Toda vida enamorada, sufriendo humillaciones, para nada, sin darme cuenta deje que un amor enfermizo, acabará con mi amor propio. hasta que mi verdadero amor me salvo.
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Malas intenciones.
Claudia.
Lucero movía su mano con intención de que viera su anillo de compromiso, era obvia las intenciones que tenía, pero estaba lejos de importarme. Mis sentimientos por pablo se habían cambiado, con cada decepción, sería muy estúpido de mi parte si después de todo lo ocurrido aún estuviera como loca por él.
- Claudia\, camila\, tiempo sin verlas.- saludo la muy hipócrita.
- de que estás hablando\, si nos vimos hace solo dos días.- le contesto camila.
- lo siento\, he estado muy distraída\, con todo el asunto de nuestra boda.- la palabra boda la enfatizo tanto\, como para asegurarse que yo escuchara.
- así\, me imagino todo el trabajo que tienes\, organizar una boda y encima cuidar un embarazo debe ser muy tedioso.-le conteste.
- la verdad es que sí.- lucero\, sobo su barriga plana.
- buenos chicos\, los felicito por su boda\, pero nosotras tenemos cosas que hacer.- les dije.
- porque tanta prisa podríamos tomarnos algo\, así les cuento como va todo lo de nuestra boda.
- lo sentimos querida\, pero debemos ir\, a ver los vestidos para su pronta boda.- finalizo camila.
Lucero se estaba esforzando mucho para incomodarme, pero la actitud de pablo fue lo peor, parecía una estatura, no parpadeaba, estaba en completo silencio, que ni siquiera fue capaz de saludar, pero bueno, fue un desafortunado encuentro que debemos olvidar.
Así termino el fin de semana, mi humor era excelente, ya casi no pensaba en el asunto de pablo, era como si mi amor por él se fuera desvaneciendo, llegando pensar que en realidad lo que sentía por él, era no más que un capricho. Pero era mejor así, él estaba comprometido, debía alejarme. Como es decía el fin de semana había terminado y teníamos que volver a la universidad, la noticia del momento era el matrimonio de pablo y lucero, gracias a toda información que ella se encargó de regar, sé que su boda será en un mes, algo rápido, pero que más daba ella ya estaba embarazada. Trate de ignorar todo comentario y centrarme en mi carreta, la cual estaba a solo unos mese de terminar.
Un mes transcurrió, lucero no se volvió a meter conmigo directamente, pero si se esforzaba para que yo me enterara de todo lo que en su vida estaba pasando, en cuanto a Alejandro, hemos estado de maravilla, aunque aún no le hemos dado hombre a la relación que tenemos, lo que si les puedo decir, es que cada día me es más difícil controlarme, ese hombre es ardiente, sus besos me hacen temblar deseo entregarme con locura, pero primero debo estar segura de lo que siento por él.
...
Alejandro.
Todo ha estado de lo mejor, Claudia es una mujer maravillosa, aunque eso ya lo sabía, cada día nuestra relación va avanzando, no sé qué somos, lo cierto es que cada día nuestro deseo se hace presente, sé que ella al igual que yo esta que se muere porque pase algo más que solo beso, debo ser paciente hasta que ella este lista.
Hoy es la boda de pablo, y por supuesto que estaré presente, pensé que Claudia no quería asistir, pero lo hará y yo seré su acompañante, todo esto me tiene nervioso, aún no sé si sus sentimientos por pablo han quedado en el olvido, tengo miedo que pase algo que dañe lo hermoso que hemos construido en este tiempo.
Quizás estoy pensando demasiado, debo confiar en el vínculo que ha nacido entre los dos, después de tanto dar vuelta, llego la hora de ir por Claudia.
Llegue a su casa y la espere unos minutos, hasta que la vi aparecer por las escaleras, estaba realmente hermosa, luciendo un hermoso vestido verde oliva, todo su cuerpo resaltaba provocando me sintiera celo de que alguien más la viera.
- espero no haberte hecho esperar mucho- me pregunta.
-tranquila, estás hermosa, pequeña. - le dije mientras me acercaba a ella.
- gracias\, tú también estás muy guapo.- me dijo\, mientras besaba mis labios.
Ese acto me sorprendió, ya que hemos ocultado lo nuestro, así que mi acción fue mirar a todos lados. Verificando que nadie nos haya visto, ella al verme sonrió.
-no te preocupes, ya todos se han ido.
Dicho eso me tomo de la mano y me llevo a un baño que se encontraba en la primera planta, una vez adentro me volvió a besar, pero este beso era más demandante, lleno de deseo.
Sus manos llegaron hasta mi pantalón en donde ingresaron sin pedir permiso, sus manos estaban tibias, ella acariciaba mi miembro de manera suave, él estaba completamente despierto queriendo entrar en ella, el pantalón me maltrataba, cosa que ella notó, porque lo saco, era la primera vez que ella lo veía, tal parece que se sorprendió, ya que abrió los ojos como plato. Pero eso no la detuvo, estábamos en completo silencio, deseábamos continuar. Pensé que pararíamos. Pero a mi sorpresa ella se agachó hasta quedar a la altura, de mi amigo, el cual observo por un momento y luego lo llego a su boca, yo estaba en show, era tan sexy verla sí, estaba atan excitado, que sentía que en cualquier momento me liberaría en su boca.
- pequeña\, para no aguanto. - le dije entre gemidos.
Pero ella no se detuvo, por el contrario, aumento la velocidad, sus labios y su cálida saliva envolvían cada parte de mi miembro, estaba perdiendo la cordura. Sin poder aguantar más me llegué en su boca.
-estás bien.- le pregunté, apenas se puso de pie.
- sí.- contesto ella con una sonrisa.
Había sido la cosa más increíble, aunque al principio se notaba lo inexperta que era, con el tiempo fue tomando la rienda, logrando llevarme al punto máximo. Pero yo no me quedaría atrás, así que la bese, pude sentir restos de mis fluidos en su boca, pero no sentí asco, lo que más deseaba en ese momento era hacerla sentir igual que bien.
Así que no perdí tiempo y la subía al lavado, en donde me posicione entre sus piernas, con mis dedos corrí su diminuta ropa interior y hundí mi boca en su feminidad, la cual estaba demasiado húmeda, sus gemidos al principio eran suaves, pero luego fueron aumentando, ella tapó su boca, pero yo se la quite.