Todo tiene su final hasta los sentimientos.
Los hermanos Hayes eran demasiados diferentes, el uno era como un volcán a punto de erupcionar mientras que el otro era tan frío como el hielo.
Emily había estado enamorada toda su vida de Iason Hayes, el chico soleado, un rompecorazones total. Ella creyó que era especial para él, por lo que, cuando le dicen que se debe casar con uno de los dos hermanos ella lo elige a él. Sin embargo, luego de tres años de matrimonio llenos de amargura y malentendidos, Emily se da cuenta de que quizás había tomado la decisión equivocada y solo tal vez había elegido al hermano equivocado.
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Capítulo 13
Justo cuando Emily estaba empacando sus pertenencias, recibió una llamada, esta vez no fue de sus avariciosos padres que la veían como alguna especie de mercancía, ni siquiera de su para nada confiable hermano menor que se la pasaba pegado en la computadora todos los días.
La persona que la estaba llamando era la abuela de los hermanos Hayes, la señora Carla, la cual era uno de los pocos seres humanos que trataba a Emily con amabilidad.
Aquella mujer le había dado a Emily la calidez que una madre le puede dar a sus hijos e incluso era la única que se acordaba del cumpleaños de Emily, por lo que el coche así como algunas de las joyas que poseía habían sido regalos de la abuela.
Por lo que Emily valoraba a aquella mujer como si fuese su propia abuela e incluso un poco más, así que a pesar de que sabía el motivo de la llamada, de igual manera aceptó contestar.
— ¡Hola, Abuela! — exclamó ella con el mismo entusiasmo de siempre.
La persona detrás de la llamada lanzó un suspiro lleno de complacencia antes de hablar.
— Mi dulce niña, ¿cómo estás?, ¿dónde estás?, ¿por qué no has llamado a la abuela cuando estás pasando un momento difícil?
Emily hizo un puchero como si no supiera qué decir, al final se aclaró la garganta antes de contestar.
— La abuela ya lo sabe, parece que las noticias vuelan rápidamente — musito con voz amarga — Estoy bien, abuela, mejor que nunca, ya sabes entre Iason y yo nunca existió nada, así que es mejor terminar todo limpiamente.
La abuela lanzó otro suspiro, sin embargo, este era uno cansado como si el peso de todos sus años de vida se manifestará en aquel acto.
— Ese nieto mío es una escoria que algún día se dará cuenta del gran error que ha cometido al tratarte así durante todos estos años, pero, mi niña, ¿dónde te estás quedando?
Emily ante su pregunta guardo silencio antes de decirle lo que estaba pasando con ella. Ella no le podía mentir a aquella anciana.
— Me estaba quedando con Luka, sin embargo, ahora me estoy mudando a un hotel, yo no quiero incomodar…
— ¿Con Luka?, ese niño siempre ha sido amable, es solo que es difícil ver lo dulce que puede ser su corazón, no te quedes en un hotel, ahora mismo haré que un auto te recoja.
— Pero…
Las siguientes palabras, que iba a decir la castaña, no pudieron ser emitidas debido a que la abuela había colgado el celular de forma abrupta, sin que ella ni siquiera pueda protestar.
Al final optó por seguir recogiendo sus pertenencias, cuando todo estuvo listo, Emily decidió arreglarse un poco debido a que no quería que su abuela piense que estaba sufriendo debido a su divorcio, así que busco la mejor ropa que tenía y se arregló lo mejor posible.
Cuando terminó, dudó por un segundo antes de tocar la puerta del estudio en dónde se encontraba Luka.
Cuando la puerta se abrió no supo que decir.
— Gracias por todo.
Al final solo optó por darle las gracias.
No había nada más que pudiera agregar.
Luka miró a Emily con sumo cuidado debido a que sabía que esta sería la última vez que la vería durante mucho tiempo, quiso grabar en su memoria este momento en el que ella se veía como alguna vez lo hizo en el pasado, con ese mismo brillo que durante tres años se había apagado.
Al mismo tiempo, no pudo evitar sentir odio hacia sí mismo por ser un cobarde que se conformaba con guardar sus sentimientos en secreto, un estúpido que no tenía el coraje suficiente para dejar sus temores atrás y ser valiente con su corazón.
Pero, incluso si lo hacía, nunca tuvo una oportunidad para empezar.
Quizás la próxima vez, cuando se vuelvan a encontrar, él sería valiente, solo quizás…
— ¡Qué tengas una buena vida! — proclamó antes de abrazar a Emily de manera fugaz como lo haría un ladrón para luego volver a encerrarse dentro de su despacho.
Emily, que había sido abrazada y bendecida, no pudo salir del shock incluso cuando se subió al auto que había mandado la abuela.
Solamente cuando estuvo en presencia de aquella dama que a pesar de que tenía cerca de ochenta años aún parecía ser de sesenta, ella volvió a la realidad.
La abuela primero la evaluó con su mirada, incluso se colocó sus lentes como para confirmar que la chica delante de sus ojos no estaba herida de ninguna manera, solo cuando lo hizo soltó un suspiro antes de atraer a Emily hacia sus brazos.
Fue entonces que Emily se dio cuenta de lo mucho que necesitaba aquel abrazo debido a las emociones que se habían gestado dentro de su corazón, en los brazos de la abuela encontró la paz que necesitaba, era como si todo estaría bien mientras estuviera a su lado.
Luego, como si su boca fuera alguna especie de grifo, ella empezó a decirle a la abuela todo lo que había pasado en su vida, no dejo nada afuera, era como si no se pudiera detener aunque quisiera, parecía que solo cuando dijera todo aquello, ella podría liberarse de la carga que se había instalado sobre sus hombros.
Solamente cuando terminó de hablar se dio cuenta de lo libre que se sentía.
— Mi niña, no está sola, aunque tus padres te hayan dicho aquello, sabes que siempre puedes contar conmigo — murmuró la abuela con aquella voz suave que la caracterizaba — Yo te quiero como si fueses mi propia nieta, aunque ahora has roto cualquier vínculo que te une a esta familia déjame decirte que eso no significa que nos convertiremos en desconocidas.
Emily suspiró antes de besar la mejilla de la abuela de manera sonora.
— Abuela, me estás seduciendo, no digas eso que me puedo enamorar de ti — comentó la castaña llena de sonrisas para luego agregar — Lo sé, abuela, nunca pensé en romper lazos contigo.
— ¿Cuáles son tus planes? — cuestionó — ¿Vas a retomar tus estudios?
Emily pensó su respuesta por un momento antes de decirle con expresión seria.
— Voy a terminar mis estudios, aunque quiero tomar la carrera de mis sueños, ya sabes, quiero vivir por mí misma — explicó.
La abuela se mantuvo en silencio por algún tiempo, estaba tratando de averiguar cómo abordar la petición que le había dicho ese tonto, una vieja como ella debía mentir para encubrir la amabilidad de su estúpido nieto, al final optó por morder la bala y hablar.
— ¿Por qué no sacas una doble licenciatura?, curiosamente hace no mucho me contactó un viejo amigo que es el decano de una universidad y me estaba contando que había abierto un programa de intercambios. Si quieres le puedo hablar de ti, quizás te otorgue una beca debido a tus buenas habilidades para tocar el piano, no decías que eras buena en atletismo, creo que también hay becas deportivas.
No creas que Emily no se dio cuenta del complot de la abuela, después de todo, sus mentiras eran tan irrazonables que solo un tonto no se daría cuenta de que solamente estaba tratando de ayudar a sanar su corazón. Después de todo, la única canción que Emily sabía tocar era «Pequeña Estrella» e incluso si hablaban de correr, ella siempre era la primera, pero desde atrás.
Sin embargo, Emily no quería rechazar la buena voluntad de la abuela, por lo que aceptó su oferta.