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Un Café Para Mi Jefe

Un Café Para Mi Jefe

Status: Terminada
Genre:Romance / Comedia / CEO / Completas / Contratadas / Romance de oficina / La mimada del jefe / Donde hubo fuego cenizas quedan
Popularitas:1.7M
Nilai: 4.8
nombre de autor: Paola Alejandra Paolini

Briza necesita un nuevo empleo con urgencia. Daniel necesita una secretaria que además de hacer su trabajo prepare un buen café.

NovelToon tiene autorización de Paola Alejandra Paolini para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 15

Me despierto y estiro mis manos buscando el calor del cuerpo de mi querido jefe, pero me percato que estoy más sola que Kun fu. Me levanto y miro el reloj de la mesa de noche y casi pego un brinco de la cama. Me levanto, pero un mareo me acomete. Me siento de nuevo en la cama y recuerdo que no estoy en mi departamento y necesito urgente un sobre de glucosa.

Como puedo bajo y llego a la cocina y abro la nevera, nada. Recuerdo que anoche llegamos luego de una semana de ausencia y sin dejar de ver el interior de la heladera me percato que hay un pote de Nutella. Lo tomo y busco una cuchara. Abro el pote u unto la cuchara con una buena cantidad del producto y lo llevo a mi boca.

Dios que delicia. Cierro la heladera y vuelvo a la habitación, me recuesto un rato para esperar a que mi glucosa vuelva a la normalidad y me vuelvo a quedar dormida.

El sonido de mi teléfono me despierta y lo tomo para atender si ver quien me llama.

—¡Briza, Briza! ¡Ya son las diez treinta y todavía no llegas! —mierda grito en mi fuero interno.

—Lo siento Laura, mi glucosa esta mañana estaba por el piso y me costó levantarme, ahora que estoy mejor ya salgo para haya —digo incorporándome en la cama, dormí alrededor de una hora.

Voy al baño y me doy una ducha para que mi cuerpo reconecte con mi cerebro y me cambio con lo primero que encuentro. Salgo del departamento y tomo un taxi para llegar al edificio.

Llego y todos me miran con cara de ahora la despiden. Subo al ascensor evitando las miradas prejuiciosas. Llego al piso veinte y salgo disparada.

—Hay Briza, el jefe me hizo que le prepare el café y casi termino de patitas a la calle —espeta Laura saliendo de su puesto.

—Lo siento Lau, ahora hablo con el —digo para tranquilizarla.

—Pero ten cuidado que con la hora que es capaz que hasta terminas tú en la calle —dice estrujando sus manos preocupadas.

—No te preocupes que ya se cómo dominar a la Bestia —digo entrando a mi oficina para dejar mis cosas. Vuelvo a salir y entro sin tocar a su oficina.

—¡Se puede saber porque no me despertaste! —refunfuño nomas traspaso el umbral de la puerta para frenarme de lleno alver que esta con una persona reunido—. Lo siento no quise interrumpir —digo mirando a mi jefe y tratando de escapar de esa sonrisa que hace que me moje hasta las raíces de mis cabellos.

—Luego hablamos Señorita Riles —dice mi jefe y me sonrojo ya que recuerdo el momento pasado en la habitación de su yet donde el insistía en llamarme señorita Riles y yo jefe Black, mientras nuestros cuerpos se comunicaban de la mejor forma que pueden hacerlo.

Su acompañante al escuchar mi apellido voltea a verme y yo me quedo confundida ¿Qué hace ese señor junto a mi jefe? Jack me mira y me sonríe. Siento un escalofrió recorrer mi cuerpo mientras pierdo la sonrisa salgo lo más rápido que puedo de ese lugar.

—Bueno tío, sigamos revisando el acuerdo —alcanzo a escuchar decir a Daniel cuando estoy por cerrar la puerta.

Me siento desfallecer, ¿Tío? ¿Como seria eso? ¿E estado fornicando con mi primo? Otro escalofrió me acomete y veo que Laura se aproxima a mí.

—¡Briza! ¿Qué sucede? estas pálida —dice casi a los gritos Laura y corre el último tramo ya que siento que mis piernas no me pueden sostener.

Me sostiene para no caer, y me ayuda a deslizarme para quedar sentada en el piso. Mi mente es un manojo de nervios ¿Ese tipo que quiere? ¿su tío? ¡Por Dion! Me siento una cualquiera. Tiemblo y sollozo, Laura se asusta, dice cosas que no entiendo por lo aturdida que estoy.

La puerta de la oficina de mi jefe se abre y los ojos de mi jefe se posan a mi altura, tiemblo y no me salen las palabras, luego miro a ese tipo y la ira recorre mi cuerpo.

—¿Briza, que pasa? —pregunto preocupado mi jefe.

—Viniste a espiarme ¿Verdad? —pregunto mirando a ese tipo que no soporto. Daniel lo mira sin comprender nada.

—¿Se conocen? —pregunta intrigado Daniel.

—¿Es tu tío? —pregunto mirando a mi jefe, el asiente. Me levanto como puedo y me precipito hacia el ascensor.

—¡Hija espera! —grita ese hombre al cual odio con todo mi ser, niego tapando mis oídos y sigo mi camino para salir de ahí, quizás para siempre.

NARRA DANIEL:

—¿Hija? —miro sin entender a mi tío que mira como Briza se pierde en el interior del ascensor.

—Si Dan, es mi hija, de la que tanto te hable —dice apenado mi tío, mirándome con algo de vergüenza en la mirada.

—No entiendo nada... ¿Tu hija no era que estaba muerta? —pregunto ya que es esa la historia que siempre cuenta.

—La verdad es que todo es una mentira —mi pulso se acelera, si briza es su hija significa que es mi prima, por lo tanto, he estado intimando con mi prima.

—¡Mierda! —digo entendiendo el susto de mi hermosa secretaria—. Dime por favor que no tengo ningún tipo de vínculo con ella.

—No, su madre era una de las chicas del servicio de la mansión. En el momento que necio Briza mi mujer supo que Briza era mi hija. Para no armar un escándalo ella simulo que había perdido un hijo y despidió a todo el personal junto a ellos se fue la madre mi hija y desde entonces mi vida fue un infierno, tu tía se volvió muy controladora y no me dejo saber razón de la niña —dice tomando un pico de brandi que le acabo de servir, presiento que necesita descargar todo lo que guarda—. Yo amaba a su madre, es dulce, suave, todo lo contraria a lo que es tu tía —la pena y la vergüenza tiñen su voz—. Lo siento hijo, pero tu tía al no poder tener más hijos y sabiendo que yo quería una niña se volvió una amargada. Muchas veces le pedí que adoptemos, pero ella no quería criar una Bastarda y cuando Briza nació para castigarme me alejo de ella.

—¿Por qué no te divorciaste si no eras feliz? —pregunto dándole un trago a mi bebida.

—No era una opción en ese momento, la alta sociedad y los negocios me condenarían y tu tía en cierta forma estaba algo enferma y yo tenía mucha culpa como para dejarla —vuelve a beber de su copa— Hace dos años que murió tu tía y desde entonces quiero acercarme a ella, pero no me lo permite.

—Creo que Mateo te ayudo a que eso no suceda —digo recordando la vez que fue a la casa de mi secretaria.

—¿Qué quieres decir? —pregunta dejando la copa sobre la mesa de mi oficina y mirándome a la cara.

—En resumidas cuentas, estuve presente cuando él se presentó en su departamento para insultarla y querer obligarla a que te visite —digo mirando hacia el exterior atreves de la ventana de mi oficina, mirando los demás edificios—. Por lo que pude saber en ese momento el la llamaba Bastarda cada vez que podía y eso la lastimo mucho a ella.

Volteo y miro a mi tío que se encuentra taciturno, mirando sus manos, abatido.

—Ahora me doy cuenta que no debí confiar en mi hijo para acercarme a ella —dice con la mirada perdida—. Creí que el estaría feliz de saber que tenia una hermana, pero teniendo en cuenta su madre y el odio que le tenía a ella, supongo que no fue buena idea que se acerque a ella.

—Con esto quieres decir que: ¿Nunca hablaste con ella? —pregunto tratando de entender.

—Si, lo intente en varias oportunidades, pero ella nunca me dejó decir nada —dice y no sé qué hacer para ayudar—. ¿Tú me ayudarías a llegar a ella? —se mueve para encararme de frente.

—No sé, tratare, pero no te prometo nada. Ahora debe pensar que somos primos o algo así y no creo que este muy bien —digo y pienso en la vez que se presentó en la entrevista y el estrés la puso en un estado catastrófico—. Creo que tengo que buscarla.

Me acerco a la puerta y llamo a Laura.

—¿Me llamaba Señor Black? —pregunta Laura al igual que siempre toda temblorosa.

—Si señorita Castell, necesito que trates de localizar a Briza, yo mientras tanto preparare mi coche, espero tu llamada —digo todo esto apagando la computadora de mi escritorio. Mirando a mi tío trato de calmarlo—. Tío tratare de localizarla, ¿Sí? Te mantengo al tanto —digo y salgo tomando mi teléfono y mis llaves.

Llego al estacionamiento y mi celular suena junto cuando entro al vehículo, contesto la llamada ya que se trata de mi recepcionista.

—¿Sí? Laura. ¿Tuvo suerte? —pregunto sintiéndome ansioso.

—Lo siento señor, pero al pareceré a apagado su teléfono —maldigo y le pego al volante.

—Está bien, trata de revisar mi agenda y cánsela todo lo que tenga programado para hoy —digo mientras en mi mente pienso donde puede ser que este mi secretaria—. Cualquier cosa que sepas me llamas de inmediato.

—Si señor, como ordene señor, enseguida señor —dice atropellando las palabras como siempre y por un momento me permito sonreír.

Pongo en marcha mi coche y me dirijo a su departamento. El camino se me hace eterno. Las calles a esta hora están a ful y casi me muevo a paso de peatón.

 Casi una hora más tarde llego a su departamento y buscando la copia de su lleve que esconde en una maseta, si ya se no es tan ingenioso, pero nada puedo hacer contra esa mujer que me trae loco.

Entro y no hay nadie, ni si quiera hay rastros de que haya estado aquí. Pienso en sus amigas y quisiera saber más de ellas o donde viven, pero no tengo idea.

Salgo del departamento sierro con llave y guardo con las mías la copia. E adentro a mi vehículo y recorro las calles en busca. Paro en cualquier lugar que pueda llegar a estar sabiendo que no la encontrare, pero no dejare de buscar. Llego a una plaza y me bajo de mi coche para recorrerla a pie, pero nada. Vuelvo a mi coche y pienso donde, pero nada. Miro la hora en mi celular y ya son mas de las cuatro de la tarde. Pongo en marcha mi coche y me dirijo a mi departamento.

Llego guardo mi coche y frustrado porque no la encontré, mientras camino intento volver a llamarla, pero nada. Ya la he llamado más de veinte veces y siempre me salta el buzón. ¿Sera muy pronto para llamar a la policía?

Mi tío ya me mando mensajes preguntando si tenía alguna noticia, pero no sé qué responderle, por lo tanto, decido guardar mi teléfono y entrando a mi departamento me arrastro hasta mi habitación.

Subir los escalones hasta el segundo piso ha requerido un esfuerzo sobrehumano. ¿Cómo puede ser que me haya quitado hasta las ganas de respirar? ¿Así de fuerte es el amor que siento por ella?

Sin ninguna respuesta, entro a mi habitación y allí la veo tendida en mi cama, hecha un bollito. Me acerco a ella y casi me abalanzo a su cuerpo durmiente. La tomo en brazos y la apretujo, abrazándola, tomándola para que no se separe de mí.

—¿Sabes lo que llevo buscándote? Estaba por llamar a la policía —susurro en su oído meciéndola, ella rodea mi cuello con sus brazos y mira mis ojos, hay lágrimas en los suyos.

—No pude volver a mi departamento, acá esta mi tranquilidad, pero... —baja la mirada y coloca su cabeza en mi pecho.

—¿Es por mi tío? —pregunto, no dice nada—. Quédate tranquila que el solo era el marido de mi tía, la hermana de mi papa.

—Ósea que... ¿no somos primos? —pregunta volviendo su carita triste para encontrar mi mirada nuevamente.

—No, cariño, no lo somos —digo y beso sus labios—. Así... que... ¿Acá esta tu tranquilidad? —pregunto mirando sus bellos ojos que se encuentran rojos.

—Si, contigo, tu olor, tu forma de tratarme, todo de ti me da paz y tranquilidad —dice—. No sé qué sería de mi sino podría tenerte —mientras dice esto se amolda a mi pecho apretándome fuerte a ella y así me gustaría pasar el resto de mi vida.

—Tranquila que yo estoy igual que tu.... ahora ¿Qué te parece si comemos algo? —interrogo sintiendo que mi estomago hace una declaración de huelga por los sonidos que causa. Ella ríe al escuchar los sonidos de mi cuerpo.

—Creo que tienes razón, yo tampoco comí nada.

Me levanto de la cama y con ella en brazos me dirijo a la sala, la dejo sobre una de las sillas de la cocina y me dirijo a la nevera.

—Amor... está vacía, prácticamente —murmura Briza cuando abro la heladera y me percato que tiene razón.

—Pues habrá que pedir... —Tomo mi celular y miro a mi chica—. ¿Qué te apetece?

hola a mis lectores, espero que estén bien. me gustaría saber si les gusta la historia, que opinan? que les gusta mas, las escenas cachondas o las normales...

1
ivonne bota
Excelente
Josefina Chiauzzi
vaYa
Josefina Chiauzzi
suaVe
Lillian Ramirez
Excelente
rosalis torrez
Espectacular la novela me encantó toda felicidades autora
Rosa Magdalena Chávez
tan ansioso estaba por verla que se tomó el tiempo de ir a comer a un restaurante
Rosa Magdalena Chávez
está casado?
Fanny mend
para ser diabética,lleva una vida sin restricciones,
Tayde Castillo
hermosa historia, felicidades escritora 🌹☘️
Brisa Gomez Vargas
Excelente
Lupita Toledo
hola, autor (a). lo pongo así para no error, y si me gusta mucho la trama romántica y normal para luego pasar a lo cachondo.
y mis respetos para ti, por poder expresar e hilar bien las ideas de lo que quieres pasmar. felicidades y continúa así y sobretodo con miras hacia adelante.
C Matacruz
genial gracias por compartir tu novela corta y corta felicidades y bendiciones sigue escribiendo novelas cortas y cortas, aunque faltaron fotos pero chida tu novela corta 😊😁🙂🤪😲😆🤔😝😀😵‍💫😏😛😱🙃😜🤨😃☺️
Kely Johana Gonzalez Gonzalez
está preciosa me encanta😍😍😍
Laura Schmal
vayamos
Laura Schmal
suave
C Matacruz
jajaja jajaja son 20 pisos pero que bien la vamos a pasar jajaja 😊😁🙂🤪😲😆🤔😝😀😵‍💫😏😛😱🙃😜🤨😃☺️
C Matacruz
jajaja jajaja Dios hasta yo quiero ésas revolcadas 😊😁🙂🤪😲😆🤔😝😀😵‍💫😏😛😱🙃😜😃🤨☺️
Maritza De Jesús Seña Pantoja
una historia. super romántica. nada de violencia, ni maltrato, espero continue asi
C Matacruz
jajaja Dios creo que hasta yo estoy teniendo orgasmos jajaja jajaja 😊😁🙂🤪😲😆🤔😝😀😵‍💫😏😛😱🙃😜😃🤨☺️
Laura Schmal
volar
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