Un repentino divorcio deja a Genoveva con el corazón destrozado y con la responsabilidad de la crianza de sus ocho hijos, que tienen entre 2 y 9 años de edad.
La vida la pondrá de rodillas, pero ella hará hasta lo imposible, para sacar a sus hijos adelante. Aunque no se sienta del todo orgullosa de sus acciones.
¿Podrá seguir adelante con su vida? ¿Volverá a creer en el amor?
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CAPÍTULO 17
Genoveva se levantó de la mesa y fue a la cocina. Saber que Santiago estaba en el teléfono y que con una sola palabra podía traerlo a su cama. Le disparaba la ansiedad y la frustraba mucho, por eso decidió alejarse y esperar a que Máximo terminará de hablar para regresar a la mesa.
—Mami, mi papi quiere hablar contigo. —le dijo Máximo, extendiéndole el teléfono.
Ella dudó por un segundo, pero no pondría a su pequeño en una incómoda situación. Por eso tomó aire y le respondió
📱—Dime
📱—Te amo y te deseo. Quiero poseerte de muchas maneras y hacerte gritar mi nombre —le susurró Santiago al teléfono.
Genoveva sintió sus piernas temblar. Pero no respondió nada. Solo lo ignoró y volvió a repetir
📱—Dime o voy a colgar —le dijo ella con su voz entrecortada. Las palabras de su ex la habían desestabilizado.
Santiago dejó salir una risita al teléfono. Él cada día le enviaba mensajes eróticos, porque la conocía perfectamente. Ella no podía vivir sin hacer el amor con él.
📱—Ok, por ahora descansaras de mi. Camila está en el hospital y el parto será difícil. No podré ir en algunos dias. Por favor discúlpame con los niños y cuídalos mucho. Ustedes son mi mundo.
📱—Ja, pareces un sistema solar. No te preocupes. Cuidaré a mis hijos. Porque son míos. Adiós
Genoveva colgó y no pudo evitar que las lágrimas salieran de sus ojos.
No sé imaginan, lo doloroso que es saber que el amor de su vida, Ahora le pertenece a otra mujer.
Genoveva limpió sus lágrimas y regresó a la mesa. Pero al llegar, sus pequeños estaban tristes y algunos tenían lágrimas en sus ojitos. Lo que se resumía en que ya Máximo le había dado la noticia, de qué los planes del día siguiente, quedaban aplazados.
Genoveva sintió una punzada en su corazón. Odiaba verlos asi, entonces los invitó al cine para animarlos. Pero la niñera se había marchado. Por lo que vieron la película en su sala. Genoveva preparó algunos aperitivos, mientras que Máximo y Sebastián escogían una película.
Ellos después de ver la película se quedaron dormidos. Al día siguiente, se levantaron y después de desayunar, todos fueron a la escuela y la rutina se volvió un poco triste. para los bebés.
Día tras día, salían del colegio con la ilusión de que su padre, estaría esperando por ellos.
Pero pasaron más de treinta días y él solo llamaba por teléfono. Al parecer estaba muy ocupado con su pequeña Emperatriz.
Cada día los niños se sentían más tristes. Hasta el pequeño Máximo se sentía desplazado.
Su padre lo llamó y Máximo le respondió emocionado, pero solo le aviso que tenía que salir de viaje y que estaría afuera por dos meses. Que los amaba y que se cuidaran.
El pequeño Máximo se quedó con la triste noticia solo para él. A sus hermanos les dijo, que su padre regresaría pronto al igual que a su madre.
Dos semanas más pasaron y Genoveva recibió una mala noticia.
La niñera renunció. Le habían ofrecido un mejor trabajo en el extranjero y le pagarían el doble. Genoveva le pidió que no tomara una decisión aún. Está segura de que Santiago podía mejorar esa oferta.
Por lo que tomó el teléfono y le marcó
📱—El número que usted marcó, no se encuentra asignado a ningún usuario.
Genoveva tuvo un mal presentimiento. Revisó el teléfono y estaba perfectamente escrito. Le pidió el celular prestado a la niñera y obtuvo la misma respuesta. Genoveva comenzaba a preocuparse por él.
Santiago no era capaz de separarse de sus hijos de esa manera. Era claro que algo muy grave le estaba pasando. Entonces ella decidió marcarle al abogado con la intención de indagar.
El hombre después de tres repique le respondió de mala gana.
📱—Diga
📱—Señor Pietro. Disculpe la molestia, pero no puedo comunicarme con Santiago. ¿Usted sabe si él está bien?
📱—Claro señora.Que señor Santibáñez está tan bien. Que está de luna de miel. El señor Santibáñez se casó en Las Vegas, hace una semana con la señora Camila. ¿Tiene algún problema con su mensualidad?
📱—No, no Gracias. Adiós —Genoveva colgó y le dió una sonrisa fingida a la niñera, que aún estaba a su lado.
📱—Me voy señora Genoveva. Solo vine a despedirme de los niños. Le deseo mucha suerte —Termino de decir, la única amiga que Genoveva tuvo, durante estos diez años
Los niños se sintieron aún más tristes cuando se despidieron de la niñera. Genoveva necesitaba contratar a otra persona. Pero eso era una tarea muy delicada. Santiago lo hacía parecer fácil, porque con sus contactos averiguaba, hasta si tenían antecedentes penales. Pero ella no se atrevía a meter a una extraña en su casa y menos a cuidar a sus pequeños tesoros. Así que por ahora ella se las arreglaría sola.
Una semana más pasó y Santiago no se había vuelto a reportar. Los niños volvían loca a Genoveva con sus preguntas y las niñas lloraban todas las noches, porque extrañaban a su padre.
Mientras que Camila le enviaba fotos de Santiago con su bebé en brazos.