Antes de su muerte, Lucie había leído una novela de fantasía, donde era el clásico cliché de la pareja enamorada, una joven que se enamora del príncipe heredero, pero su amor no es fácil, pues está la villana Noelle Le Blanc, prometida del príncipe, intenta sepáralos, pero al final su compromiso es roto y ella debe casarse con el gran duque Raizel Ivanov, quien nunca se interesó en Noelle y ella termina siendo asesinada mientras regresaba de una fiesta, siendo así el final de esta villana.
Ahora tras su muerte, Lucie ha reencarnado en Noelle Le Blanc cuando apenas es una niña, ella sabe lo que le espera en el futuro, aun así, deja que todo pase de acuerdo a la trama, permitiendo que los protagonistas se enamoren, hasta que llega el día en el que ella debe partir de su casa para encontrarse con su futuro esposo, el joven gran duque Raizel, conocido por ser un mujeriego, quien solo se ve obligado a casarse con Noelle, pero pronto descubrirá que ella no es solo una joven dama presumida como dicen y, por el contrario, es una mujer fuerte, decidida y con el objetivo de tener a Raizel a sus pies, pues desde que Noelle leyó la novela, Raizel le había gustado más que el propio protagonista, por ser un hombre atractivo y apasionado.
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capítulo 4- las apariencias engañan
madre, se que te agrada la señorita Noelle, pero a mi no.
La reina estaba ante Francis, era una mujer elegante y amable, además de que era muy conocida por ser alguien que apoya a los plebeyos siempre que puede.
- ¿por qué no? Creo que la señorita Noelle tiene gran potencial para princesa heredera.
- de ninguna manera ¿ha escuchado como trata a su hermana?
- mmm...oh! ¿Hablas de esa niña chillona? La señorita Noelle puede ser directa en sus palabras, nada más eso, esa niña llamada Odette no es más que una niña mimada que piensa que con lágrimas lo puede todo.
- ¿que? Madre ¿como puedes decir eso?
- Francis, esa niña puede ser linda, pero no puedes dejarte llevar solo por eso, la señorita Noelle la corrige, porque su comportamiento es el de una bebé de cinco años, tiene once y no sabe ni las más mínimas etiquetas.
Francis solo guardo silencio, es verdad que su comportamiento es diferente, pero sigue siendo una niña, Francis no logra comprender que en la alta sociedad a los once años, ya debe saber comportarse o causaría vergüenza ante la familia. Francis se retira del palacio de su madre, estaba un poco molesto porque su madre apoya a esa niña descortés; pronto se detiene al ver pasar a un chico de cabellera negra y ojos rojos, su mirada era sería, pero al voltear a ver a Francis inclina levemente la cabeza, Francis se acerca a él.
- joven Raizel, bienvenido, ha pasado tiempo ¿que lo trae por aquí?
- alteza, un gusto verlo de nuevo. Mi padre vino a reunirse con el rey y decidí dar una vuelta, por cierto escuché que ya le tienen una futura prometida.
- no me hables de eso, esa niña no me agrada, es una engreída y grosera.
- que pena por ti, yo por eso no me casaré, prefiero tener muchas chicas a mi alrededor.
- joven Raizel, su padre nunca ha permitir algo así.
- ¿desde cuando cree que le hago caso a mi padre? Mientras haga mi trabajo, no necesito casarme.
- que confiado es, pero buena suerte, si logra evitar el matrimonio, lo felicitare.
Francis se retira pues tiene clases a las cuales asistir. Raizel sigue su camino, caminando hasta que ve bajar de un carruaje a una linda niña albina, esta sigue su camino sin esperar a su padre, pero este la regaña.
- lo siento padre, pero hoy hay entrenamiento de caballeros, quiero verlos.
- Noelle, esas cosas no son para niñas
- padre, usted sabe que me gusta estar en forma. Además la reina esta ocupada, no puedo pasar a saludarla.
- de acuerdo ve, pero no tardes que solo he venido a traer una entrega.
La pequeña niña, luce hermosa llevando un elegante vestido blanco que hace juego con su cabello, Raizel no puede dejar de mirarla, como escucho a donde se dirige, la sigue de cerca, los caballeros saludan con emoción a la niña, tal parece que es conocida; Raizel sonríe, pero debe irse, su padre ha terminado con su reunión.
- señorita Noelle, nuestros compañeros que aún no creen que usted es una chica extraordinaria.
- por supuesto que no creemos, es pequeña y una niña.
- ¿y eso que? ¿Temen sea mejor que ustedes?
- ey! No seas arrogante niña.
- no me subestimen, hicieron lo mismo sus amigos y se llevaron la sorpresa.
Los hombres se ríen de sus palabras, acaban de regresar de una exploración y no saben de lo que Noelle es capaz.
- si eres tan buena dejaré que pegues primero, anda.
El hombre se inclina señalando su mejilla, las risas no se hacen esperar, pero de un momento a otro abunda el silencio cuando aquel enorme hombre, sale volando contra y se estrella contra la pared, mientras que Noelle, tiene la mano estirada formando un puño. Los recién llegados estaban sorprendidos por la fuerza de esa niña, mientras que los que ya conocen a Noelle, ríe a carcajadas al ver a su compañero tirado contra la pared.
- lo peor que un soldado puede hacer, es subestimar a su enemigo, sin importar como se vea. Por ejemplo yo, no soy una niñita.
Dicho esto, Noelle se disculpa, pues debe retirarse, seguramente su padre debe de estarla esperando en el carruaje.
