Dulce Villana - El Retorno De La Mariposa.

Elizabeth al salir de aquella divina fiesta, decidió ir en busca de su tío y hablar con él personalmente. No estaba del todo segura sobre la reacción que su tío iba a tener al enterarse de lo sucedido así que fue rumbo a la mansión de su tío a las afueras de la ciudad dónde se suponía él estaría. No había asistido a la boda porque tenía que resolver un problema en una de las mansiones del campo fuera de la ciudad.

Era un viaje de 2 horas, que Eli decidió hacer. Quería asegurarse de que su tío no cometa ninguna locura, ya que a ella le interesa mantener con vida a ambas mujeres.

Después de dos horas llegaron a la mansión sin ningún problema, pero su sorpresa fue grande al enterarse de que su tío no se encontraba en ese lugar, y los encargados le comentaron que había ido al encuentro del gran general en uno de los campamentos militares.

Elizabeth suspiró y dijo; -como sea, ahora tendré que enviar dos cartas.

- o puedes solo mandarle una mariposa a tu padre con toda la información y que se encargue de traer a su hermano-. Mencionó Lila tranquilamente mientras miraba por la ventana del carruaje.

Elizabeth solo sonrió y golpeándose la frente un poco dijo-, mi error. A veces olvido algunas cosas-, dijo para luego crear una mariposa y susurrarle todo lo que quería decirle a su padre y lo mandó a volar a su encuentro.

Llevaban una hora de viaje, regresando a la ciudad, cuando de repente el carruaje se detuvo, y se escuchó el grito del conductor que cayó al suelo muy malherido.

- vaya, creo que nos mandaron una sorpresa - habló Lila cruzando las piernas y los brazos un tanto pensativa.

- así parece. Y ya que te veo muy cómoda, me encargaré yo-. Dijo Eli acomodándose los guantes, el pequeño tocado que traía y agarrando su abanico.

- de todos modos no me ibas a dejar nada-. Dijo Lila.

Afuera se escuchaba a uno pidiendo que bajen del carruaje, así que Eli con una pequeña sonrisa se baja.

- caballeros, puedo saber ¿en qué puedo serles de ayuda? Hablo Elizabeth a los 8 encapuchados que estaban ahí rodeando el carruaje.

- vaya, una hermosa dama. Ahora entiendo por qué nuestra señora quiere deshacerse de usted-. Dijo con una risita audible aquel hombre que parecía ser el que estaba a cargo.

- Ya veo, creo saber quién los mandó. Así que no necesito a nadie vivo para obtener información-, y dicho aquello, con un movimiento de su abanico, tres agujas envenenadas salieron sin que nadie se diera cuenta, dejando muerto instantáneamente a tres de ellos. Cuando los demás vieron a sus compañeros caer, empezaron a atacar a Eli, pero esta sacó dos dagas de cada lado de su pierna y con un rápido movimiento acabo con otros dos, quedando tres de ellos que al ver la situación intentaron huir. Pero no fueron muy lejos, ya que pequeñas mariposas doradas se posaron en ellos desapareciendo. Y al mismo tiempo que las mariposas desaparecieron, los tres cayeron muertos de inmediato.

Elizabeth subió de nuevo al carruaje exclamando -ni siquiera sirvieron para hacer estiramiento. Creo que la princesita Layla está celosa-. Dijo sonriendo.

- era de esperarse, su marido no te quitaba la mirada de encima. Ni siquiera trató de disimular- mencionó Lila.

- será muy divertido jugar con ellos. Mi corazón está pidiendo la cabeza de ellos a gritos. Pero antes, esta gatita jugará con esas ratas hasta el aburrimiento-. Dijo Eli con una mirada sombría.

Pero cambió el semblante inmediatamente a una cara sonriente y le dijo a Lila;

-hermanita, yo me encargué de esos asesinos. A tí te toca hacer de cochero, puesto que el otro pasó a mejor vida.

Lila la miró con un rostro fastidioso y solo se limitó a decir -debí matarlos yo-, y suspiró.

Así, ambas mujeres llegaron a la mansión del gran general. Y Eli le dijo a Lila que se fuera a descansar.. Y ella con una sonrisa pícara dijo;

- parece que tú amorcito está esperando, tendré lista alguna medicina para que puedas caminar mañana-, dijo burlándose mientras se retiraba del lugar.

Eli entró, subió las escaleras llegando a su habitación, y una vez dentro, vio a Nicolás en su cama probando posiciones para lucir sexy y casual para cuando ella entrase por la puerta, pero fue sorprendido. Eli no pudo evitar querer reír, pero se controló rápidamente, y preguntó - qué se supone que haces?

- quería sorprender a mi prometida, pero fallé-. Dijo él levantándose de la cama.

- ya veo, pero creo que olvidas que aún no estamos casados. Mírate, entrando en la habitación de una dama a escondidas-, decía ella mientras se quitaba los guantes.

- corrección, es la habitación de mi mujer. Solo falta la tonta ceremonia. Me perteneces y lo sabes-. Replicó Nicolás.

- ¿y qué si no quiero?

- fácil, te obligo..

- ya veo.. Entonces deberías saber que si llegas a tocar a otra mujer, te corto las manos, y a ella la desaparezco. ¿estás dispuesto a correr ese riesgo?-.

Nicolás al escuchar aquello se acerca a ella y levantando el rostro de ella, solo dijo - acepto caminar entre esas espinas, porque la rosa dorada lo vale-. Y dicho eso él la besó intensamente mientras prácticamente destrozaba el vestido de Elizabeth, que terminó en el suelo. Y teniendo a su mujer totalmente desnuda, soltó el cabello de ella para luego besarla una vez más y ya no conforme con eso, la tiró en la cama sin ningún cuidado. Él empezó a desnudarse mientras veía a Eli abrir las piernas mientras lo miraba. Ella le dijo, -tócate para mí quiero disfrutar de la vista-. Mientras ella hacía lo mismo para él, después de un momento él gateó en la cama para poder llegar a ella y besarla, cada parte de ella hasta quedar en medio de las piernas de Eli. Él, muy entretenido en ese lugar y ella enloqueciendo de placer. Después de un rato, ella lo agarró de cabello haciendo que la mire. Le pidió que se acerque, él entendió y con las piernas a cada lado de ella, mientras él estaba de rodillas, Eli se entretuvo saboreando de él.

Todo era tan placentero que a Nicolás le estaba costando aguantar, hasta que la detuvo. Desesperado bajó para posicionarse de nuevo entre las piernas de la mujer que lo volvía loco. Y así siguieron hasta muy tarde, y solo se detuvieron cuando ya estaban sin energías. Quedando ambos dormidos.

Al día siguiente, Nicolás se despertó primero y se quedó mirando a la mujer que estaba durmiendo su lado totalmente desnuda. Se pasó la mano por el rostro y pensó;

-mierda, estoy perdido.

Eli que había sentido que él se sentó, despertó también y le preguntó qué pasaba. Él solo respondió que su amigo había despertado de buen humor, señalando su entrepierna. Eli al ver eso, sonrió y colocándose arriba de él dijo, -bueno, puedo ayudarte con eso-. Y mientras él sonreía, la agarró y entró en ella mientras la besaba. Dando inicio a otra ronda.