El Arquitecto

A la mañana siguiente, cuando Selene se despertó estaba sola en la cama, Damián no estaba por ningún lado, sintiéndose usada, sus ojos se llenaron de lágrimas. Cuando él entro por la puerta con una bandeja en sus manos, dónde traía un suculento desayuno para ambos, pero al ver las lágrimas de Selene dejo todo rápidamente en la mesita de noche y corrió a ver qué le pasaba.

¿Te encuentras bien? ¿Te duele algo?- pregunto el muy preocupado.

Ella negó con la cabeza, sonriendo entre lágrimas y dijo: Creí que me habías dejado sola-

Damián la abrazo y le dijo que nunca la dejaría sola.

Que clase de patán crees que soy, por mí no te soltaría nunca- dijo dándole un ligero beso en los labios.

Lo de anoche.... - comenzó a decir ella pero el le cortó.

Lo repetiría una y otra vez, siempre que seas tu la que esté en mis brazos- respondió él con mucho amor- Selene, tu me gustas mucho y lo sabes ¿Quieres ser mí novia?

Selene no podía creer lo que escuchaba, desde el kinder soño con ese momento, siempre estuvo enamorada de Damián, pero nunca se atrevió a nada y se conformó con su amistad.

Damián ¿Lo dices enserio?- pregunto avergonzada.

Claro que sí nena- dijo él

Claro que quiero, siempre lo he querido- dijo lanzando se a sus brazos, pero un pequeño dolor en su entrepiernas la saco de su ensueño.

Vamos a desayunar que se enfría y luego te das un baño para relajar, ¿Quieres?- dijo el con ternura. Ella asintió y comenzaron a comer, cuando ella recordó

Damián, mí papá, debe estar preocupado- dijo la chica con temor.

Tranquila, Sabrina le escribió anoche y le dijo que como era muy tarde te quedarías en su casa- dijo sin más.

Y ¿Sabes quién...?- pregunto con timidez.

Lo descubriré, nadie puede hacerle algo a mí chica con vaya a saber que intenciones y seguir como si nada- dijo él besando sus labios.

Ella aún no lo creía, escuchar que la llamaba su chica era lo mejor del mundo. Terminaron de desayunar, Selene se dio un buen baño de agua caliente y mirándose al espejo, detallo cada marca en su cuerpo sonriendo como tonta, unas grandes manos se posaron en su cintura y ella vio a Damián desde el espejo.

Recordando sin mí?- pregunto- amaría hacerte nuevamente todo lo que hicimos anoche, pero voy a contenerme- Dijo besando su hombro desnudo- en la cama te deje ropa

Ella totalmente sonrojada se giró y lo beso, tierna y torpemente, los nervios le jugaban una mala pasada. Se puso ropa, que Damián le había comprado, y bajaron al estacionamiento donde Kevin y Sabrina los esperaban con una enorme sonrisa, pues sabían lo que anoche había pasado.

¿A dónde vamos a ir?- pregunto Sabrina.

Primero a mí casa- dijo Selene- mí padre es muy bueno, pero si no aparezco al menos para darle un buen beso, va a matarme.

Todos estallaron en carcajadas, Damián paro en una panadería y compro unos bollos de dulce de leche para su suegro, así lo dejaba robarle a su hija el fin de semana.