Shopia estudiante de enfermería es engañada por su gran amor, sin querer conoce a un familiar de su ex, con quien conocerá la otra cara del amor.
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Ecografía
Mis manos estaban algo temblorosas cuando estaba por abrir la puerta donde Derek aún convalecía su dolor.
—¿Pudiste dormir?— le pregunté tomando asiento a su lado y cubriendo sus manos con las mías.
Al sentir la suavidad de mi piel, quiso escapar, pero no se lo permití, le agarré muy fuerte.
—¡Suéltame!... ¿Qué es lo que haces?— con la vista fría y algo confundido gruñó.
—¿Está mal tomar la mano de mi esposo?
—No es correcto que me tomes a la fuerza, cuando no quiero.
—Tampoco quiero tomarte a la fuerza, pero nuestro hijo tiene que sentir que estamos juntos.
— Ja, ja, ja— logré plasmar una sonrisa en su rostro.
Una enfermera muy apuesta entró a cambiar el suero, nos vio algo serios y salió enseguida.
—Estuve hablado con el médico y con buenos tratamientos podrás volver a caminar, es solo cuestión de tiempo y el esfuerzo que le pongas— me dirigí nuevamente a él.
— ¿Sabes si ya atraparon al culpable?
— Aún están revisando las cámaras de seguridad de la zona, en unos días vendrá un policía a pedirte una declaración, yo ya di la mía, pero como la mayor parte del tiempo estabas inconsciente les pedí unos días.
—¿Vino Zaíra a verme?
—Sí, estuvo por aquí, le prohibí que se acerque a nosotros, quiero a esa mujer fuera de nuestras vidas.
— No tienes derecho a hacer eso, no sabes todo lo que siento por Zaíra, esa mujer es la única familia que tengo. Así que la próxima vez que venga, déjala entrar.
—Ahora yo y tu hijo somos tu familia, hasta que nos divorciemos. Si esa mujer te ama, te va a esperar. No quiero verla dentro de la casa.
—¿Qué fue lo que te tomaste anoche que estás diciendo estupideces?
—Lo que me haya tomado anoche no es de tu incumbencia.
— Shopia, aún no me acostumbro a ver tu rostro, déjame solo ¿quieres?.
—Vete acostumbrando, porque tenemos más de 9 meses para convivir. Más tarde vengo a verte, por el momento te dejaré solo.
Selin me esperaba en la salida del hospital, tenía mi primera ecografía y ella seria quien me acompañaría, ya que Derek estaba hospitalizado.
Acaricié mi abdomen, nunca imagine que mi corazón se rompiera en un millón de pedazos de felicidad con su pequeña presencia, nunca me imagine que algo tan pequeño podía cambiar el curso de mi vida y amarlo como a mi propia vida. Ya nos unía un amor para siempre, y eso hacía que viera la vida de otra forma. No importaba si su padre nos quería o no, lo que importaba era que nosotros nos teníamos el uno para el otro, porque a pesar de toda adversidad nos unía un amor que pocos lo entenderían.
—¿Cómo sigue Derek?— me preguntó mi amiga para romper un poco el silencio, mientras conducía el volante.
—Está un poco irritante, espero que pronto se le pase, para que las cosas sean más llevaderas— le contesté.
—Todos estos días, ningún familiar se acercó a verlo.
—Derek no tiene familia, la única persona que el considera familia es Zaíra, ella si vino, pero no le permití entrar.
—¿Porque no le prohibiste ver a su amante?, ¿estás celosa?, porque cambiaste de pensamiento ahora, tenía entendido que les dejarías que vivan su amor.
—Eso fue antes del accidente, ahora no voy a permitir que esa mujer se acerque a mi esposo porque tengo poco tiempo para que se recupere y vuelva a su vida normal. Esa mujer solo me va a perjudicar.
—Pensé que sentías cosas por tu esposo, y que estabas celosa.
—No te voy a negar que Derek es un hombre muy atractivo, pero es un hombre con muchas heridas, y no se si en su corazón tenga espacio para mi.
—Si le ayudas a sanar, quizás tengan una oportunidad.
—No estoy segura si quiero ser parte de su amor, pero le obligaré a ver las cosas de otra forma.
Por fin habíamos llegado al consultorio, la doctora me dio una bata para qué me colocará y me dijo que me sacara la ropa interior, me acostó en una camilla, introdujo un aparato con una sonda en mi vagina, las imágenes que se plasmaban en la pantalla, inundaron mis ojos de lágrimas, ver como mi bebe crecía y se desarrollaba era el milagro más hermoso que una mujer podía experimentar. Mi hermoso bebe aún se estaba adaptando a su pequeña vida en mi útero, su cordoncito umbilical se estaba formando, ese cordón sería la conexión que yo tendría con él para darle oxígeno y nutrientes.
Con siete semanas de embarazo mi pequeño media solo 1 cm, su cerebrito ya contaba con sus dos hemisferios, sus rasgos faciales ya eran evidentes, su corazoncito latía a un ritmo regular como una hermosa melodía. No quería que este momento termine, por qué recién caía que realmente dentro de mí había vida. Y esa vida estaba transformado la mía.
Salí muy contenta de ese lugar, conocí a mi verdadero amor, al gran amor de mi vida, a mi pequeña compañía, ya no me importaba si los demás me querían, solo tenía la necesidad de cuidar lo que llevaba conmigo.
— Fue muy hermoso ver lo que llevas en tu vientre, amiga— dijo Selin cuando salimos del consultorio y luego al rato me dio un cálido abrazo.
—Ver como se desarrolla mi pequeño milagro me obliga a no arrepentirme de la noche en que me cubrí en el abrigo de Derek, no lo amo pero gracias a él puedo sentirme distinta, no se si fue cosa del destino o parte de las malas decisiones, pero ya no quiero volver atrás.
—Me alegra saber como te sientes, una nueva versión de ti está surgiendo y me alegra ser parte de esto Shopia.
—Selin, gracias por estar siempre conmigo, no solo eres una amiga, eres más que eso, eres como la hermana que nunca tuve. Soy feliz sabiendo que siempre puedo contar contigo.
Me ganó el sentimentalismo, abracé a mi amiga con todas mis energías, ella sabía a la perfección como era y me aceptaba como tal. Si caía ella estaba ahí para tirarme una soga y ayudarme a salir de todo hueco al que cayera.