Amandote En Secreto

Esmeralda narrando...

–Leal, vamos a caminar, ¿vale? (Hablo después de ensillar a Loyal).

–¿Vas a salir, Pelirroja? (Habla Celson).

–No, me están preparando para ir a dormir. (digo poniendo los ojos en blanco).

–Todo lo que hizo falta fue ascender de casta para actuar como una puta que siempre sabía que eras. (Dice Celson sonriendo de lado).

–Celson, puedes maldecirme como siempre, solo sal de mi camino. (Hablo porque él está parado en mi delante que me impide subir al Loyal).

–Parecía que seguías seduciendo al Príncipe Nicolás pero eras inteligente y perseguías al pez más grande, del futuro rey. (Dice Celson sacudiendo la cabeza negativamente). Como una verdadera perra.

–Nunca he seducido a nadie, deja de decir tonterías y fue el príncipe Hamilton quien me lo pidió. matrimonio, nunca lo busqué. (Hablo con incredulidad).

–El príncipe despertó de la nada y tuvo la brillante idea de casarse contigo, aunque fuera para irritar a su esposa.

Mamá, él tenía mejores opciones que tú. (Dice Celson riendo). Porque nunca faltaron mujeres, hasta

porque estaba Delfina que estuvo aquí muy unida y a quien el príncipe sigue buscando incluso después de casarse contigo, sí, ya sé

que tu marido no es fiel.

–Mejor advertirle que el adulterio conlleva la pena de muerte. (Dice yendo). Esta advertencia también se aplica a usted. Siempre estoy mirando.

Este hombre tiene un aura horrible, siempre lo quise lejos de mí pero parece que sigue persiguiéndome.

El día que le pedí a Nicolas que no lo matara, no fue por lástima porque nunca me gustó, simplemente pensé que sería injusto que muriera por una orden que está obligado a cumplir.

¿Y qué quiso decir con "Esta advertencia también se aplica a usted"?

Me subo a mi caballo y me dirijo hacia el lago donde siempre voy a bañarme y relajarme.

Después de unos minutos finalmente llegué y, como dije la última vez, el agua aquí es traslúcida y muy atractiva, así que no me registro.

Me bajo de Leal y lo dejo debajo de un árbol aquí donde siempre aprovechaba la sombra para descansar.

De hecho, rara vez venía aquí durante el día ya que siempre estaba ocupado con los servicios del palacio, el mejor momento era por la noche, después de que todos se hubieran ido a dormir.

Miro a mi alrededor para ver si había alguien y por suerte no lo había.

Me quito la ropa, la meto en la bolsa que está en Loyal y me adentro al lago. Esta agua es realmente maravillosa.

–Por fin algo de paz. (Digo pasando la mano por mi cara para quitar el agua). Incluso me desperté de buen humor pero recordé las veces que él salía a estar con ella. (Hablo mientras avanzo).

Eh, olvídalo, Esmeralda. No necesitas llorar otra vez, niña.

–Pero ¿qué impulsó al príncipe a besarme? (digo sosteniendo mis labios). Pensé que se sentía disgustado conmigo, además de que dijo que para él no me veía como una mujer.

–Simplemente no lo rechacé porque no quería lo que pasó el mismo día que mi mente me jugó una gran mala pasada. (Me mojé el pelo). Fue mi primer beso y no quería que fuera así, pero ¿qué debo hacer si me dice que no puedo huir de él porque soy su

esposa y debo ser sumisa ante él?

–Papi, lo siento, no soy la mujer que querías que fuera. (Hablo mientras derramo una lágrima). Y mamá, aunque se me acaben las fuerzas, la persona que te hizo esa crueldad pagará por lo que hizo, aunque le prenda fuego al reino.

Nado un rato más y luego me acuesto bajo el árbol a descansar.

–La gente tiene que dejar de pisarme, al fin y al cabo nunca les hice daño. (Hablo y empiezo a sentir que mis párpados se vuelven más pesados).

Me quedé allí por un tiempo y ni siquiera me di cuenta cuando me quedé dormido y solo me desperté después de horas.

–Perdí la noción del tiempo. (digo frotándome los ojos). Mejor regresa, ¿dónde está mi ropa?

Digo levantándome y voy hacia donde dejé a Loyal para sacar mi ropa de mi bolso.

Te juro que dejé a Loyal atado aquí debajo del árbol, le hice un nudo perfecto y solo podría salir si alguien lo desataba.

Miro a mi alrededor esperando verla, pero no hay señales de él ni de mi ropa.

No, puede que esté maldecido por tener tanta mala suerte.

–Leal, no me hagas esto, por favor. (Hablo con las manos en la cabeza). Necesitas volver a mí.

Miro un rato más y no hay señal. La solución es volver al Palacio, pero ¿así?

Solo sepan que no nadé desnuda, llevo un vestido pequeño que me llega hasta los muslos, pero hay un pequeño problema... está hecho de una tela súper liviana y un poco transparente, y me deja los senos como si. ... marcado.

–No quiero volver así. (Hablo sentado en el suelo con las manos en la cara). Pero cuanto más rápido regrese al Palacio, más rápido podré conseguir ayuda para encontrar a Loyal.

Después de unos minutos de pensarlo, finalmente me decidí y tuve el coraje de ir al Palacio, así que me levanté y sacudí mi vestido. Lástima que se tarda más en llegar caminando que a caballo.

Llevo como cuarenta minutos caminando y ya me siento un poco cansado, con sed y hambre, ¿por qué no traje nada de comer? Siempre lenta, Esmeralda.

Sigo caminando y escucho el sonido de un carruaje que se acerca, debe ser la primera cosa de suerte que tengo hoy.

Parece que las personas en el carruaje han notado mi presencia porque han disminuido la velocidad y se acercan a mí, y… no, no no.

Ahora tendré problemas, con tantos carruajes el único que me encontró fue el carruaje real.

­¿Princesa? (Habla uno de los jinetes, deteniendo el carruaje a mi lado).

–¿A Su Alteza le robaron? (El otro hombre habla y la reina mira hacia afuera del carruaje).

–Qué está pasando... (La reina deja de hablar al notar mi presencia casi desnuda). ¿Q­qué es esto?

­¿Qué fue? (Escucho la voz del rey desde el interior del carruaje y siento que mi corazón da un vuelco). ¿Por qué paramos?

–Paramos porque la mujer que usted insiste que es su nuera está afuera desnuda. (La reina dice enojada, espera… no estoy desnuda, llevo un vestido corto semitransparente pero no estoy desnuda).

­¡¿De qué estás hablando?! ¿Qué nuera? (El rey habla incrédulo y mira también fuera del carruaje).

–¿Cuántos plebeyos tenéis como nueras? (Habla la reina).

–Esmeralda, ¿q­qué? ¿Le robaron? (El rey habla preocupado y yo sacudo la cabeza negativamente).

–No señor. (Digo tratando de tapar mis senos con mis brazos).

Creo que el rey se dio cuenta de esto porque me hizo un gesto para que subiera al carruaje, lo cual hice sin dudar.

Durante el viaje al palacio, el rey no dijo una sola palabra pero parecía muy enojado, mientras que la bruja, o sea la reina malvada… la reina seguía gritándome muchos insultos, pero ya Me he acostumbrado a cosas peores que vienen de él y ya no me duele.

Cuando llegamos al palacio todos nos miraban, o más bien a mí mientras entrábamos. La mayoría de los que me miraban eran hombres y esto me hacía sentir bastante incómodo.

A lo lejos vi a Futura con las manos tapándose la boca y luego salió corriendo hacia quién sabe dónde, también veo a Delfina que tiene una sonrisa en los labios.

Fuimos al salón del trono y no podía levantar la cara para mirar al rey que no pronunció una palabra durante unos minutos.

­¿Qué está sucediendo? (Hamilton no habla nada más llegar a la sala).

–Esmeralda, ¿por qué estás vestida así? (Nicolás habla preocupado).

–Encontramos a este plebeyo deambulando así, desnudo, descalzo y despeinado. (La reina habla exageradamente como siempre).

–Habías dicho que ibas a montar, ¿te asaltaron en el camino? (Hamilton habla preocupado, acercándose a mí y yo niego con la cabeza).

–Si no te robaron, ¿por qué caminas así? (El rey me habla por primera vez, luciendo enojado).

–Yo­yo (mis palabras apenas salen de mi boca).

–¿No es obvio? (Dice la reina mirándome con desdén). Tu nuera caminaba así hacia avergonzar a nuestra familia si nos mostramos a los hombres.

­¿Qué estás diciendo? (dice Hamilton con incredulidad).

–Tu padre la vio caminar así. (La Reina habla y tanto Nicolas como Hamilton miran al rey que no dice nada).

–Eso es mentira, yo no lo hice. (Hablo con incredulidad). No puede inventar algo así, Su Majestad.

–No lo creo, ¿me estás llamando mentiroso? (La reina habla parada frente a mí). Hamilton, ¿tu esposa te llamó mentiroso y no hiciste nada?

–No llamé, pero lo que dijo majestad es mentira. (Hablo y recibo una bofetada que hace que mi

la cara se volteé). . .