Curando Tu Alma

Por otro lado, nuestra querida Olga ajena a los planes de Marisol y Amanda, se pone la mano en el corazón y ayuda al adolescente que vive con ella, mientras todo se soluciona, le compra ropa en línea, le busca opciones de colegio donde estudiar, etc.

Aunque, existe un problema, el infiel de su pareja aparece después de varios días fuera y finge que nada ha pasado, queriendo besar a la secretaria, la cual está un poco distraída pensando en qué hacer de comer.

—Buenas tardes, hermosa— dice meloso, como si no llegara de tener relaciones con su supuesta mejor amiga.

—Buenas tardes— responde ella secamente y sin disimulo, se limpia la boca.

—¿Qué pasa? ¿Por qué actúas así? –cuestiona enojado.

—Has pasado tres días fuera de casa— dice con calma— Así que decidí terminar la relación que tenemos— avisa

—No puedes dejarme, Olga— reclama él.

—¿Por qué no? –indaga curiosa.

—Porque próximamente seremos padres— anuncia.

—Gracias a todos los Dioses, no estoy embarazada de ti— ríe amargamente, mientras Theo puede escuchar la discusión desde su nueva habitación.

—Pero yo sí seré padre— la noticia ciertamente le sorprende, pero solo confirma aún más que el paso que está dando, es el indicado.

Previamente, ya le había avisado al niño sobre su pareja, por las dudas que llegara a encontrárselo antes que ella, incluso temiendo que lo insultase.

—¡Te felicito!— le aplaude un poco dolida— Siempre sospeché de la amistad que tienen.

—Bueno, gracias por felicitarme, pero hazlo contigo también; es más, alégrate de que seremos padres, tú y yo— dice acercándose a ella mientras le agarra las mejillas con fuerza y la besa ferozmente, como un maldito enfermo.

—¡REALMENTE ESTÁS MAL!— le grita alejándose— YO JAMÁS CUIDARÉ A ESE NIÑO. –enseguida se arrepiente de sus palabras porque ciertamente está cuidando un hijo ajeno, aunque ha descubierto que es de la persona que quiere. Pero, el tema es que Theo no malentienda este problema.

—¿Por qué no?— cuestiona con tanta calma que asusta— ¿Es por qué no soy ese veterinario de miərda? –Se acerca un poco a ella— ¿Eh? ¿ES POR ÉL? –le grita casi apunto de darle una cachetada, pero no lo hace porque el adolescente se mete en medio de ambos cuerpos.

Ese valiente niño, odia que las mujeres sean agredidas físicamente, ya que lo vivió con su madre biológica, la cual lo ha dejado para protegerlo y por eso le dijo aquellas palabras de consuelo antes de subir al auto con el agresor. Que, en parte, también fueron unas disculpas.

Para sorpresa del idiota, Theo no se acobarda cuando hace el amague de que lo golpeará a él también. Sin embargo, ese color de pelo y esos ojos le recuerdan al jefe de Olga, por lo que puede sacar la conclusión de que es el hermano menor y a este sí lo cuida sin problemas.

—Como dije— chasquea su lengua— Lo que tenga que ver con tu jefe, sí lo avalas— se ríe por lo idiota que se siente.

Aunque ciertamente lo es. Avísenle.

—No te metas con él— defiende ella, poniéndose delante de Theo.

—Yo no dejaré que te toque— menciona el adolescente sorprendiendo a la mujer que actúa de escudo, ya que ha emitido pocas palabras desde que fue presentado por Amadeo.

—Vete a tu habitación— le pide ella y su pareja asiente en su dirección dándole a entender que no debe meterse, pero a escondidas, Olga le pasa su celular con la clara intensión de que debe llamar a la policía.

Aunque, una vez que lo tiene en la mano, solo piensa en retirarse para llamar a quién cree que es el indicado; que en este caso, será a su padre.