Mi nombre es Abril..
Mi vida se rompió en mil pedazos el día en que lo conocí...
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capitulo 5
Punto de vista, Abril...
Mossy me miró con tristeza.
Estreché la mano de mi desdichado padre. Empezamos a caminar hacia la entrada de la iglesia.
Entramos y empezó a sonar la música ceremonial. El novio ya estaba esperando. Había muchos invitados, pero debo admitir algo.
Vi por primera vez en mucho tiempo, el brillo de la envidia en los ojos de mi hermana Adriana, no sé si por el vestido que llevaba, o por el hombre con el que me iba a casar gracias a ella.
Ella fue la dama de honor en mi boda, quién podría imaginar que la perra traidora sería tan descarada de estar en mi boda.
Me entregó enfadada el ramo de rosas blancas, si ese era el color que había elegido mi afanado esposo.
No le dije nada.
Empezamos la ceremonia. Todo iba bien, hasta la última parte, en la que le preguntaron al novio si me aceptaba como esposa, y él contestó un poco resentido que sí.
Yo también acepté a regañadientes.
La última parte fue la más forzada.
- Ya puedes besar a la novia - le dice alegremente el cura a mi querido marido.
Alex se acercó a mí, puso una de sus manos en mi mejilla y la otra en mi cadera, me apretó contra él.
Me sonrojé por completo, me puse muy nerviosa, mi corazón comenzó a latir de manera frenética así que cerré los ojos.
El único hombre al que había besado en toda mi vida era mi ex prometido, Charles.
Alex posó sus labios sobre los míos suave y sutilmente. Eso me hizo sentir muchas mariposas en el estómago. No era desagradable, era algo totalmente diferente, era algo inexplicable, ni siquiera con Charles había tenido este tipo de sensaciones.
Le correspondí el Besó instintivamente. Sus labios eran una delicia.
De repente, se apartó de mí. Abrí los ojos y me di cuenta de que sólo miraba detrás de mi hombro, hacia donde estaba mi hermana.
Eso me bajó de la nube en la que estaba.
Me cogió de la mano, salimos de la iglesia y juntos subimos al coche que nos llevaría a la gran fiesta de boda.
Mientras subíamos al coche, Alex empezó rápidamente a aflojarse el nudo de la corbata.
Tenía una expresión de fastidio. Me di cuenta de que estaba furioso. Rápidamente imaginé que era por el beso que nos habíamos dado.
No dije ni una sola palabra. Simplemente decidí observar el paisaje desde la otra ventanilla del coche.
Mientras estábamos en el auto, dijo muy molesto - Pase lo que pase, ni se te ocurra decir nada de que nuestro matrimonio es falso a ninguno de los invitados, ni siquiera a mi padre o a mi madre, ellos piensan que estoy felizmente casada con el amor de mi vida, si alguna vez sale de tu boca algo de que nuestro matrimonio es falso, acabaré contigo - Me mira como si odiara mi existencia.
- Lo entiendo - Fue lo único que dije. No quería enfadar más a este hombre.
Lo último que quería era que siguiera gritándome, o que me pegara como aquella vez que estuvimos en su oficina.
Llegamos a la sala de fiestas, salimos del coche, me ofreció la mano y tuve que aceptarla.
Entramos como si fuéramos la pareja más feliz del mundo.
Los invitados nos saludaron, y hubo una invitada que no nos quitó los ojos de encima, a pesar de que iba acompañada de mi ex prometido.
Mi madre se acercó a nosotros.
- Enhorabuena a los dos, deseo lo mejor para el matrimonio - No la miré. Ni siquiera le di las gracias.
Detrás de ella estaba mi hermana. Ella también venía a dejar sus felicitaciones.
- Vaya, debo admitir que hacen una pareja excelente. Espero que sean felices juntos, ojalá nunca se separen, tanto amor no debe porque acabar - nos dice de forma sarcástica, mientras muestra una sutil sonrisa.
- Gracias, hermana - esas palabras salieron de mi boca con cierto disgusto y repulsión hacia Adriana.
Luego comienza a hablar de sus planes - De nada hermanita, te digo que pronto será mi fiesta de compromiso, me casaré con Charles - al mismo tiempo que mira como sus palabras afectaron a mi esposo, de quien me percató que había una frialdad en su mirada y al mismo tiempo de irá.
Mi marido estaba celoso, porque mi hermana se casaría con un hombre que no fuera él.
Bajé la mirada. No sabía cómo consolarlo, sobre todo cuando yo también sentía el mismo dolor que él.
En cierto momento, yo también esperaba casarme con el amor de mi vida, pero ahora resulta que solo soy la suplente de mi hermana en una boda que ella no quería.
Las manos de Alex comenzaron a temblar, era como un ataque de pánico, o algo más, no dijo nada y se fue a otro lugar dejándome sola como un perro callejero.