Entre el Amor y la Cordura

*Álvaro *

Lo tumbé en la cama y estaba todo rojo con la cara sonrojada y jadeando. Cuando me quité los pantalones, no pude resistirme a darle un beso y otro por encima del pantalón, y soltó un jodido gemido, y casi me corro, No pude resistirme a quitarle los pantalones y mirar su miembro ya palpitante, me di cuenta de las ganas que tenía de mí, así que bajé hasta su rosada entrada y no pude resistirme a pasarle la lengua, gemía como un loco, me llevé su miembro a la boca y empecé a chupar, no pudo resistirse y se deshizo en mi boca, avergonzado. Su cara frente a mí es todo lo que había soñado desde la primera vez que lo vi.

Me pongo de pie y él me mira con inocencia y, al mismo tiempo, expectación. Me quito las bragas y sus ojos brillan ante mi miembro. Me observa bombeando mi miembro y, sin esperar a que se arrodille, me pongo al borde de la cama, sabiendo exactamente lo que quiere. Sin esperar, se mete mi miembro en la boca y empieza a chupar. Echo la cabeza hacia atrás y le agarro del pelo, ralentizando mi ritmo.

Álvaro _ Joder que...

Continuó y acabé corriéndome en su boca. Él se lo tragó todo y me dedicó una sonrisa. Me acerqué a la mesa de al lado de la cama y cogí un condón y me lo puse. Él seguía atento a todo lo que yo hacía. Me acerco a él y empiezo a besarle el cuello cuando de repente me suelta:

Lian _ Senador no creo que quepa, es demasiado grande ... Soy virgen.

Casi me río de su expresión asustada.

Álvaro _ Sé que eres virgen, mi pequeña, y sí, seré cariñoso, te lo prometo.

El cierra los ojos y yo empiezo a besarle toda la cara y me coloco entre sus piernas y empiezo a penetrarle el suelta un gemido de dolor yo paro y vuelvo a empezar hasta que estoy dentro del todo espero un poco le beso los ojos que están llorosos y empiezo a moverme el empieza a gemir fuerte y yo también empujo hasta que se sacude y se corre y nos quedamos todos lamidos yo saco mi miembro y empiezo a lamerle la barriga y su miembro lo pongo a cuatro patas y me entierro dentro de el otra vez .Sigo empujando una y otra vez hasta que me corro, le doy la vuelta y vuelvo a penetrarle y nos quedamos así hasta que nos corremos los dos juntos, me levanto y le llevo a la ducha y volvemos a tener sexo. No sé, soy adicta a este pequeñajo. Volvemos a la cama y le seco el pelo y nos tumbamos en la cama y le estrecho entre mis brazos y me mira con sus ojitos brillantes.

Lian _ Fue hermoso Álvaro gracias ... Te quiero.

No sabía qué decir. ¿Me quiere? Le besé, un beso lleno de afecto.

Álvaro _ Eres preciosa, mi cerecita, tienes un cuerpo precioso. Ahora eres mía, escucha, ahora me perteneces. Descansa un poco.

Le beso la frente y él cierra los ojos. No te abandonaré, ahora eres mi Lian.