Alquilé una esposa

Ao escuchar la voz grave y alta de Ethan, la secretaria soltó el brazo de Elena, quien se apoyó en la pared encogida y le sonrió de manera magnífica.

Secretaria: No se preocupe, señor, esta mujer quería entrar en su oficina y yo estaba resolviendo ese problema, los guardias...

Ethan: ¿Conoces a esta mujer?

Ethan le habla a la secretaria en un tono extraño, ella no sabía si estaba satisfecho o enojado.

Secretaria: No, señor...

Ethan:... Entiendo...

Ethan mira a Elena, quien tenía la cabeza baja y apoyada, frente al brazo que manchó de sangre la manga de su blusa. Se acerca lentamente a ella, sosteniendo sus hombros suavemente y acercándola más a la secretaria.

Ethan: ¿Te golpeó?

Secretaria: Ah, no... nada grave, solo intentó darme una bofetada, pero no duele...

La secretaria se pasa la mano por el lado izquierdo de la cara y sonríe con gracia.

Ethan: Qué bien... ¿qué crees que merece por haberte lastimado?

Secretaria: ... Debería recibir un castigo doble!

Ethan asiente y mira a Elena.

Ethan: ¿Y tú? ¿qué crees que merece por haberte lastimado?

La secretaria estaba a punto de preguntar, pero Ethan hace un gesto y ella se calla. Elena levanta el rostro, mirando a la secretaria con rabia, y una lágrima cae de sus ojos debido al dolor.

Elena: No me gusta la violencia... así que solo quiero que se vaya y me deje en paz para cuidar de mi herida.

Secretaria: Ah, claro risas

Ethan mira profundamente a los ojos de Elena por un momento y luego se vuelve hacia la secretaria, metiendo las manos en los bolsillos.

Ethan: Señorita Fork... imagino que has escuchado la noticia de que me he casado, ¿verdad?

Secretaria: Sí, señor risas aunque, por supuesto, no debería ser más que una falsa noticia, pero... ¿qué significa esto...?

Ethan: Bueno... esta mujer a la que acabas de atacar sin motivo aparente es Elena Marino, ¡MI esposa!

Los ojos de la secretaria se abren de par en par y su piel se vuelve tan blanca como papel, una mezcla de desesperación y confusión pasa por sus ojos.

Secretaria: Eso... señor yo...

Ethan da un paso pesado hacia la secretaria, quien se apoya en la pared, aparentemente aterrorizada por el miedo.

Ethan: ¡Cállate! Durante todo este tiempo he soportado tus ridículos y vulgares avances, venías a trabajar vestida peor que una prostituta de la calle, no cumplías con tu papel de SECRETARIA, que era lo mínimo que podías hacer para al menos ser respetable risas como si fueras capaz, ¿verdad? Y para rematar, atacas a mi mujer y te haces la víctima.

Los ojos de la joven se llenan de lágrimas y sus mejillas comienzan a enrojecer.

Ethan: Hazle saber a tu padre que el acuerdo que tenía con él sobre tu empleo aquí ha terminado, y si quiere detalles de lo que la querida hija ha hecho para ser despedida, puede estar seguro de que tendré placer en decírselo y decirle que solo no saliste herida de aquí porque eres una mujer.

El rostro rojo y mojado de la joven se convierte en un abismo, su rostro es una mezcla de emociones y profundo miedo. Ethan siente que Elena le agarra la mano y la mira, ella parece asustada. Ethan respira profundamente y hace un gesto a los guardias de seguridad que acaban de llegar.

Ethan: Sácala de mi vista, si pone un pie en mi empresa de nuevo... presentaré una seria denuncia por agresión ante el comisario.

Ethan dice mirando fijamente a los ojos de la joven que solloza, los guardias se la llevan y Ethan se gira para mirar a los ojos de Elena y luego a su brazo ensangrentado. Toma su mano y la lleva a su oficina, ella ya no dice nada y solo lo sigue. La lleva hasta su escritorio y la agarra por la cintura sin decir nada, haciéndola sentarse en la mesa. Va hacia el teléfono celular y llama a alguien, pidiendo que traigan gasa, antiséptico, esparadrapo y que compren una blusa verde oscuro de lana en la tienda al lado de la empresa (una marca muy cara), cuelga el teléfono y vuelve con Elena.

Elena: Aún puedo ir al hospital... aunque sea solo para que me hagan el vendaje...

Ethan:... Quédate quieta y quítate la blusa.

Elena: ¿Qué?

Ethan: ¡Date prisa!

Elena olha para él durante unos segundos e intenta quitarse la blusa, pero no puede, ya que le duele el brazo. Ethan la observa y retira su mano de la blusa, apoya ambos brazos levantándolos suavemente y agarra el borde de su blusa, la saca lentamente y Elena se queja al quitar la manga donde estaba herida. Él le quita la blusa y mira su cuerpo con unos ojos profundos de deseo. Esta vez, Elena sabía muy bien que eso era deseo. Ella llevaba un sostén sin relleno de encaje negro transparente y un largo cordón que dirigía sus ojos justo en el centro de sus senos. Elena siente hormigueo y una extraña sensación en el estómago, pero no era algo malo. Él mira rápidamente la herida y voltea el brazo de ella para examinarlo mejor, frunciendo el ceño al ver las tres cortadas una al lado de la otra.

Elena: ¿Por qué fuiste tan...?

Ethan: Odio que se metan con lo que es mío. Despedirla no habría logrado que se sintiera como yo quería, y de nada sirve que te quejes.

Elena mira los ojos de él, tan penetrantes, pero esta vez ella quería mirar dentro de ellos, en lo más profundo.

Elena: Uhum...

Escuchan a alguien golpeando la puerta y Ethan toma la blusa de Elena y la coloca frente a su cuerpo, ella la sostiene. Él va hacia la puerta y vuelve con una bolsa, saca todo de adentro y vuelve hacia Elena, tomando su brazo suavemente. Él limpia y coloca un vendaje de manera rápida y hábil.

Elena: Eres bueno en esto...

Ethan: Tuve que aprender a serlo, no puedo andar por ahí con heridas abiertas... y también recibí algunas lecciones de los exploradores...

Termina y coloca la blusa que mandó comprarle. Ella mira la blusa entre sus manos, es casi como un vestido para ella.

Elena: risas

Ethan: ¿Qué pasa?

Elena extiende los brazos y muestra que estaba demasiado grande. Ethan sonríe levemente y se acerca, lo que hace que Elena se tense instantáneamente. Él se apoya en la mesa con una mano a cada lado del cuerpo de Elena, mirándola a los ojos.

Ethan: Eso es consecuencia de que no hayas crecido...

Elena: No soy tan pequeña...

Ethan: ¿En serio? Te pierdes detrás de personas de estatura promedio, Elena risas

Elena: ¿Y tú? Al menos no soy un extra en Avatar...

Ethan: ¿Qué?

Ethan mira a Elena con las cejas fruncidas y ella se siente nerviosa.

Elena: Ah... nada...

Ethan: Has perdido el respeto, ¿no es así?

Elena baja la mirada y cierra los ojos apretados, condenándose por un momento por haber olvidado cómo es realmente la relación entre los dos.

Elena: Perdón, señor... susurrando

Ethan suelta una risa suave y levanta el rostro de Elena para que ella lo mire a los ojos. Él separa sus piernas y se acerca, haciendo que Elena se ponga rígida al instante. Él se apoya en la mesa con una mano a cada lado del cuerpo de Elena y la besa, uniendo sus labios con los de ella. Ella no se mueve debido al susto y Ethan agarra su nuca con una mano, atrayéndola más cerca de él por la cintura, pidiendo acceso a su boca. Elena duda, pero cede, se besan con urgencia y Ethan recorre su espalda con la mano. Elena pone el brazo alrededor del cuello de él y Ethan sujeta sus muslos, levantándola y sentándola en la silla para que quede encima. Él se separa y mira a los ojos de ella, quien lo mira fijamente, y comienzan otro beso, esta vez más tranquilo y suave. Ethan levanta su blusa, deslizando las puntas de los dedos por su espalda desnuda, y ella murmura suavemente en su boca. Después de mucho tiempo, se separan y Ethan abraza su pequeño cuerpo, escondiendo su rostro en el hueco de su cuello y dejando unos besos que la hacen estremecer.

Ethan: Vamos a parar aquí, o de lo contrario no saldrás más de esta habitación, pequeña...