**Alexa** es una joven soñadora, inquieta y de alma libre, siempre anhelando encontrar el verdadero amor. Para ella, ese amor es como una burbuja que flota en los cielos, un refugio que le brinda seguridad y confianza, un lazo tan fuerte que no permite distancias entre almas gemelas. Sin embargo, su mundo idílico se ve sacudido por la llegada de **Sergio Méndez**, un hombre misterioso y arrogante que desconfía del amor y desafía todas sus creencias. A medida que Alexa se adentra en este torbellino emocional, comenzará a cuestionar la existencia del amor verdadero. ¿Logrará Alexa mantener su fe en los sueños del corazón, o se dejará arrastrar por la dura realidad que Sergio representa? La batalla entre el idealismo y el escepticismo está a punto de comenzar.
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Capitulo XXII No somos adolescentes
Decidieron conocerse mejor antes de comunicarles a sus familiares sobre su relación. No querían que si las cosas no funcionaban los estuvieran criticando o molestando por la situación. Los días siguientes ellos seguían tratándose con indiferencia frente a sus padres, pero cuando estaban solos sus cuerpos hablaban por sí mismos; sin embargo, no habían cruzado ciertos límites, ya que Alexa no estaba segura de los sentimientos de Sergio por ella.
Dos meses habían pasado desde que empezaron a salir. Alexa pudo sacar a sus padres de la mansión Méndez y logró dar la inicial para comprarles una casa modesta, pero donde no les hacía falta nada. Ella se fue a vivir con ellos, mientras que podía sacar su propio apartamento, poco a poco fue alcanzando cada una de sus metas. Tenía pensado que en un par de meses más podría empezar a poner en marcha su negocio junto a Lucia e Irene que aunque no le caía bien desde el incidente en la playa y el beso con Sergio, era parte de la sociedad y no la podía dejar de lado. Pero mientras Alexa jugaba limpio, Irene las estaba traicionando, ya que se fue con la competencia de Sergio y les ofreció los diseños de Alexa a cambio de dejarla trabajar con ellos. Está era una estocada final para Alexa y Lucia, está última tenía que pagar por siempre haber estado del lado de su peor enemiga.
"Es un trato señorita Ferrer, estos diseños me parecen un boom y estoy seguro de que le daremos a los Méndez donde más les duele". Indico Mauricio Camejo, el presidente de la principal empresa competidora de los Méndez.
"Es un gusto hacer negocios contigo, espero vernos pronto", dijo Irene despidiéndose del hombre de manera sensual.
"Ansío ese día, es usted una dama muy hermosa", respondió el horrible hombre con una mirada lascivia hacia Irene.
Irene salió de aquella oficina creyéndose triunfadora, al fin podría deshacerse de la idiota de Alexa, no quería volver a saber nada de ella en toda su vida. Según Irene, Alexa le había quitado todo en la vida hasta el hombre que amaba.
Por otro lado, en la empyde Sergio él y Alexa estaban teniendo una discusión, ya que Sergio pensaba que era hora de hablar con las familias, ellos eran unos adultos u le parecía ridículo tener que estar escondidos como si fueran un par de adolescentes. Solo que Alexa tenía miedo de lástimar a Miranda, ya que ella la había desobedecido y había terminado enredada con Sergio.
"Amor, yo sé que quieres formalizar nuestra relación, pero no crees que es muy pronto", dijo Alexa preocupada.
"Ya tenemos dos meses saliendo, pienso que lo mejor es revelar lo nuestro de una vez, así Miranda deja de meterte al tal Diego por los ojos", respondió Sergio con el ceño fruncido.
"Diego es solo un buen amigo, además si hubiera querido tener algo con él lo hubiese hecho desde hace muchísimo tiempo", respondió Alexa acariciando el rostro de Sergio.
"Si, pero tu mamá no lo entiende. Ahora sí te da pena decir que soy tu novio, entonces dejemos esto hasta aquí", dijo Sergio deteniendo las caricias de Alexa.
Ella sintió un nudo en el pecho al escuchar esas palabras, no podía creer que Sergio le estuviera dando un ultimátum. Sin decir nada más se alejó de él y se fue a su oficina, dejándolo con una gran duda. Él no sabía si ella estaba terminando la relación o si solo necesitaba espacio para pensar. El resto del día no se volvieron a dirigir la palabra hasta que llegó la hora de salida cuando Alexa entro en la oficina de su jefe.
"¿Nos vamos?", pregunto ella con tristeza.
"Solo dame un minuto", respondió Sergio invitándola a sentarse para que lo esperara.
Alexa se sentó a esperar a Sergio, pero no podía dejar de mirarlo, en los dos meses que llevaban juntos nunca la había engañado y siempre se portó muy atento con ella, respeto los límites y le dio su lugar. Los únicos que sabían de su relación era Luciano y obviamente Lucia, ya que eran sus mejores amigos.
Sin pensarlo demasiado, Alexa se levantó de la silla y camino hasta donde estaba Sergio. Él detuvo lo que estaba haciendo y la sentó en sus piernas. Sus miradas se conectaron en complicidad y sus labios anhelaban el roce de su amor. Sergio acariciaba la estafa de Alexa con suaves movimientos circulares, ella se dejaba llevar por la placentera situación, sus labios finalmente se unieron en un suave beso: tierno y con muchos sentimientos.
"Está bien hablemos con nuestros padres", dijo Alexa separándose un poco.
"¿Estás segura?, no quiero presionarte y si lo haces por lo que dije; olvídalo", respondió Sergio con ternura.
"Lo hago porque estoy segura de lo que siento por ti, y si quieres dar este paso, entonces lo haremos juntos", respondió Alexa volviendo a besar a Sergio.
Sergio la tomo de la mano y salieron de la empresa ya sin ocultar lo que eran, aunque muchos de sus compañeros ya sospechaban de ellos, esa acción lo estaba confirmado. En esos dos meses Alexa había dejado de ser la asistente de Sergio y ahora era una diseñadora, estaban trabajando en la nueva colección y su lanzamiento que sería pronto, en fin las cosas iban bien para los dos.
Sergio condujo hasta la casa sé los padres de Alexa. Ambos estaban muy nerviosos, ya que Miranda no era nada fácil, nada que ver con Ismael que apoyaba a su hija en todo. Sin pensarlo demasiado entraron en la casa viendo a Miranda e Ismael sentados en la sala platicando. La mamá de Alexa se los quedó mirando fijamente temiendo que algo estaba pasando.
"Buenas noches, señores", saludo Sergio amablemente.
"Buenas noches, señor Sergio, bienvenido a nuestro humilde hogar", respondió Ismael con una sonrisa.
"Gracias, señor Ismael", dijo Sergio estrechando la mano de su suegro.
"Por favor no se quede ahí parado, venga siéntese", dijo Ismael con amabilidad.
"Gracias, señor, señora Miranda aquí le traje un vino para ustedes'', saludo Sergio a Miranda que se mantuvo en silencio todo el tiempo.
La mujer tomo la botella y la llevo a la cocina, Miranda era muy intuitiva y sabía que esos dos estaban en algo.