NUNCA TE DARÉ EL DIVORCIO

Zahraea observó su reflejo en el enorme espejo de su vestidor mientras ajustaba los últimos detalles de su atuendo. Sabía que estaba jugando con fuego, pero eso era exactamente lo que quería. Llevaba días planeando su próxima jugada contra Kairos, y esta vez, no habría forma de que él escapara ileso.

La noticia ya debía estar circulando. Un escándalo cuidadosamente construido, con imágenes y testimonios "anónimos" de supuestas amantes de Kairos. No cualquiera podría poner en jaque a un hombre como él, pero Zahraea no era cualquiera.

Se sentó en su tocador, revisando las redes sociales en su teléfono. Tal como lo había planeado, los titulares explotaban:

"Kairos Lazarescu , el magnate infiel: pruebas revelan múltiples relaciones fuera de su matrimonio"

"El esposo de Zahraea visto en encuentros privados con mujeres misteriosas"

"¿Crisis matrimonial? Escándalo de infidelidad sacude a la élite empresarial"

Zahraea sonrió con autosuficiencia. Lo había hecho bien. Los medios ya estaban alimentando el escándalo, y la opinión pública pronto exigiría respuestas. Lo que más disfrutaba de todo esto era imaginar la reacción de Kairos cuando viera cómo su imagen perfecta de esposo respetable se desmoronaba ante sus propios ojos.

Se acomodó en el sofá de su estudio y encendió la televisión. Todos los canales de noticias estaban cubriendo la historia. Analistas, periodistas y comentaristas debatían sobre la supuesta infidelidad de Kairos, algunos incluso recordaban su relación con Alessia y cómo su matrimonio con Zahraea parecía haber sido solo una fachada. Era un caos mediático perfectamente diseñado.

—Zahraea :Veamos cómo sales de esta, Kairos —murmuró para sí misma mientras tomaba un sorbo de su café.

Pero entonces, su teléfono vibró con una notificación. Abrió el enlace enviado por su asistente y su expresión se endureció al ver la transmisión en vivo de una exclusiva entrevista con Kairos.

Él estaba sentado en un elegante estudio de televisión, vistiendo un traje impecable. Su postura era relajada, su expresión serena. No parecía alguien que estuviera acorralado por un escándalo. Al contrario, se veía preparado.

—Kairos :Buenas noches. Me gustaría comenzar esta entrevista agradeciendo la oportunidad de aclarar estos rumores infundados que han estado circulando — dijo él con su tono característicamente calmado.

El entrevistador, un periodista reconocido por su dureza, no perdió tiempo.

—Se han filtrado imágenes y testimonios que lo acusan de infidelidad. ¿Qué tiene que decir al respecto?

Kairos suspiró y miró directamente a la cámara, como si hablara con cada espectador en sus hogares.

— Kairos: Es triste ver cómo en nuestra sociedad el amor verdadero es constantemente atacado por la envidia y la desinformación. Mi esposa y yo hemos enfrentado muchas dificultades, pero jamás traicionaría nuestro compromiso. Las supuestas 'pruebas' han sido manipuladas. Es lamentable que algunos intenten separar lo que con tanto esfuerzo hemos construido.

Zahraea casi escupe su café y empezó a interrogarse en su mente:

¿Amor verdadero? ¿Compromiso? ¿Qué demonios estaba diciendo?, pero ¿qué le pasa?, ¿de verdad que él está actuando muy raro después de ese accidente?, ¿y si lo hago pasar por una persona enferma mental?, no, no, eso no sería tan fácil siendo él.

Kairos, que podía escuchar los pensamientos de Zahraea , sonrió con su ingesta de palabras hacía él, y el periodista lo notó y le pregunta

—Entonces, ¿niega todas las acusaciones? —preguntó el periodista, claramente sorprendido por la respuesta.

—Kairos :Absolutamente, pero no solo eso. Para demostrar la solidez de nuestro matrimonio, me gustaría compartir algo especial.

Kairos sacó su teléfono y mostró un video. Era un montaje de momentos "íntimos" entre él y Zahraea. En algunas imágenes, se les veía en eventos benéficos, mirándose con admiración. En otras, aparecían tomados de la mano en cenas privadas. Incluso había clips donde Kairos, estratégicamente, la sorprendía con pequeños detalles románticos en público.

Pero lo que más impactó a Zahraea fue la última imagen: una foto inédita de su boda, en la que Kairos la miraba con ternura.

—Kairos: Esta mujer es mi esposa, mi compañera y mi prioridad, no permitiré que rumores infundados manchen lo que tenemos —declaró con una seguridad aplastante.

Zahraea sintió cómo su estómago se revolvía. No solo había neutralizado su ataque, sino que ahora la opinión pública lo veía como el esposo perfecto. Todo su plan se había revertido en su contra.

Su teléfono comenzó a llenarse de mensajes de conocidos y empresarios, felicitándola por tener a un esposo tan dedicado. Incluso su madre le envió un mensaje emotivo diciendo que debía sentirse afortunada.

Zahraea apretó la mandíbula.

Kairos Lazarescu lo había hecho otra vez, pero si creía que esto terminaba aquí, estaba muy equivocado y la guerra apenas comenzaba.

Zahraea apagó la televisión con calma, manteniendo su expresión neutral. No podía permitir que nadie, ni siquiera las paredes, detectaran su frustración. Kairos se había salido con la suya una vez más. No solo había anulado su intento de escándalo, sino que ahora la opinión pública lo veía como el esposo devoto que la adoraba incondicionalmente.

Suspiró y tomó su copa de vino, dando un sorbo lento. No iba a dejar que esto la afectara. No. Su teléfono vibró. Un mensaje de su madre.

"Estoy tan feliz de ver cuánto te ama Kairos. Sabía que todo mejoraría con el tiempo. No lo dejes ir, hija."

Zahraea sonrió con amargura, escribiendo una respuesta rápida.

"Sí, mamá. Todo está bien."

En el corazón de Zahraea , solo existía amargura y vacío cuando se trataban de sus padres, solo les importaba lo que ella podía ofrecer como heredera , en esos momentos pensó con nostalgia

"Te extraño tanto mi pequeña hermana"

Zahraea entendió que seguir fingiendo era su mejor arma.

Se recostó en el sofá con tranquilidad, tomando su tablet para revisar los contratos de su empresa. No se distraería con un pequeño contratiempo. Esto solo significaba que debía ser más cuidadosa.

Kairos podía leer su mente, pero no podía controlarla. De repente, su teléfono volvió a vibrar. Un mensaje de Kairos.

"Dulces sueños, esposa mía."

Zahraea apretó los labios, conteniendo una risa sarcástica. Fingió no darle importancia y dejó el teléfono boca abajo sobre la mesa.

Él creía que había ganado esta ronda —Qué adorable— dijo ella apretando los dientes.

Sin cambiar su expresión serena, Zahraea pensó en su próximo movimiento con la misma tranquilidad con la que alguien planearía un almuerzo.