"El Misterio del Bosque Encantado" es una emocionante novela de aventuras que sigue a Lucas, un joven aventurero que, desafiando las advertencias de su pueblo, explora un bosque misterioso lleno de secretos. Tras encontrar una puerta oculta y enfrentarse a una criatura mítica, Lucas descubre que su destino está ligado a una espada ancestral y a un portal que lo transporta a un mundo desconocido. Allí, es recibido por un grupo de guerreros que lo guiarán en una nueva misión, mucho más peligrosa de lo que jamás imaginó. Esta es la historia de un viaje lleno de valor, misterio y descubrimientos.
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El Despertar de la Oscuridad
Tras su salida del Templo de la Luz, Lucas, Mara y Torak avanzaron en silencio por las montañas nevadas. La purificación de la llave había traído una nueva energía a Lucas, pero también una sensación de vacío que no podía ignorar. El sacrificio que había hecho seguía pesando en su alma, aunque ahora tenía la certeza de que estaba más cerca de salvar el mundo.
La luz del amanecer se filtraba entre las nubes cuando el grupo descendió hacia el valle. Aunque el paisaje era majestuoso, el aire estaba cargado de una energía ominosa. Mara lo sintió primero, deteniéndose en seco mientras miraba hacia el horizonte.
—La oscuridad se está moviendo —dijo en voz baja, como si las palabras pudieran invocar el mal.
Torak, siempre el guerrero pragmático, desenfundó su espada y observó los alrededores.
—Ya no es solo una sensación —gruñó—. Algo se aproxima. Y rápido.
Lucas cerró los ojos por un momento, conectándose con la llave dentro de él. Podía sentir la energía de la luz fluyendo, dándole fuerza. Pero más allá de eso, en las profundidades del mundo, algo oscuro y antiguo estaba despertando. La purificación de la llave no había pasado desapercibida. Los siervos de la oscuridad debían haberlo sentido también, y ahora se estaban movilizando.
—Es el momento —dijo Lucas con firmeza, abriendo los ojos—. El equilibrio entre la luz y la oscuridad se ha alterado. Tenemos que actuar antes de que ellos lleguen a nosotros.
Mara asintió.
—La fortaleza de Azaroth no está lejos de aquí. Si la oscuridad se está concentrando en algún lugar, es allí donde debemos ir.
Azaroth era un nombre que resonaba en las leyendas, un antiguo bastión del mal, donde los seguidores de la oscuridad se reunían para llevar a cabo sus rituales más terribles. El solo hecho de mencionarlo hacía que la piel de Lucas se erizara. Sabía que la batalla final se acercaba.
—Entonces no perdamos tiempo —respondió, ajustando su capa para protegerse del frío creciente—. El destino del mundo está en juego.
Avanzaron sin detenerse, aunque la sensación de peligro aumentaba con cada paso. La nieve comenzaba a caer con más intensidad, cubriendo el terreno en una espesa capa blanca. El camino hacia Azaroth era traicionero, lleno de pendientes resbaladizas y pasos estrechos entre los acantilados, pero ninguno de los tres mostró signos de flaqueza.
A medida que se acercaban a la fortaleza, la atmósfera se volvía cada vez más densa. El aire, cargado de oscuridad, parecía dificultar la respiración. Lucas podía sentir cómo la influencia maligna se extendía desde el corazón de la fortaleza, como si el mismo lugar estuviera vivo y consciente de su llegada.
Finalmente, al llegar a la cima de una colina, pudieron ver Azaroth. La fortaleza se alzaba imponente en el horizonte, oscura y terrible. Torres afiladas se elevaban hacia el cielo como garras gigantescas, y una niebla densa la rodeaba, ocultando en parte sus formas. Los muros estaban cubiertos de runas arcanas y símbolos antiguos que parecían pulsar con una energía maligna. Había algo antinatural en el lugar, algo que parecía consumir la luz que lo rodeaba.
—Ahí es donde se oculta la verdadera fuente de la oscuridad —dijo Mara, con voz apenas audible—. Si logramos destruirla, podremos detener el avance de las sombras.
—Pero no será fácil —añadió Torak, con la mirada fija en la fortaleza—. Ese lugar está protegido por fuerzas que no hemos visto aún.
Lucas observó la fortaleza, sintiendo cómo la llave vibraba dentro de él. Sabía que lo peor aún estaba por venir. El Guardián del Templo de la Luz había advertido sobre el sacrificio, pero Lucas no había imaginado que el verdadero desafío no sería solo la purificación de la llave, sino la batalla final que estaba por desatarse.
—No importa lo que se interponga en nuestro camino —dijo Lucas, con una determinación renovada—. Hemos llegado demasiado lejos para retroceder ahora.
Mara y Torak asintieron, compartiendo el mismo sentimiento. Juntos, comenzaron el descenso hacia Azaroth, conscientes de que cada paso los acercaba más a la confrontación final.
Al acercarse a los muros de la fortaleza, las sombras parecían moverse a su alrededor, como si estuvieran vivas. De repente, un gruñido bajo y gutural resonó en el aire. Desde las sombras emergieron figuras oscuras, criaturas deformes con cuerpos retorcidos y ojos brillantes, llenos de malevolencia.
—¡Prepárense! —gritó Torak, levantando su espada mientras las criaturas avanzaban hacia ellos.
Lucas, con la llave resonando dentro de él, sintió una oleada de poder. Con un movimiento fluido, canalizó la energía de la luz, formando un escudo luminoso a su alrededor y alrededor de sus compañeros.
—La oscuridad no prevalecerá —dijo, con voz firme.
Las criaturas cargaron contra ellos, sus garras afiladas destellando en el aire. Torak, con una precisión brutal, comenzó a cortar a través de las primeras filas, mientras Mara invocaba hechizos de protección y ataque, lanzando rayos de energía mágica que desintegraban a los enemigos.
A medida que la batalla se intensificaba, Lucas sintió que la llave en su interior lo guiaba, dándole el control sobre la energía de la luz. Los destellos luminosos salían de sus manos, envolviendo a las criaturas en un resplandor cegador que las debilitaba, dándoles a él y a sus compañeros una ventaja decisiva.
Sin embargo, por cada criatura que caía, otra más emergía de las sombras. La batalla parecía interminable, y las fuerzas de la oscuridad no mostraban signos de agotamiento. Lucas podía sentir la tensión en su cuerpo, la presión de mantener la energía de la luz mientras sus enemigos seguían atacando sin descanso.
—¡No podemos seguir así! —gritó Mara, retrocediendo mientras lanzaba otro hechizo—. ¡Son demasiados!
Torak, jadeando por el esfuerzo, asintió.
—Debemos avanzar. Si seguimos luchando aquí, nos quedaremos sin fuerzas antes de llegar a la fortaleza.
Lucas lo sabía. La clave no era derrotar a cada criatura, sino llegar a la fuente de la oscuridad y destruirla de una vez por todas. Con una última ráfaga de luz, dispersó temporalmente a las criaturas más cercanas y miró a sus compañeros.
—¡Corran hacia la fortaleza! —gritó—. ¡Yo los cubro!
Sin dudarlo, Mara y Torak comenzaron a moverse, esquivando los ataques de las criaturas mientras corrían hacia la entrada de Azaroth. Lucas, con la llave irradiando su poder, concentró toda la energía que le quedaba para crear un escudo protector a su alrededor, lo suficientemente fuerte como para contener a las criaturas durante el tiempo necesario para que todos llegaran a la entrada.
Una vez alcanzaron las enormes puertas de la fortaleza, estas se abrieron con un chirrido, como si la oscuridad misma las estuviera esperando. Dentro, todo era aún más aterrador. Las paredes parecían palpitar, y el aire estaba denso, cargado de maldad.
—Este es el corazón de la oscuridad —dijo Lucas con voz baja.
El verdadero desafío comenzaba ahora, y lo que encontrarían dentro determinaría no solo su destino, sino el del mundo entero.