¿Qué harías si un día despertaras en un mundo totalmente desconocido?
Andaira, una joven del siglo XXI, despierta en la majestuosa mansión Valois sin memoria y con más preguntas que respuestas. En un reino de magia y misterio, deberá desenterrar los secretos de su pasado y descubrir su verdadero destino. Rodeada de intrigas y peligros, Andaira se encuentra con Kaiden, un valiente príncipe y poderoso general, quien la ayudará a enfrentar las sombras que amenazan su existencia.
A medida que Andaira explora este mundo mágico, se dará cuenta de que su vida está entrelazada con fuerzas antiguas y poderosas. ¿Podrá encontrar su verdadera identidad y salvar al reino de una oscura amenaza?
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Capitulo 2
Me quedé sin poder mover un músculo, lo que veía era increíble y parecía salido de una película de fantasía. El lugar tenía un jardín enorme; había mucha gente que iba y venía, ocupados con sus trabajos. Los colores vivos de las flores y el murmullo de las hojas al viento creaban un ambiente casi irreal. Continué caminando, asombrada de todo lo que veía. Anna me seguía, pero yo no podía prestarle atención, estaba completamente distraída. Llegamos a un campo de entrenamiento donde los caballeros del ducado practicaban sus habilidades con gran destreza.
Podía ver a los caballeros entrenando con armas y en combate cuerpo a cuerpo, pero lo que realmente me dejó sin aliento fueron las demostraciones de habilidades mágicas. Un caballero controlaba el fuego, lanzando llamaradas hacia objetivos lejanos con precisión milimétrica, mientras otro manipulaba el viento para aumentar su velocidad y fuerza en los enfrentamientos.
Me quedé observando cómo un caballero creaba barreras de energía para protegerse de los ataques, mientras su compañero las desintegraba con un simple toque. Estaba impresionada por su destreza y coordinación. La disciplina y el rigor en sus entrenamientos eran evidentes, y se podía notar que estas habilidades no eran comunes en todos, sino privilegio de unos pocos seleccionados. Estaba completamente desconcertada; ahora estaba más confundida, ya no estoy en la Tierra, por lo menos, no en la que conocía.
—Señorita, por favor, regresemos a su habitación —Anna me sacó de mis pensamientos y mi asombro—. No puede salir vestida así —miré—. Mire —me dijo, mientras señalaba mi ropa. Me di cuenta de que no había sido consciente de mi camisón, que era delgado y no era apropiado para estar afuera. Anna tenía razón. Por primera vez, miré mis manos, eran delicadas y suaves. El dedo que antes había estado en una posición extraña después de que mi padre lo rompiera y no sanara apropiadamente ahora estaba en su lugar, como si nunca hubiera sido lastimada. También me di cuenta de que los caballeros que antes entrenaban ahora me miraban boquiabiertos. Anna tomó mi brazo nuevamente; esta vez decidí seguirla, ya que no parecía querer hacerme daño. Además, ¿a dónde podría ir? Primero tengo que averiguar en dónde estoy y quién se supone que soy. Además, no podía seguir enfrente de tantos hombres vestida así.
—¿Qué significa esto, Andaira? —la voz de un hombre hizo que nos detuviéramos.
—Lo siento, señor, la señorita no se siente bien —respondió Anna de inmediato.
—No estoy hablando contigo —dijo con una voz severa.
Miré de reojo a Anna buscando ayuda, pero ella no se movió ni un centímetro. El hombre que me miraba con furia tenía cabello negro y facciones bien definidas; su mandíbula marcada lo hacía muy atractivo. Sus ojos grises me miraban esperando una respuesta. Yo estaba nerviosa; este hombre vestía un traje negro con algunas medallas que parecían militares, lo que me hacía sentir muy intimidada.
—¿No piensas responder? —dijo en un tono aún más amenazante—. No solo tengo que lidiar con tu terrible carácter —dijo tomándose la sien—, ahora andas por ahí exhibiendo tu cuerpo con ese simple camisón. ¿Cómo debería responder si no sé quién es? Mis manos comenzaron a temblar y sentí que me ruborizaba. Decidí no decir nada.
—¿Te atreves a ignorarme? Estamos comprometidos —dijo. Esta declaración me sorprendió. ¿Estoy comprometida? —Así que, como tu prometido, te pido que no me avergüences —su mirada se mantenía sobre mí, esperando una reacción. Todos nos observaban. La voz de alguien más captó su atención.
—Kaiden, vamos, debemos ver al señor Valois. Tus problemas con su hija no se resolverán ahora —dijo un joven de cabello castaño, vestido de manera similar a la de mi prometido, que ahora sé que se llama Kaiden, aunque su uniforme parecía ser de alguien de menor rango, y también se veía despreocupado. Me sentí pequeña ante ellos.
—Debo irme, espero verte vestida de manera apropiada la próxima vez —me dijo, me miró con desdén, dio la vuelta y se fue con su compañero. Parece que no le agradé de ninguna manera. Di un fuerte suspiro, gracias a Dios que por fin se fue; no sabía cómo salir de este lío.
—Señorita, ¿se siente bien? —dijo Anna, que parecía sinceramente preocupada.
—Estoy bien, Anna, no te preocupes —le dije con una pequeña sonrisa.
—Está bien, señorita, regresemos rápidamente antes de que alguien más la vea vestida así —dijo mientras me guiaba de regreso—. También llamaré al doctor para que la examine. Anna era muy atenta, pero creo que su preocupación de que nadie más me viera así era innecesaria, ya que todos los caballeros me habían visto así.
De regreso en la habitación, Anna me sirvió el desayuno: algo de fruta, mermelada y pan tostado, olía y sabía delicioso. Al poco tiempo llegó el médico para hacerme el chequeo. Una mujer canosa, con ojos amables pero de seriedad imperturbable, entró y se colocó a un lado de la cama.
—Señorita Valois, soy la doctora Norma, voy a revisar que esté todo bien —dijo la mujer con una voz tranquilizadora—. Puede recostarse, por favor —me indicó que me recostara. La doctora puso sus manos por encima de mi cuerpo sin tocarlo y, después de unos segundos, se alejó. Me sentí un poco inquieta al verla hacer eso; de donde vengo los doctores utilizan varias herramientas para examinar a un paciente.
—¿Todo bien, doctora? —pregunté.
Ella asintió con la cabeza mientras tomaba nota en una pequeña libreta de cuero. Me sonrió y dijo: —Todo está bien, señorita Valois —me dijo con una expresión que me tranquilizó—. ¿Tiene alguna incomodidad? —me preguntó.
—Estoy bien —dije. Anna me había dicho que si la doctora no encontraba nada malo en mí, no debía mencionar mi falta de recuerdos.
—Eso sería todo, señorita Valois —dijo la doctora y se marchó.
—Anna —llamé a la sirvienta—, ¿qué clase de revisión hizo la doctora? Ni siquiera tomó mi pulso —le pregunté con curiosidad.
—La doctora Norma tiene la habilidad que se llama visión biomédica —dijo con toda tranquilidad.
—¿Eso significa que aquí hay personas con habilidades especiales? Qué lugar tan único —dije.
Anna continuó explicando: —Hay diferentes médicos con habilidades únicas, y ella puede examinar un cuerpo sin necesidad de tocarlo.
—Vamos, señorita, es hora de que tome un baño —me dijo antes de poder seguir preguntando.
De camino al baño vi un espejo y su reflejo me sorprendió. ¿Esta era yo? Me acerqué despacio, estiré mi mano para tocar el reflejo. Esta era mi cara y cuerpo, era igual que antes, pero ahora la cicatriz que tenía en la mejilla, recuerdo de mi madre después de lanzarme una botella, había desaparecido. Tenía una piel blanca que no había sido maltratada por el sol después de trabajar largas horas pescando. El cabello largo y color avellana brillaba. Las ojeras que antes adornaban mis ojos ya no estaban, y ahora no tenía un cuerpo desnutrido. Ahora podía notar las curvas y cintura marcados dados a un cuerpo bien alimentado.
Anna interrumpió mis pensamientos.
—El agua está lista, señorita —anunció. Caminé sin creer lo que estaba pasando.
—Anna —dije y me detuve antes de entrar a la bañera—. ¿Dónde estamos? —le pregunté.
—Estamos en la mansión Valois, en el reino de Elpis. Usted es hija del Gran Duque Alexandro Valois y de la Gran Duquesa Ingrid Valois. Usted es la princesa Andaira Valois. Su prometido es Kaiden Cygnus de Elpis, príncipe y general del reino de Elpis —parecía muy orgullosa al decirme mis antecedentes. Por el contrario, yo ahora entendía que este mundo era completamente diferente al mío. Ya no estaba en Pensilvania. Aunque aún estaba confundida y no comprendía qué había pasado, por alguna razón terminé en un cuerpo que lucía como el mío.
—Esto es... increíble —dije con la voz temblorosa—. Anna, dime, ¿mis padres y mi prometido también tienen habilidades especiales? —pregunté, tratando de comprender mejor mi situación.
Anna asintió con una sonrisa.
—Sí, señorita. Su padre, el Gran Duque Alexandro, tiene la habilidad de manipular la tierra, lo que le permite crear y destruir estructuras con gran facilidad. Su madre, la Gran Duquesa Ingrid, puede sanar heridas con solo tocarlas. Y su prometido, el príncipe Kaiden, es conocido por su increíble manipulación de la naturaleza, su destreza en combate y uso de la espada, además de contar con un espíritu guardián. —La información me dejó aún más impresionada.
—¿Y yo? —pregunté con cierta inquietud—. ¿Tengo alguna habilidad especial?
Anna me miró con ternura y preocupación.
—Es complicado, señorita. Hasta ahora, no ha mostrado ninguna habilidad evidente, lo que ha sido motivo de preocupación para muchos. Pero yo creo que usted tiene un potencial oculto que aún no ha descubierto —dijo con una sonrisa auténtica. Yo me sentí aliviada de tener a alguien en quien confiar.
—Así que, señorita, sobre su pérdida de memoria es mejor que nadie lo sepa, ya que sería un gran problema. Yo le ayudaré en todo lo que pueda —dijo Anna. Yo asentí, agradecida por su apoyo.
—Entonces, dime, ¿a qué se refería mi prometido al decir que tengo mal carácter? —le pregunté, queriendo entender más sobre la persona que todos pensaban que era. Tendré que averiguar todo lo que pueda. Tal vez aquí pueda empezar de nuevo...
no lo sé... tal vez estoy paranoica
es fantástica
porque su madre no la sano???
pero me gusta