Un día eres el soltero más cotizado, mujeriego y millonario y otro día te obligan a comprar una esposa.
Edward, pensó que lo tenía todo a sus veinticinco años pero le faltaba algo, una esposa, así que tendrá que comprar una o su fortuna se le irá de las manos.
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16.
[EDWARD]
No lograba concentrarme.
Escuchaba la voz de Grace a lo lejos.
Llevaba más de una hora hablando.
___ Es todo.- dijo recogiendo las carpetas del escritorio.- se puso de pie mientras yo me mantenía con la mirada perdida en cualquier cosa menos la mujer que tenía en frente.___ ¿Edward?.- preguntó recogiendo todo hasta el último lapicero.
Edward: Te escuché.- digo poniéndome de pie.
___ Ya todo el personal va a salir, incluyéndome.- informó.
Edward: Creí que habías dicho que te irías más temprano.
___ En efecto, ya no hay mucho por hacer. Así que me encargué de qué todos se vayan a la misma hora. Incluyéndote.- dijo antes de avanzar hacia la puerta.___ Te veo mañana.- dijo perdiéndose tras la puerta.
Hundí mis manos en los bolsillos mientras admiraba un poco la ciudad.
Grace tenía razón, ya no había mucho por hacer.
Así que apagué la computadora y las luces de la oficina, agarré mi saco y abandoné la oficina.
Abordé el descapotable mientras me despedía de algunos que también se estaban marchando.
Pero entonces me congelé cuando a una corta distancia estaba un deportivo azul, de él salió el tal señor Ferretti, ese hombre que recordé había estado hablando en el almacén con Woody, al cual parecía haberle coqueteado de manera tonta mientras le dejaba champán el día de la subasta.
En efecto sí era él, lo comprobé cuándo Woody salió por las puertas principales de la galería para cruzar la calle e ir hacia él. Lo saludó con un beso en la mejilla y él de manera caballerosa le abrió la puerta.
¿Sale con él?
¿Es su novio?
No lo sé, pero lo que sentí en ese momento simplemente no tenía precio. Me asfixie y casi puedo atragantarme con mi propia saliva, se me tensó cada músculo del cuerpo y se apretaron mis manos al volante.
¿Qué era esto?
Celos...
No. Celos no.
Ella y yo no estábamos juntos y esto de estar celoso sin ser nada no era muy maduro de mi parte. De hecho no lo es, yo no estoy celoso.
Ajá.
Yo no le gusto, me lo ha dejado claro. Ha dicho que lo que sucedió aquella noche fue "nada" ¿Nada? Oh por Dios, si yo la acaricié, estuve a nada de...
Te acabas de alterar, eso habla muy bien de que estás tranquilo y nada celoso.
Es una tontería.
Voy a fingir que te creo.
***
Mason: ¿Dices qué se subió en el coche de otro hombre?.- encajó una ceja.
Vale, era el único que sabía. Así que se lo había tenido que soltar porque me estaba asfixiando.
Caminé de un lado para otro.
Mason: Edward.- se cruzó de brazos.
Edward: ¿Qué?
Mason: ¿Quieres sentarte? Me estás mareando.- dijo avanzando hacia mí con un vaso de whisky en manos.
Edward: Estoy bien así.- negué rechazando el trago.
Mason: ¿Es en serio? ¿Ahora rechazas un trago?.- encajó una ceja.___ ¿En qué te has convertido? ¿Quién eres y que has hecho con mi mejor amigo?.- dijo en un tono burlón.
Volteé los ojos y me quedé quieto de una vez por todas.
Mason: Entonces...¿Estás celoso?.- preguntó.
De inmediato lo fulminé con la mirada sin darle tiempo.
Edward: ¿Pero qué dices?.- intenté sonar lo más tranquilo posible.
Mason: No intentes sonar tranquilo porque claramente no lo estás.- dijo cruzándose de brazos una vez más.
Edward: Oh pues lo estoy. Me lo creas o no.
Mason: Pues no te lo creo. De lo contrario no estarías aquí y menos así.- me reparó un momento.
Edward: ¿Así cómo? ¿Preocupado? ¿Ansioso? ¿Frustrado? Pues que sepas que he tenido mucho trabajo. Y tengo todo eso a causa del trabajo de hoy.
Mason suspiró un poco. No parecía haberme creído.
En efecto me sentía el peor mentiroso de todos en ese momento.
Mason: Si claro.- dijo tirándose al sillón con el trago en manos.
Edward: ¿Pool ha llamado?.- pregunté intentando dejar el tema anterior.
Mason: No ¿Acaso vas a contarle lo qué está pasando contigo?
Edward: No está pasando nada conmigo, no seas idiota.
Mason: ¿Te estás escuchando, Ed? Te escuchas desesperado. Eso es...¿Nuevo?.- encajó una ceja ligeramente.
Edward: Si lo es, tengo mucho estrés encima.
Mason: Aún no me revelas el nombre de tu "estrés".
Volteé los ojos y hice una mueca de poca tolerancia.
Edward: Hablo en serio.
Mason: Yo también.- dijo seriamente.___ ¿Edward te das cuenta de que pareces un crío de doce años cuándo se enfada hasta del mejor amigo de su chica?
Edward: Él no es su mejor amigo.- lo señalo aclarándole.
Mason: Y ella no es tu chica. Y te has delatado amigo.
Edward: Claro que no.- lo señalé.___ Yo no estoy enfadado y mucho menos celoso.
Mason: A ver, si no estás enfadado y celoso ¿Por qué te ves tan rayado? ¿Eh? También te ves perturbado.
Negué.
Edward: No estoy perturbado. Y de estarlo, se debería a todo el trabajo que traigo encima.
Mason: No te mientas a ti mismo, hermano.
Edward: No me miento a mi mismo. Déjate de tonterías.
Mason: Como sea, dices que la susodicha se subió al coche de su mejor amigo.- replica una vez más.
Edward: No es su mejor amigo.- afirmé sin pensarlo.
Mason: ¿Cómo sabes qué no lo es?
Edward: Es su interés amoroso. Debiste ver cómo lo mira, como si lo idolatrara, se pone estúpida cuando él está cerca.- dije y apreté un poco mis puños de manera inconsciente.
La mandíbula se me tensa un poco.
Mason: Edward.- dice en un tono regañón.
Edward: ¿Qué?.- digo rápidamente con un pequeño disgusto, creo, fluyendo dentro de mí.
Mason: El cojín no te ha hecho nada.- dijo haciendo énfasis a algo que ni siquiera había tomado en cuenta y que estaba apretando un cojín en mis manos.
Oh mierda.
¿Quién soy y en qué me he convertido?
Dirás, ¿En qué me ha convertido?
¿Quién?
Ella...
Lo dejo a un lado y me echo un poco hacia atrás clavando mi mirada al techo.
Mason: Amigo, estás celoso.- dijo suspirando.___ En lo que te imaginas cómo él la deja en la puerta de su casa y después le come la boca y después lo invita a pasar a su casa y a su habitación. Yo me voy por otro trago.- dijo poniéndose de pie. Sus palabras tienen un efecto en mí al instante ya que le lanzo un cojín y él lo esquiva entre risas.
El simple hecho de imaginar lo que Mason dijo hace que mi corazón bombee a toda velocidad. Se me tensa la mandíbula.
¿Y si lo que el idiota ha dicho se está haciendo realidad justo ahora?
Escucho claramente los latidos de mi corazón latiendo en mis oídos.
Me pongo de pie sin pensarlo dos veces. Agarro las llaves del coche sobre la mesilla y abandono el departamento de Mason lo antes posible, ni siquiera me molesto en despedirme de él ya que se ha perdido hacia el almacén de licores que está cruzando la cocina.
No estoy celoso. Me repito a mí mismo.
Ajá.
Ningún "Ajá" dije no estoy celoso.
Edward, cariño, eso ni tu mismo te lo crees.
¿No traes un pinche botón para pagarte maldita voz de mi cabeza?
Aguantame.
Y una mierda.
Cómo sea, me decido a ir a verla.
Ahora necesito pedirle disculpas por lo que dije el día de hoy.
¿Y luego qué? Luego se acabarán las disculpas sin sentido. Porque eso es lo que son. Solo buscas un pretexto para ir a buscarla. Eso es muy maduro y tierno de tu parte.
No hagas esto Edward, esto ya es muy obvio de tu parte.