EL AMOR DESCUIDADO

Arumi, cuyos ojos ya estaban muy pesados por el sueño, finalmente se quedó dormida en el coche. Gibran apoyó la cabeza de su esposa en su hombro. Gibran miró el rostro de Arumi desde una distancia muy cercana.

Antes quería contarte todo sobre Joana, quería que supieras que tengo una mujer a la que amo. No sé por qué cuando lo supiste tuve miedo. No quiero que nos separemos. Esto es muy egoísta, pero si hay una opción, mi elección es seguir contigo.

Cuando llegaron a casa, Gibran llevó a Arumi en brazos a la habitación. Después de acostar a Arumi en la cama, Gibran fue al baño y se aseó.

Gibran subió a la cama y abrazó a su esposa. Arumi se despertó en medio de la noche, miró a su lado, vio a Gibran durmiendo abrazándola por la cintura.

Arumi se soltó del abrazo de Gibran, luego fue al baño a asearse. Arumi preparó el desayuno para Gibran. Aunque no era Arumi quien cocinaba, siempre se tomaba el tiempo de prepararlo en la mesa del comedor.

Gibran se levantó y no vio a Arumi, inmediatamente se levantó y salió de la habitación. Gibran temía que Arumi volviera a huir.

Al ver a Arumi sirviendo el desayuno en la mesa, Gibran la abrazó y besó en la mejilla.

"Dúchate, Mas. Después desayunamos, luego hablamos."

"¿De qué más quieres hablar, Rumi?"

"De mucho, Mas. Tenemos mucho de qué hablar."

"Arumi, si es sobre lo de ayer no quiero hablar. Ya dije que todo es mentira."

"No seas cobarde, Mas. Tenemos que hablar de todo. Para que no haya nada más que nos pese en el corazón."

"Arumi..."

"Dúchate, te espero aquí para desayunar."

Gibran finalmente volvió a entrar en la habitación y se duchó de inmediato. A regañadientes salió de la habitación.

Gibran jaló una silla y se sentó frente a Arumi. Su esposa seguía sirviendo como de costumbre. Gibran tragó la comida con dificultad. Tenía la garganta seca y le costaba tragar.

Después de terminar el desayuno, Arumi recogió la mesa del comedor, con la ayuda de la tía. Arumi invitó a Gibran a entrar en la habitación.

Sentados los dos en el sofá que estaba en la habitación cerca de la ventana, el lugar favorito de Arumi antes.

"¿Hay algo que quieras explicar sobre Joana?", dijo Arumi comenzando la conversación.

"¿Qué quieres saber?", dijo Gibran.

"Todo y espero la honestidad de cada palabra de Mas Gibran. Que no haya más mentiras."

"A veces la mentira es necesaria para que nadie salga herido."

"Lo que se llama mentira seguramente se convertirá en una herida más adelante. Así que espero que seas honesto. Estoy lista y fuerte para escucharlo todo."

"Lo que estoy diciendo, no lo sé, Arumi."

"¿Desde cuándo me estás mintiendo? ¿Desde el principio del matrimonio? No mientas si quieres resolver el problema. Porque cuando mientes, surgirán otros problemas y la confianza se perderá."

"Arumi, perdóname."

"¿La amas mucho?"

Gibran solo asintió respondiendo a la pregunta de Arumi. La mujer se agarró el pecho que comenzaba a sentirse oprimido. Resultó que escuchar directamente de Gibran era muy doloroso. No era tan fuerte como se esperaba.

"¿Nunca hubo amor en tu corazón por mí, aunque fuera un poco?"

"Arumi, no sé qué responder. Lo que es seguro es que mentí para no herir tus sentimientos. No quiero que salgas herida."

Arumi apartó la cara de Gibran. Sus lágrimas comenzaron a caer mojando sus mejillas.

"Esta mentira tuya me hiere más, si hubieras sido honesto desde el principio tal vez no habría puesto mis esperanzas y mi amor en ti."

"En el momento en que siento que eres el mejor hombre que Dios me envió, en ese mismo momento tengo que aceptar la realidad de que tú también eres quien me hace caer y herirme demasiado."

"Perdóname Arumi."

"No sirve de nada tu perdón, Mas. A partir de hoy deberíamos separarnos. No quiero salir más herida."

Arumi se levantó de su asiento y se fue dejando a Gibran. Entró en la habitación de invitados. Sus represiones se rompieron allí.

Antes me hiciste volar incluso hasta las estrellas, pero ahora me arrojas lejos a un barranco empinado. Mi cuerpo parece seguir siendo el mismo de antes, pero no mi corazón

Continuará