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Una Noche, 40 Semanas

Una Noche, 40 Semanas

Status: Terminada
Genre:Completas / Pérdida de memoria / Aventura de una noche / Madre soltera / Doctor / Embarazo no planeado
Popularitas:1.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Kelly Ramos

Raquel, una mujer de treinta y seis años, enfrenta una crisis matrimonial y se esfuerza por reavivar la llama de su matrimonio. Sin embargo, sorpresas inesperadas surgen, transformando por completo su relación. Estos cambios la llevan a lugares y personas que nunca imaginó conocer, además de brindarle experiencias completamente nuevas.

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Capítulo 18

Sé que no tengo derecho a sentir esto, pero los celos me corroen por dentro. Gavin quiere formar una familia con Raquel. Él la quiere a ella... y a mi hijo. Pero no lo voy a permitir. Al menos, él tiene el buen sentido de no ser inoportuno. En cuanto se percata de mi presencia, se despide educadamente y se marcha.

—¿Qué tal has pasado la noche? —le pregunto, observándola. Es impresionante cómo, incluso después de dar a luz, sigue estando hermosa.

—Bien. Hemos pasado una buena noche. Nuestro niño es muy tranquilo, ha dormido casi toda la noche. Yo he tenido que despertarlo para amamantarlo de madrugada —responde, con el rostro iluminado por una sonrisa serena.

—Me alegro. Esto es para ti. —Extiendo el ramo de flores que he traído, y veo cómo sus mejillas adquieren un ligero rubor, lo que la hace aún más encantadora. Ella acepta las flores con esa sonrisa radiante que me desarma.

—Gracias, son preciosas —dice, acercando las flores a su rostro e inhalando el aroma con suavidad.

—Y aquí están los regalos para nuestro Miguel —añado, dejando a su lado las bolsas llenas de ropita y juguetes. He ido al centro comercial muy temprano, y la simple idea de comprar esas prendas tan pequeñas me ha producido una alegría indescriptible.

—Gracias, papá —dice con un tono dulce, imitando la voz de Miguel, como si fuera él quien me agradeciera.

Su gesto me hace sonreír, pero también me recuerda lo que está en juego. No voy a perder a esta familia por otro hombre.

—Si pudiera, os daría el mundo —digo, mirándola directamente a los ojos. Raquel desvía la mirada hacia nuestro hijo, quizás buscando una distracción.

—¿Hoy no trabajas? —pregunta, intentando claramente escapar del peso de lo que acabo de decir.

—No. Hoy voy a quedarme aquí con vosotros —respondo con una sonrisa. Ella me devuelve una media sonrisa, vacilante.

—No hace falta. Es tu día libre, ¿y vas a querer pasarlo de niñera con nosotros? De verdad, no hace falta. Rebecca volverá dentro de un rato —insiste, tratando de ser práctica.

—Ya lo he decidido. Y, para mí, es un placer estar aquí contigo y con nuestro hijo —murmuro, mientras le toco la mano suavemente, haciéndole una leve caricia. Veo cómo sus mejillas se sonrojan con mi cercanía, y, por lo que sé, eso es una buena señal.

—Espero que no te aburras —bromea, tratando de disimular su incomodidad.

—¿Aburrirme? Estar con quien amamos nunca es aburrido. Hasta los lugares más monótonos se vuelven especiales —digo, mirándola con ternura. Raquel sonríe tímidamente, evitando mi mirada, y eso me encanta. Hoy no voy a perder la oportunidad de coquetear con ella.

Pido que traigan el desayuno a la habitación. Mientras Raquel saborea el café, yo sostengo a nuestro pequeño Miguel en brazos, completamente embelesado con él. De reojo, veo que ella nos observa, una linda sonrisa ilumina su rostro.

—Vas a ser un buen chico, vas a ser el orgullo de papá y mamá —murmuro para Miguel, con la voz llena de cariño—. Y cuando papá no esté cerca, cuidarás de tu mamá, porque los caballeros siempre protegen a las damas —añado, mirándola a ella.

Raquel, visiblemente avergonzada, se mete un gran trozo de tostada en la boca, intentando disimular. No puedo evitar sonreír, divirtiéndome con su timidez y con lo mucho que mis palabras sobre nosotros la hacen sonrojar y sentir incómoda. Es una de las cosas que más me gustan de ella.

—Me habría gustado acompañar tu embarazo. Debiste estar aún más guapa de lo que ya eres —digo, observando a Raquel mientras ella sonríe.

—Me sentía horrible y fea, pero sé que los vídeos y fotos no son lo mismo. Puedo enseñarte los registros que hice de mi embarazo —responde, con un brillo de nostalgia en sus ojos.

—Me encantará. Quiero verlo todo —digo, animado con la idea.

Más tarde, decido visitar la habitación de Emma. Está a punto de recibir el alta, y quiero que Raquel vea a su hija.

—¿Cómo te encuentras, Emma? —le pregunto, y ella me responde con una sonrisa tímida.

—Bien, mucho mejor —dice, con un tono que refleja alivio.

—Hay una persona aquí en el hospital que quiere verte. Se preocupa mucho por ti, incluso en medio del caos —le explico, tratando de transmitir la importancia de este momento.

—¿Hablas de mi madre? —pregunta Emma, con una expresión de rencor en el rostro. Claro, es típico de una hija que odia a su madre después del divorcio.

—Sí, tu madre se alegraría mucho de verte —respondo con sinceridad.

—Eso no lo creo. Ella solo piensa en ella y en su hijo. No quiero verla —dice, cruzándose de brazos. El movimiento hace que la manga de su blusa suba, y percibo algunos cortes en su brazo. Eso me preocupa, y mi corazón se encoge. Los hijos son los que más sufren, especialmente en esta fase de la adolescencia. Ella, al percatarse de mi mirada sobre su brazo, baja rápidamente la manga para cubrirlo.

—Emma, no sé cómo es tu relación con tu madre, pero puedo asegurarte que nadie en este mundo te querrá como ella te quiere a ti. El amor de una madre es incomparable. Acababa de dar a luz a tu hermano y lloraba preocupada por ti cuando supo que estabas aquí —le cuento, intentando llegar a su corazón. Veo que descruza los brazos, una señal de que ha bajado la guardia.

—Mi tía Rebecca vino a verme y me dijo que mi hermano había nacido. ¿Cómo es? —pregunta Emma, con un tono de curiosidad que empieza a surgir.

—¡Es precioso! ¿No quieres ir a conocerlo? Tengo un medio de transporte súper chulo —digo, cogiendo una silla de ruedas y zigzagueando por la habitación de forma juguetona. Ella sonríe y asiente, aceptando.

Se sienta en la silla, y pido a la enfermera que avise a los responsables de que Emma ha ido a hacerse unas pruebas. No quiero que ese exmarido venga a perturbar la paz de Raquel yendo a su habitación.

Salgo por los pasillos haciendo ruido de coche y tocando el claxon. Emma sonríe; es una buena chica, y toda esa armadura que usa no es más que miedo, frustración y decepción que no ha sabido gestionar. El mal carácter del padre, seguro, la envenena contra la madre.

Salimos del ascensor en la planta de maternidad, y Emma observa encantada los dibujos de las paredes. Esta planta es la más bonita del hospital, con pinturas de cigüeñas llevando cestas con bebés, mujeres embarazadas, mariposas y flores.

—Es muy bonito aquí, no parece un hospital —comenta, con los ojos brillantes.

—Realmente es muy bonito —coincido, compartiendo su encanto.

Llegamos a la puerta de la habitación; doy dos golpes y, al abrir, solo asomo mi rostro, sonriendo. Raquel me mira intrigada, pero enseguida una sonrisa se forma en sus labios.

—Tengo una sorpresa —digo, intentando ocultar la ansiedad.

—¿Para mí? —pregunta, con la expectación reflejada en su mirada.

Asiento, confirmando, y entonces abro la puerta, revelando a Emma. La radiante sonrisa de Raquel y las lágrimas que recorren su rostro me llenan de felicidad.

—¡Emma, hija mía! ¡Cuánto te echaba de menos! —exclama Raquel, y veo cómo una media sonrisa se forma en los labios de Emma, reflejando la alegría del reencuentro.

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🍄🌻ywa🌻🍄
Excelente
Belkys Natalia
esa Raquel dan ganas como levantarka a cachetadas, es lan patética, uuufff, ahora mínimo el idiota del Gavin como ka incubadora andante se hace para por el papá del bebé para agregarle la cereza 🍒 al pastel y enredar más la madeja ,que piedra mínimo aparece el tonto de Cristian y cree lo que no es y se enreda más la madeja
Belkys Natalia
que hombre tan estúpido, tan grande y según con tanta plata y se va se va dejar mangonear por tremenda putita y tenerle miedo enfrentarla uuufff que pinché remedo de hombre jajaja
Luisa Garcia Ramirez
Excelente
Belkys Natalia
que ridicula después de que ese hombre le pone los cachos viene con el cuento que por la felicidad de la hija se va a aguantar la pesadilla de tener que cuidarlo y no separarse verdaderamente que esa tipa si es estúpida, si será chavo uuufff mijita dejásemos a la amantes para ver si lo va a cuidar ,para que el vea que solo estaba con el por interés y el para que sepa que perdió una buena mujer que estuvo con el siempre y no la valoró
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