En esta versión, mí primera historia, "La herencia de la abuela", se explica desde los ojos de Max, explicando algunos interrogantes inconclusos
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capitulo 15: "Inseguridad"
Ahí estaban, ambos recostados en la cama, luego de su crisis de nervios. Max la había comentado que no se imaginó nunca que ella jamás había estado con un hombre antes que él, no sabía hasta donde había llegado con su hermano, pero evidentemente, su esposa se hacía respetar. La chica, evidentemente, estaba muy avergonzada, ya que sus mejillas, de inmediato, se tintaron de rojo. Al él le dio pena esto y sonrió.
-No tienes nada de que avergonzarte.- le digo tomando su mano con delicadeza -Lo que no entiendo es... ¿Por qué?-
Camí pensó por un momento y suspiro.
-Es que... en mí adolescencia la pasé recuperándome de mí accidente, luego, mis estudios, la sección de hermana...- explico -Tal vez, olvidé un poco esa parte de mí vida.-
-Bueno, está bien...- respondió viéndola.- solo quiero que sepas que... No siempre es... así.-
-Lo se... aunque... Ya te he dicho que me gustó.- confesó Cami con dificultad, era evidente que le daba vergüenza la conversación.
Así que se acercó un poco, noto que la respiración de su esposa se aceleró.
-Solo quiero que te sientas bien.- susurro y le beso la mano.
Todo el cuerpo de su esposa se tensó. Solo deseaba que ella sintiese lo que sentía él al tenerla cerca.
Luego, se acercó lentamente y le beso la mejilla con dulzura, bajo hacía el cuello, podía como el cuerpo de Camí se dejaba. Cuando comenzó a jugar con el lóbulo de la oreja, ella esbozó un pequeño gemido. Max, también se iba acalorando, pero esta vez la que tenía que sentirse bien era ella.
Continuo bajando, hasta tomar la amplia remera.
-¿Puedo?- pregunto antes de tratar de subirla y ella asintió.
Al subirlo quedó maravillado con sus turgentes y hermosos pechos, no sé contuvo y fue hacia ellos. Jugo un rato con los pezones, mientras sentía los gemidos que Camí intentaban ocultar.
De allí siguió su recorrido, paso por su abdomen, llego hasta su entre piernas, en donde con su legua comenzó a jugar. Oía pequeños gritos de placer, que le indicaba que estaba haciendo un buen trabajo.
Cuando creyó correcto subió hacia arriba nuevamente y la miro, su esposa estaba muy acalorada y su estado de excitación era evidente. Camila lo sorprendió, tomo su rostro con las manos, lo llevo hacia ella para besarlo. ¡Cómo había soñado con esto!, pero... No, no estaba en sus planes.
Se detuvo y le tomo la mano.
-Espera Camí, espera... No quiero lastimarte otra vez.- dijo casi sin aliento.
-Ya te he dicho que no me lastimaste...- respondió la joven -Yo quiero esto, Lo deseo... Te deseo.-
Max la quedó viendo por un rato. Ella había dicho que lo deseaba y él, honestamente, la deseaba más que a nada. Entonces, accedió. Volvió a besarla, para luego, terminar de quitarle el pantalón y deshacerse del suyo.
La beso otra vez y empezó a acariciarla, aunque se esposa, ya se notaba relajada y predispuesta.
Cuando decidió que ya era hora, actuó, lento, con precaución, pero Camí solo lo seguía.
La hizo suya otra vez, sin quitarse totalmente la ropa, pero la sintió de él.
Cuando terminó, le dio un último beso y se recostó a su lado, lo cual ella se acurrucó junto a Max. De seguro estaría muy cansada, porque cerro los ojos y se durmió.
Mucho tiempo después Max la observaba dormir. ¡Qué bella era! ¡Y solo había sido suya!... Suya, se repitió.
Comenzó a tener mil pensamientos rondar por su mente. Era tan inocente, tan dulce, jamás había conocido a alguien como ella... ¿Qué le estaba haciendo a esa joven?.
Que lo deseaba le había quedado claro, pero Max no solo la deseaba, él la amaba... ¿Por qué no había accedido estar con su hermano? Conociendo a Alex no creía que no se lo hubiese pedido... tal vez con él tampoco quiso estar, prácticamente la obligó a estar con él... Pero en el sofá ella parecía seguirlo ¿Qué hubiese sucedido si no hubiese llegado Esteban?
Aunque... ¿Y si en realidad amaba a su hermano? ¿Y si accedía a estar con él porque no le quedaba de otra? ¿Cómo tener confianza en que no sucedería nada entre ellos en un futuro?... Para Alex, estaba seguro de que Camí era solo una conquista más, para él todo un juego... Pero para ella...
¡Basta! ¡Su cabeza explotaba! ¡Necesitaba huir de allí!
Con delicadeza deslizo a su esposa hacía un costado y se levantó con cuidado para no despertarla. De a poco se preparó, se duchó y arreglo para viajar.
Justo cuando se prendía su reloj, mientras esperaba un taxi para ir al aeropuerto, Camí apareció por el pasillo que comunicaba las habitaciones con la sala de estar. Venía a todo lo que daba.
-¿Ya te vas?- pregunto y Max la observo por un momento pero luego continuo con su quehacer.
-Si, te había dicho que debía de regresar a Roma...- le dijo frío y sin voltear nuevamente hacia ella.
-Oh, y ¿Cuándo regresas?- pregunto Camí, otra vez.
-No lo se.- respondió -Bueno, ya me voy. Ya llegó mí taxi.- informo viendo su celular.
-Buena suert...- quiso decir Camí, pero Max cerro la puerta antes de que finalice el deseo.
De camino al aeropuerto no dejaba de pensar en como sus impulsos y celos no lo dejaban vivir tranquilo. Se reprochó el por qué la trato tan mal, pero no podía evitarlo. ella no se merecía ser víctima de sus propias inseguridades. No sé merecía semejante mujer, estaba pensando muy seriamente en la separación.
Al llegar a Roma se puso con su trabajo, le había dado el poder de decisión de que papel tomar, el personaje principal o el del amigo, el cual era muy importante también. El sueño de cualquiera sería el principal, aunque para él... Era más pintoresco el otro... Y además, había pegado buena química con Roger, el otro actor, quien podría ser el héroe de la historia.
allí pensaba en su esposa todo el tiempo. ¡Dios! con todo lo que había sucedido entre ellos la amaba, aún, más. Recordaba sus besos, sus caricias, el perfume de su cuerpo cuando rozaba el suyo, lo hacía estremecer... Pero luego recordaba ¡Su hermano y estos celos idiotas que lo volvían loco!
Cada vez estaba más seguro que para no lastimar a su esposa, lo mejor era finalizar con su matrimonio... Lo planetaria cuando regrese. Definitivamente.