gustado hacer algún tipo de negocios contigo, pero no acepto a personas como la señora aquí presente en mi entorno. (Serio.)
William: ¿A qué se refiere cuando habla de mi mujer así? (Enojado.)
Marta: *Diablos, si no hace sociedad con este maldito idiota me arrepentiré por perder la oportunidad de ser aún más rica.* (Mueca.) ¿Qué le molesta de mí, señor, y lo cambiaré o acaso podría ser porque no puedo darle hijos a mi esposo? (Le caen lágrimas.)
Buriam: Ya deje de fingir, lo que me molesta es la maldita hipocresía de usted, ¿hasta cuándo piensa seguir con su show de ser la víctima? (Enojado.)
William: ¿De qué habla, señor? No sé a qué se refiere. (Mira a su esposa.) Cariño, ¿de qué habla el señor Lombardy? (Serio.)
Marta: No lo sé, amor, no entiendo nada ni la razón del por qué me trata así. (Llora.)
Buriam: Voy a contarte una pequeña historia, escucha enteramente, William. (Serio.) Trata de una mujer oportunista que solo le gusta el dinero, quedó embarazada de su primera hija, pero su marido la abandonó al conseguir a otro hombre y al ver que no la aceptaba con su hija decidió deshacerse de ella dejándola con su madre y la misma historia sucedió con su segundo hijo. (Mira a Marta serio.) Luego quedó embarazada de su último embarazo, pero esta vez fueron doble, volvió a perder su fuente de dinero, pero encontró otra más grande, pero sabía que sus bebés serían un problema y volvió a ir a dejarlos con su madre, pero la diferencia de esta vez fue que su madre estaba muerta siendo velada en ese momento y eso ni siquiera le importó a esta mujer que solo encontró a su primera hija dejándole a sus dos bebés yéndose sin importarle cómo vivirían al no tener a su abuela con ellos. (Enojado.)
Marta: *¿Cómo sabe él todo esto? Diablos, esto se saldrá de control, debo pensar algo rápido.* (Desesperada.)
Buriam: ¿Qué opinas de esta historia, señor William? (Serio.)
William: ¿Qué clase de mujer hace eso con sus hijos? (Aprieta los puños.) Ni siquiera le importó que su madre haya muerto y sus hijos podrían pasarla mal. (Enojado.)
Buriam: La veo muy callada, señora, ¿sucede algo? (La mira.)
Marta: Que no, no ocurre nada, solo estoy pensando en esa maldita mujer, cómo pudo hacer eso con sus hijos. (Nerviosa por la mirada de ambos hombres.)
Buriam: Traje a mi prometida, ella tiene una carpeta que quiero que veas y tomes una decisión, depende cuál sea tu decisión veré si hace negocio contigo. (Serio, le hago señas a Emma para que se acerque.)
William: Sí, señor, entiendo. (Serio.)
Marta: Prometida, no sabía que usted tenía una. (Sorprendida.)
Buriam: Sí, la tengo y es muy hermosa que estoy dispuesto a arrancarle la cabeza y hacer sufrir lentamente el que quiera hacerle daño de alguna manera. (La miro serio.)
Marta: *Su mirada me da algo de miedo, parece ser que realmente no le agrado a este señor.* (Mueca.)
William: Se nota que realmente la ama, señor Lombardy. (Lo mira.)
Buriam: Como no tiene una idea. (Sonríe inconscientemente.)
Emma: Hola, buenas tardes. (Hace una reverencia y los mira quedando sorprendida.)
Marta: *¿Qué diablos hace ella aquí? Acaso no me digas que esta mocosa es su prometida.* (Enojada.)
Buriam: Amor, ven siéntate con nosotros. (Le ayuda con la silla.)
Emma: *Buriam, qué diablos planeas, por qué ella está aquí contigo*. (Se sienta.)
William: Su prometida es realmente hermosa, felicidades, señor Lombardy. !Sonríe.)
Buriam: Sí, lo sé, es un verdadero ángel. (Beso su mano.) Ahora tome, esta es la carpeta que quiero que veas. (Le entrego.)