Sobreviviendo Como La Extra

Melisa reunió a todos los que estaban presentes cuando la Duquesa fue descubierta, ella les pidió que no cedieran si la Duquesa o Cristal los quieren comprar, porque ese dinero no les durará mucho y si su padre se entera que le están escondiendo algo así de importante, podría despedirlos, ellos no le deben lealtad a la Duquesa, se lo deben al Duque quien les le ha dado trabajo y siempre les ayuda cuando lo necesitan, los sirvientes por supuesto estaban dudosos, pero, saben que últimamente Melisa tiene el favor el Duque.

- si les ofrece dinero, aceptenlo, servirá como prueba y cuando eso pase, mi padre seguramente les dará una recompensa por hablar con la verdad.

Los sirvientes se miran entre si, pero saben que lo que más les conviene es conservar su trabajo. Así pronto la Duquesa los mando llamar, ofreciendo dinero para no decir nada y negar todo si Melisa llegase decir algo de lo sucedido, además de que les dice que ella puede hacer que los despidan, todos aceptan y se pasan a retirar, mientras que la Duquesa va en busca de Melisa, logrando verla cuando iba regresando del bosque.

- maldita bastarda, pagarás por que me hiciste, le haré saber a tu padre que casi haces que abusen de mi.

Por supuesto, la Duquesa dice todo eso para que los sirvientes escuchen, de ese modo, ellas estarán aún más de su lado.

- ¿bastarda? Pero si mi madre fue la primera esposa de mi padre. Creo que se confunde, porque la bastarda es otra.

- ¿que? No te atreves a decir cosas que no son, aquí lo importante es lo que me has hecho.

- ¿yo? Si ese té lo hizo para que yo bebiera. Cuando mi padre se entere, irá directamente a la calle, usted y su verdadera bastarda.

La Duquesa se queda atónita ante las últimas palabras de Melisa, mientras que la pelirosa, solo le sonríe tan tranquilamente, después de los dicho.

- ¡oh! lo siento, eso era algo que no debía decir.

Melisa muestra una expresión de preocupación, mientras que la Duquesa seguía sin poder decir nada, ya que se suponía que ese secreto, era algo que solo él Duque y ella sabían, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, si se sabe algo así, ella y su hija serán repudiados por todos, incluso el compromiso de Cristal podría peligrar, antes que Melisa hable, debe deshacerse de ella. Se dio la vuelta para irse, debe encontrar una manera de acabar con ella; Melisa sabe que esa mujer no estará quieta, lo bueno que ser envenenada no es algo que le preocupe, Dora se hace cargo de su comida aparte y tiene su poción que es efectiva, además de que va procurar salir de la mansión seguido, para no encontrarse con la Duquesa.

En el palacio, Corad se encontraba en su estudio revisando su papeleo, cuando tocan a su puerta, era un hombre vestido de guardia y con una capa, rápidamente le informa lo que ha sucedido en la mansión del Duque Ruzek, Corad aprieta las manos con furia.

- esa mujer...si Melisa no fuese astuta, no quiero ni imaginar lo que hubiese pasado.

Rápidamente escribe una carta y la entrega al guardia, ordenando que sea enviada de inmediato apenas averigüen donde esta el Duque, aunque Melisa sepa defenderse, es mejor que el Duque regrese regrese pronto.

- así que realmente se preocupa por ella.

Liam estaba en esa misma oficina, sentado en el sofá mientras también hacía una revisión con los documentos.

- aún si no fuese cercano a ella, ninguna mujer merece que le hagan algo así.

- es muy común eso, aunque tratemos de cambiar las leyes, habrán quienes no la respeten.

Es molesto que aún cuando han intentado implementar una ley donde se prohíban los matrimonios arreglados, los nobles del consejo siempre se oponen, claro, hacer eso, solo arruinaría sus oportunidades de negocios, ya que eso es lo que son esos matrimonios arreglados, un negocio donde ofrecen a sus hijas a cambio de financiamiento o para elevar su estatus. Corad salió de la oficina para enviar a alguien por Melisa, lo mejor será ofrecerle salir de la mansión mientras su padre regresa, aunque no quiere que sepa que la mantiene vigilada, así que debe hacer que ella misma diga lo que esta pasando y así ofrecerle su ayuda.

- Liam, debo salir, te encargo todo.

- ¿que? ¡Ey! No, yo quería mi tarde libre, prometí ir a ver a Silvia y beber el té con ella.

- lo siento, hoy no podrás ver a esa doncella, porque se lo haces, no es a Silvia a quien vas a ver.

La cara de Liam se quedó completamente roja y mejor no dijo nada más, su tío es lo suficientemente astuto, pues, si, era verdad que quería ver a Dalia, durante el día que estuvieron en la mansión de descanso, ella le llamó mucho la atención cuando la veía en pasear por la mansión, incluso tuvo una breve charla con ella, Dalia es una chica sencilla, que le dio a saber que esta feliz siendo quien sirve a la princesa, ya que Silvia la trata muy bien, pues otras chicas nobles son demasiado engreídas, además su compañía era agradable, nada comparado a los días que pasa con Cristal y justamente en eso estaba pesando cuando una doncella le avisa que Cristal lo busca, dejo salir un largo suspiro y muy a su pesar, se dirige al jardín pues es ahí donde lo esperaba, Cristal al verlo corrió hacía él, pero al estar cerca, le abraza llorando.

- ¡oh! Alteza, verlo alivia un poco mi triste corazón.

Liam solo giro los ojos, con molestia y la aparta sujetando sus hombros para que no se pegue de nuevo a él.

- ¿le ha sucedido algo?

- mi hermana cada día está más rebelde, mamá apenas puede con ella. Incluso trajo a un hombre a la casa y amenaza a mi madre con decirle al Duque que es el amante de mi madre, cuando en realidad es suyo.

Liam frunce los labios, repugnante la manera en la que esa chica miente, sin importar el daño que le este haciendo a su hermana, por supuesto que él sabe la verdad, lo escucho del guardia que informo a su tío.

- que lamentable. Pero no es algo en lo que yo pueda intervenir.

- lo entiendo alteza, solo vine porque necesitaba consuelo.

- por supuesto, pase a la sala, haré que le envíen algo de comer.

- pero alteza ¿no se quedará conmigo? Por favor quédese a mi lado...

Cristal abraza nuevamente a Liam con la intención de besarlo, pero Liam la aparta de inmediato.

- lamento lo que esta pasando, pero vino en un momento en el que yo debo salir con urgencia. El emperador me envió a una misión importante.

- ¿eh? No, no por favor, quédese conmigo.

Cristal muestra sus lágrimas nuevamente mientras hace un puchero, pero Liam solo frunce el ceño.

- señorita, ¿quiere que desobedesca una orden del emperador? Sabe que eso puede afectar mi ascensión al trono.

- ¡oh! Lo lamento, no debí ser tan desconsiderada. Comprendo vaya.

Por supuesto, sabía que eso ayudaría, es obvió que a Cristal solo le importa el estatus y tiene un gran deseo de ser emperatriz. Liam se marcha ordenando que se lleven de regreso a su casa a Cristal, pero cuando Liam se ha ido, Cristal se niega a irse y dice que irá a ver a la princesa.