 
                            Después de perderlo todo Isabela decide reconstruir su vida.
Entre lágrimas y aprendizajes, descubre que el destino puede sorprender con un nuevo amor y una nueva vida…
Uno capaz de sanar su corazón y enseñarle que siempre es posible volver a soñar y a vivir.
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Capitulo:16
ISABELA:
Los días en el trabajo han sido algo intensos y cargados, Vladimir y yo apenas hemos tenido tiempo de hablar y todo es estrictamente laboral.
—Dile al señor Vladimir que voy a pasar a hablar con él sobre el proyecto.
Levanto la mirada y observo a Amelia que me mira con una sonrisa de orgullo.
—El señor Romanov está ocupado, le avisaré en cuánto tenga tiempo libre.
Ella se ríe y me mira fijamente mientras se inclina ante mi escritorio.
El jefe siempre tiene tiempo libre para mí, avísale que voy a entrar.
La miro con incredulidad, pero ¿Qué se cree esta?
Con un suspiro presiono el botón.
—Señor Romanov, la señorita Martínez desea entrar para presentarle su nuevo proyecto.
—Estoy ocupado, que te lo presente a ti, eres muy buena en eso.
Dice y cuelga de inmediato.
Miro a Amelia con una sonrisa de felicidad.
—Adelante, puede presentarme su proyecto.
Me acomodo mejor en mi asiento y la miro fijamente.
Amelia hace una fea mueca y toma sus papeles entre sus manos.
—Mejor espero a que el jefe se desocupe... Por cierto, mi fiesta de compromiso es mañana, no faltes cariño.
—No pensaba hacerlo querida, ahí estaré.
Ella sonríe mientras se retira sin más.
Respiro profundo mientras pienso en la cara que pondrá cuándo me vea con su jefecito querido y una sonrisa se forma en mi rostro.
—Espero que esa sonrisa sea por un lindo recuerdo señorita Torres.
Me sobresalto al verlo.
—¿Cuándo llegó? No me di cuenta.
—Si lo noté, usted estaba muy centrada en sus pensamientos.
Una sonrisa algo nerviosa sale de mis labios y luego pregunto.
—¿Se le ofrece algo señor Romanov?
—Ya debo marcharme, tengo varias reuniones con accionistas.
—¿Debo ir con usted?
Vladimir niega.
—No hace falta, vengo para decirle que ya se puede ir a casa y nos vemos mañana ¿A qué hora paso por usted?
—A los 8:00 está bien, no es necesario llegar temprano.
—Está bien, entonces nos vemos mañana.
Dice para luego marcharse y una sonrisa se forma en mis labios, aunque me pongo seria de inmediato.
—¿Por qué sonríes? Aunque creo que será emocionante ir a mi casa, sí, necesito un merecido descanso.
En otra parte de la ciudad, la madre del hermano de Vladimir habla con su nuera.
—Ni siquiera es bonita, debe de ser una de las zorras de ese idiota mocoso.
Dice la mujer frunciendo el ceño, ella no está feliz con el giro que ha dado esto.
—No creo ¿Acaso no viste como la miraba? Me di cuenta de que nunca soltó su mano.
Dice la chica mientras piensa que ella en su lugar haría las cosas mejor, esa pobre mujer no se ve a la altura de un brillante y maravilloso hombre como lo es Vladimir.
—¡Tonterías! Esa mujer solo vino a dañar nuestro plan... Debemos de quitarla del camino.
—Estoy de acuerdo con usted suegra, esa mujer no es más que una piedra en nuestros zapatos, eliminarla no será para nada difícil, tengo los contactos necesarios.
—Entonces encárgate querida, dejaré todos en tus manos.
La señora se levanta para retirarse, mientras la chica piensa con una sonrisa.
—Si la elimino puedo seducir a Vladimir, soy más hermosa que ella... No será difícil.
Se ríe mientras saca un cigarrillo de su bolsillo.
ISABELA:
Me miro al espejo por tercera vez.
—Una señora de treinta y cinco, pero hermosa.
Susurro mirando lo bella que estoy esta noche, desde hace mucho tiempo no me sentía tan hermosa
Estoy abajo ¿subo por ti?
Leo el mensaje de mi jefe y le respondo con un no hace falta.
Tomo mis cosas y salgo de mi edificio sintiéndome toda una diva.
Al salir observo a mi jefe con los brazos cruzados al lado de su lujoso auto.
Cuándo me mira sonríe y se acerca a mí.
—Está deslumbrante señorita Torres ¿Me haces el honor?
Él me tiende su codo y con una sonrisa lo tomo hasta que me lleva a la puerta de copiloto y la abre.
—Hoy no viene con chófer.
—Decidí darle el resto del día libre.
Dice mientras entro y él cierra para rodear el auto.
Antes de arrancar le paso la dirección del evento y luego el auto se pone en marcha.
—¿Has estado teniendo malestares todavía?
Su pregunta me toma con algo de sorpresa, pero sonrío.
—Sí, y la verdad es terribles, pero trato de sobrellevarlos con paciencia y amor.
—Serás una excelente madre.
—¿De verdad lo crees?
—Sí, así lo creo Isabela... Eres una excelente persona y como madre serás brillante.
Dice y siento como mis ojos se llenan de lágrimas.
—Gracias.
Susurro sintiendo una extraña, pero linda calidez en el pecho.
Al llegar frente al salón de eventos, Vladimir se estaciona, pero antes de él salir del auto tomo su mano.
—Espera... Antes de entrar tienes que saber algunas cosas.
Cierro los ojos por unos segundos y luego lo miro.
Sus hermosos ojos me brindan una calma que me dan ganas de quedarme ahí para siempre.
—Te escucho.
Dice con tranquilidad y suelto su mano mientras tomo un poco de aire para hablar.
—Te contaré lo básico... Mi ex esposo, el padre de mi bebé que crece en mi vientre... Él se está comprometiendo con mi ex mejor amiga.
Digo lo último con la voz baja mientras siento vergüenza de mis propias palabras, la verdad no sé que estoy haciendo.
En el auto se hace un largo minuto de silencio hasta que escucho su voz.
—Esto es muy extraño... Aunque.
Siento como toma mi mentón de manera delicada y hace que vuelva a mirarlo.
—No soy quién para juzgarte, sé que tienes tus razones para hacer esto... Pero al menos dame una explicación de lo que está pasando cuándo salgamos del lugar ¿De acuerdo?
Mis ojos pican por derramar lágrimas ¿por qué él es tan comprensivo? ¿Es normal?
—De acuerdo.
 
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                    