Yeraldin guarda un secreto: su amor por Johan, el mejor amigo de su padre. La atracción es irresistible, pero el conflicto interno la desgarra. Johan, a pesar del deseo, se resiste por lealtad a su amigo. ¿Podrá Yeraldin conquistar su corazón, arriesgando la amistad paterna? ¿O este amor prohibido quedará sepultado en el olvido?
NovelToon tiene autorización de Lulu ev para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Maratón 1/5
Al llegar a casa muy tarde, estaba dispuesta a subir a mi habitación cuando escuché a mi familia en la sala. Me dirigí hacia allí y, al ver sus caras, supe que algo andaba mal.
Yeraldin: Buenas noches, familia. ¿Sucedió algo?
Joselyn: Buenas noches, hija. La subasta será aplazada a otra fecha; no será mañana en la noche.
Yeraldin: ¿Por qué? Si ya teníamos todo listo en el lugar.
Kiara: Se complicaron las cosas, hermana.
Yeraldin: ¿Se complicaron cómo?
Kayla: Debemos cambiar la ubicación del lugar.
Brian: Tendrá que ser en una zona más segura porque habrá mucha gente importante del bajo mundo.
Jared: Lo haremos este fin de semana, el sábado en la noche. Todo tiene que salir bien; no habrá complicaciones esta vez.
Joselyn: Así será, cariño. Todo saldrá bien.
Yeraldin: Haré mi inauguración del estudio de arte también este fin de semana; será el viernes… ¿entonces la subasta será al día siguiente?
Jared: Sí, así será. Y tú, Yeraldin, te encargarás de que todos en el lugar estén cómodos y de que todo marche en orden.
Yeraldin: ¿Yo? Papá, no quiero ser parte de esta subasta. Ya tuve suficiente ayudando con el lugar anterior y ahora con este.
Mi padre me miró serio. Yo no bajé la mirada tampoco. Mis hermanas, para cortar la tensión entre nosotros, decidieron hablar.
Kayla: No te preocupes, hermanita. Nosotros ayudaremos esta vez a ordenar el lugar para que todo sea más rápido y esté perfecto para el gran día.
Kiara: Tenemos tres días para hacerlo. Tú puedes ayudar con eso, y ya no sería necesario que vayas esa noche.
Jared: Yeraldin irá,les guste o no, usted y su madre no podrán estar ahí porque tienen un compromiso ese día, pero Yeraldin no, y ella nos acompañará en la subasta.
Yeraldin: No quiero hacerlo, papá.
Jared: No te estoy preguntando si quieres o no; te estoy dando una orden. Eres una Lombardy y formas parte de esta familia, así que estarás con nosotros esa noche, te guste o no.
Joselyn: Cariño, tranquilo.
Brian: Papá, yo creo que será suficiente con nosotros esa noche; no hace falta que Yeraldin…
Jared: Brian, cierra la boca. Ya dije lo que vamos a hacer, y así se hará.
Mi padre se levantó molesto y se fue; mi madre lo siguió. Yo y mis hermanos nos miramos sin saber qué decir, hasta que Brian se acercó a mí y me abrazó por los hombros.
Brian: No te preocupes, enana. Haré lo posible para que papá cambie de opinión. Ahora está enojado porque alguien filtró a la policía la dirección del lugar.
Yeraldin: Espero que lo hagas. No puedo ser parte de esa noche; estoy segura de que haré alguna estupidez.
Kiara: Hermanita, ahora solo ayúdanos con el nuevo lugar, así papá no dirá que no hiciste nada con este negocio.
Kayla: Además, para que te sientas más cómoda, si llegas a ir a ese lugar, haremos que todos usen antifaces para no ver directamente sus caras. ¿Qué dices?
Yeraldin: Sí, suena bien. Entonces, después de la universidad, estaré con ustedes en el nuevo lugar para ayudar a organizarlo.
Kiara: Está bien, Yeraldin.
Kayla: Entonces, mañana te pasaremos la ubicación del lugar.
Yo solo asentí. Luego, ellas subieron a sus habitaciones, dándonos las buenas noches. Brian me abrazó y se despidió, ya que al parecer no dormiría en casa. Yo, como estaba tan molesta, decidí salir al jardín. Me senté, mirando a la nada, mientras pensaba que a veces realmente odiaba pertenecer a esta familia y obedecer sus malditas reglas o tener que ser parte de este tipo de eventos.
Creo que para ser hija de un mafioso, además del más temido, soy demasiado blanda. Ya la idea de usar o portar un arma me da cosa. Estaba pensando en eso cuando escuché unos pasos detrás de mí y volteé a ver.
Joselyn: ¿Estás bien, cariño?
Yeraldin: Realmente quisiera decirte que sí, mamá, pero no estoy muy bien; estoy molesta.
Joselyn: Entiendo que estés así, pero debes entender a tu padre, cariño.
Yeraldin: Lo entiendo, mamá, pero ¿él me entiende a mí? Lo único que hace es recordarme que soy una Lombardy, como si eso se me olvidara.
Joselyn: Es importante para tu padre, hija. El que te recuerde que perteneces a esta familia es por tu bien. Jamás debes olvidar a dónde perteneces, a la familia que te respalda.
Yeraldin: ¿Y si te digo que a veces quiero renunciar a todo, incluso a este apellido, y ser libre?
Joselyn: Cariño, entiendo tu enojo… pero nuestra familia es nuestra protección. Tu padre te quiere, aunque lo demuestre de forma dura… nuestro apellido es un peso, sí, pero también es una fuerza.
Yeraldin: Estoy cansada. Creo que debería ir a descansar, mamá.
Entré junto a ella y me encontré con Johan y mi padre. Él me miró de arriba abajo mientras mi padre lo hizo seriamente, les di las buenas noches. Subí, me bañé y me puse mi pijama. Traté de dormir, pero no podía. Creí que sería porque tenía hambre, y pedí comida a domicilio.
Luego de unos minutos, bajé sin ponerme al menos una bata, ya que creí que todos ya dormían, y me fui a la sala a esperar. A los 15 minutos tocaron el timbre. En el camino, me encuentro con Johan, quien me mira detalladamente. Ni quiero, le hago caso y voy a abrir, y me doy cuenta de que es el chico que siempre trae nuestro pedido. Para ser sincera, es muy lindo no está nada mal, tiene unos ojos verdes y una sonrisa perfecta. Sonrío al verlo.
Max: Buenas noches, señorita Yeraldin.
Yeraldin: Buenas noches, Max. ¿Cómo estás?
Max: Muy bien, ¿y tú?
Yeraldin: Bien, por suerte.
Agarro el pedido y lo pongo en un mueble cercano. Me acerco nuevamente a él y le entrego el dinero y la propina, que nunca falta.
Yeraldin: Muchas gracias, Max.
Max: Hasta la próxima, linda.
Yeraldin: Hasta la próxima. Adiós, Max.
Max: Adiós, princesa.
Enciende su moto y se va. Cierro la puerta y me doy la vuelta, chocando con algo duro que casi me hace caer si no fuera por unos brazos enormes que se posan en mi cintura. Lo miro y es Johan, quien estaba muy serio.
Yeraldin: Lo siento, Johan. No te sentí detrás de mí.
Johan: Sí, lo noté. Dime, pequeña, ¿siempre atiendes así?
Yeraldin: ¿Así? ¿Cómo? No te estoy entendiendo a qué te refieres.
Me separo de él y lo miro esperando su respuesta.
Johan: Me refiero a cómo estás vestida. Esa ropa es demasiado reveladora.
Yeraldin: Ah, ya entendí. No a veces con ropa aún más corta, o hasta incluso en bata, depende de lo que esté haciendo en ese momento. ¿Me entiendes, no?
Le guiño el ojo con una sonrisa.
Johan: No entiendo cómo Jared permite algo así.
Se aleja de mí, poniéndose su abrigo, más serio de lo normal, mirándome de arriba abajo mientras hace una mueca.
Yeraldin: Mi padre no está de acuerdo, pero entiende que soy una mujer y no necesito su permiso para vestirme como yo quiera… no creo que entiendas eso… ya que al parecer eres muy anticuado.
Johan: ¿Anticuado? ¿Estás diciendo que soy viejo, pequeña?
Yeraldin: Puede ser… Buenas noches. Que tengas una excelente velada, señor Johan.
Agarré mi comida y salí de ahí casi riéndome a carcajadas de la cara que había puesto. Incluso murmuró algo que no llegué a escuchar, pero seguí mi camino a la cocina. Sin duda, él puede hacerme cambiar de ánimo fácilmente.
Quiero saber que sucede con esta pareja🥺