¿Qué tiene de malo ser pobre?
Yo solo quería trabajar y llevar una vida en paz lejos de mis hermanos.
Alejandro un CEO egocéntrico que me convierte en su protegida.
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Mi primer día en la universidad élite
Alejandro me llevó en su Ferrari. Esa universidad era muy bonita ni comparado con la universidad en la pasé mis tres años. Las chicas estaban arregladas en el último grito de la moda, vestían de diseñador, carteras, zapatos, celulares, todo era de marca. Los chicos eran guapísimos y ególatras. Cuando íbamos a la oficina del rector las chicas babeaban por Alejandro, no era difícil saber por qué, él era exquisitamente guapo y su aura era la de un dios, además de los tantos millones que tiene.
— Hola guapo, ¿me das tu número? Eres Alejandro Verona. El famoso hijo de los Verona.
— Te respondo educadamente o simplemente te ignoro. No te daré mi número.
Las chicas en cambio me hacían mala cara, era como que sabían que yo era una pobretona.
Entramos a la oficina. Alejandro saludo al rector.
— Hola profesor Ricalde. Ella es la chica que le mencioné, Megan. Quiero que le ayude a adaptarse y sobre todo quiero que nadie la moleste.
— ¿Ella es tu prometida?
Miré fijamente a Alejandro cómo preguntando con mi mirada que acaba de decir ese señor.
— Bueno. Eso es lo que yo deseo.
— Está bonita. Cuando estuviste estudiando nunca te conocí novia o creo que si, la chica de ojitos azules, como se llama... Esther.. ella era tu novia.
Bajé la mirada. No puedo creer que Alejandro me mintiera. Él dijo que nunca había novia.
— Profesor, esa muchacha era solo mi amiga.
Salimos de la oficina.
— Megan se me quedó algo en el auto que quería darte. Vamos a traerlo.
— Eres un mentiroso— le dije.
Caminamos al auto. Me arrinconó en la puerta y me besó. Todos los ojos estaban puesto en nosotros. No lo rechacé solo me dejé.
— ¿Por qué haces esto? Todos nos ven.
— Estoy marcando mi territorio. Tu eres mía. No creas que no vi a algunos como te veían.
— A mi no me pidieron el número de celular. Que me ibas a dar.
— Ya te lo di. Portate bien. Me voy, vendré por ti.
Caminé a mi salón de clase.
— Una pregunta plebeya. ¿Cómo le hiciste para engatuzar a Alejandro Verona?
— No lo he engatuzado. Respetame.
— Eres una corriente. ¿Ya te vendiste? Dame el número de Alejandro.
— No quiero. Si él mismo no quiso dártelo porque yo debería dártelo. Y no te metas conmigo o verás lo que te puede pasar pelo teñido— le dije molesta.
Durante las clases ninguna de las chicas me habló. Era la nueva, la pobre, la corriente, la chica que engatuzó a un Verona y bla bla bla, esos eran los comentarios del día de hoy.
Recibí una llamada de Alejandro.
— Estás lista para salir o aún te faltan clases. Estoy afuera.
— Ya te vi. Justo estaba saliendo, colgué la llamada.
— ¿Cómo te fue en tu primer día de clase?
— Horrible. Todos creen que te engatucé con.. Ashhh estúpidas mocosas.
Tocó mi cabello y lo besó.
— Deja de hacer estas cosas, por eso creen lo que creen.
— Pero si ya sabes que me gustas mi pequeña Megan.
— ¿Pequeña Megan? Quiero ver si cuando te patee las pelotas seré pequeña Megan.
—Sube mi pequeña Megan. Te quiero dar un regalo y necesitamos ir a buscarlo.
— No más regalo. Ya no sé ni cómo te voy a pagar.
— Siendo mi novia.
— ¿Qué acabas de decir? Es una petición o solo una más de tu bromas.
— Y si quiero que seas mi novia, dirías que si.
— Diría que no. Vas acelerado. Tú me gustas pero— Callé y miré para otro lado.
— Así que te gustó y te haces la difícil—Sonrió— Entonces voy en buen camino.
Llegamos a un lugar donde solo habían autos. Nos bajamos y me dio las llaves de un Mercedes Benz negro.
—En serio, no aceptaré esto. Es demasiado para mi.
— Es tuyo. Es mi regalo por empezar la universidad.
— No, no y no. Me estas comprando o que? No lo voy aceptar.
Me subí de nuevo a su auto.
— ¿Cuál es el problema Megan? Solo quiero que no te falte nada.
—Siento que me estas comprando. Me das todos los lujos que jamás había imaginado tener. Pero quiero ganarme mis propias cosas. Así solo me alejaras.
— Perdón. Nunca he tenido a nadie y creo que esto te podría gustar. A todas las mujeres le gustan estas cosas.
— Yo no soy todas esa mujeres.
Me llevó de nuevo al departamento y durante todo el camino no hablamos.
ánimo!!
sugerencia: colocar imágenes de los personajes.... saludos