Alexandra fue engañada creyendo que firmaba un contrato laboral y acabó siendo uno matrimonial.
En tanto que para Christopher la situación también ha sido complicada, ya que como presidente de la empresa familiar, al momento de firmar los papeles para asumir el cargo de manera oficial, dos cláusulas cambiarían su vida para siempre: casarse y ser padre.
Por obligación ambos debieron aceptar la situación; sin embargo, jamás pensaron que la llegada del otro cambiaría muchas cosas para ellos.
¿Podrá el amor surgir con base a un contrato dado por mentiras?
¿Pueden dos personas, con perspectivas de la vida tan distintas, llegar a llevarse bien?
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Capítulo 24 SEIS MESES DE MATRIMONIO
Alexandra
De no ser por mis estudios que me mantuvieron ocupada y aún me demandan mucho tiempo estos meses se hubieran pasado más lentos, porque si llevamos ya seis meses de matrimonio dónde a él lo único que le importa es el estúpido contrato.
Mis sentimientos no le interesan, si lloro o me siento mal anímicamente le da lo mismo, solo llama al médico si me ve enferma porque claro, no puedo estar enferma si debo concebir un hijo suyo.
Aún no me ha tocado, se que tuvo problemas con la empresa y que además se ha visto con un sinfín de mujeres mientras yo estoy estudiando. Tampoco es que me importe mucho lo que haga con su vida mientras a mí no me perjudique.
Hablo con mis padres cuando no hay sirvientes alrededor y principalmente cuando Christopher no se encuentra. Ellos están mejor económicamente gracias al dinero que les envío pero mal porque saben que la relación que tengo aquí jamás llegará al amor, aunque yo ya lo sabía.
Me he aislado tanto del mundo exterior que mí carrera acabará en unos seis meses probablemente lo cual es un gran logro del cual me siento orgullosa.
Una empleada de las tantas que hay aquí vino a avisarme que "el señor" ya había llegado y me esperaba para cenar
-Dile que estoy acabando un trabajo que no demoraré más de quince minutos pero que si guste comience a cenar
Acabé mí trabajo y cuando estaba guardando el archivo para ir a cenar apareció Christopher seguido de la misma empleada y otra más con nuestra cena
-Querida ya que estabas ocupada decidí que cenariamos aquí, jamás lo haría sin ti- falsamente mencionó dándole una demostración de nuestro afecto a las empleadas
-Gracias cariño, ojalá siempre fueras así de considerado
Ellas se retiraron cuando el les hizo una seña y comenzamos a cenar, algo se traía entre manos y estaba más que segura que no me agradaría.
Acabamos de cenar, una empleada retiro los platos mientras que otra nos dejó un postre a cada uno junto a una botella de champagne. Cuando estuvimos nuevamente solos y comimos nuestros postres en silencio el buscó un sobre y me lo dió.
-¿Que es esto?
-Lo que me pediste, ¿Ya no lo recuerdas?
-El divorcio- sonreí
-Mejor deberías revisarlo y no sacar conclusiones apresuradas
-¿Y esto qué...?
-Mis exámenes médicos, puedes verificar que estoy completamente limpio y sano, ya han pasado seis meses y es hora de hacer lo que corresponde y ponernos a buscar mí heredero
-Está bien, tu ganas pero quiero los papeles del divorcio firmados cuando quede embarazada y que sean válidos al momento de dar a luz
-Me parece razonable, ¿Algo más que desees?
-Cuando este embarazada no quiero dormir más contigo y además no volverás a tocarme
-Tenemos un trato señora Price. ¿Tienes alguna preferencia o gusto que deba saber en la cama? Ya compre el gel por si acaso no funcionas ésta vez
-No quiero luz ni que demore demasiado, no intentes impresionarme ni tampoco ser cariñoso, las demostraciones afectuosas no son requeridas
-Debes ser la mujer más fría que conozco aunque juraría que no eres así
-Cada quien tiene lo que merece Price
Apenas tomé media copa de champagne mientras el acababa con lo demás tan despreocupado como siempre. Sería mí último día virgen y quién estaba frente a mí descubriría que tendría una razón más para molestarme, solo esperaba que no fuera muy doloroso físicamente porque emocionalmente ya lo era demasiado.