Una noche. Un secreto. Una obsesión que lo cambiará todo.
Stefania solo buscaba escapar.
Damián solo buscaba control.
Pero cuando sus mundos chocan en Atenas, el deseo los arrastra a una noche tan intensa que marca a fuego sus almas.
Ella huye antes de que él descubra quién es.
Él la busca sin saber cómo encontrarla.
Lo que ninguno imagina es que un lazo invisible ya los ata para siempre:
un hijo concebido entre la oscuridad y la pasión.
Cuando la verdad salga a la luz, deberán enfrentarse a sus familias, a sus demonios…
y a una obsesión que ni el tiempo ni la distancia han podido destruir.
La Obsesión del Jefe de la Mafia.
Un romance oscuro donde amar es peligroso…
pero pertenecer es inevitable.
NovelToon tiene autorización de Yesenia Stefany Bello González para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Un golpe de realidad
Stefy
Mi corazón se rompe cuando me acuesto en la camilla. Dilaté lo más que pude esta cita, ya que me negaba a escuchar el corazón y ver a nuestro bebé sin Damián aquí, pero finalmente mis padres me convencieron que tenía que hacerlo.
Tengo que saber cómo está mi bebé.
Mi vientre ha crecido en los últimos meses y hace un mes que lo siento moverse por mi vientre, nadando feliz de la vida sin tener ninguna preocupación.
Tomo la mano de mamá, cuando la doctora pasa el ecógrafo sobre mi vientre.
Me gustaría que papá estuviera aquí, pero tenía una reunión que no podía postergar.
Mi respiración se detiene cuando veo a mi bebé en la pantalla.
–Hay un ser humano ahí –susurro mientras mi mamá suelta una risa a la vez que sus ojos se llenan de lágrimas.
–Un ser humano muy saludable –dice la doctora logrando que todo mi cuerpo se relaje.
Fui muy cuidadosa, me tomé todas las vitaminas que mamá me compró, pero simplemente no podía venir a hacerme este examen sin su padre aquí. Ahora, cuando la emoción se desborda por mis ojos, me doy cuenta de mi error.
Mi hijo y yo nos merecíamos esto.
–Puede decirme qué es –empiezo sin poder despegar mis ojos de esas piernas que se mueven frenéticamente–. Ya sabe, un machito o una hembrita –digo logrando que mi mamá y la doctora rían.
–El bebé A es una niña –dice y yo y mamá sonreímos–. Y será muy inquieta. No ha dejado de moverse.
Mamá me abraza, pero luego, al mismo tiempo, ambas nos congelamos y miramos a la doctora.
–¡¿Bebé A?! –preguntamos a coro, tan sincronizadas, que la doctora no puede evitar reír.
–Oh, lo siento, pensé que lo sabían. Tendrás gemelos.
Todo el aire de mis pulmones se evapora y miro a mi mamá con temor.
–No puede ser. ¡Nico y Massimo deberían tener gemelos, no yo! –digo asustada–. Todos pensamos que Vanity y Eva esperaban gemelos, pero ellas solo esperan un bebé, como debe ser. ¿No puede sacar a uno?
–¡Hija! –me regaña mamá y me doy cuenta que me estoy volviendo un poco loca.
–No puedo cuidar a dos bebés sola.
–Eres una Guzmán –me recuerda mamá–. Claro que podrás.
Me obligo a respirar mientras la doctora mueve el ecógrafo por mi vientre.
–Aquí está el bebé B –dice y mueve mi vientre con mi mano, provocándome una arcada–. Lo siento, pero necesito que se mueva un poco para poder ver mejor –se disculpa mientras todas las náuseas que no he sufrido deciden este momento para atormentarme. Vanity y mi hermana me odian, ya que no he tenido ningún síntoma. Lo único diferente es que ahora amo el pescado y no puedo ni siquiera estar cerca de las papas fritas, lo que es una pena–. Es un niño y será muy fuerte –declara mientras mi mamá aprieta mi mano–. Tienes a un fortachón aquí, es significativamente más grande que su hermana.
–Él la cuidará –asegura mamá mientras yo no puedo hacer otra cosa que llorar.
Sí, debería haber venido antes, pero buscar a Damián es algo que ha consumido todo mi tiempo.
Todo mi cuerpo vibra con ansiedad mientras la doctora termina con el examen.
Ya quiero contarle a papá que será abuelo de una niña y un niño.
*****
Cuando las puertas del elevador se abren corro a la oficina de papá. Conozco a todos sus socios comerciales, ya que trabajo aquí, y no creo que se molesten por interrumpir.
Abro la puerta con más fuerza de la necesaria porque esta rebota contra con la pared. Dejo mi cartera sobre mi escritorio antes de correr a la sala de reuniones.
–¡Son gemelos! –grito con entusiasmo cuando abro la puerta, pero me detengo y casi caigo hacia atrás cuando choco con una muralla de músculos.
Mi visión se nubla por unos segundos con el fuerte golpe, pero me congelo cuando escucho su voz.
–¿Kate?
Abro mis ojos y tengo a Damián frente a mí, cogiendo mi mejilla en su mano.
Suelto un sollozo y enredo mis dedos en su cabello. Damián afirma su frente en la mía y suelta un suspiro sobre mis labios.
–¿Estoy soñando? –pregunto con temor.
Damián niega con su cabeza. –Te busqué cada maldito día –masculla sobre mis labios, furioso con todo el mundo–. ¿Dónde estabas?
–Buscándote –respondo–. Buscándote con desesperación.
–¿Hija? –llama mi papá y recién entonces me doy cuenta de que no estamos solos, y de que Damián conoce a mi papá–. Stefy, por favor dime que no es él –empieza mi papá, pero se detiene cuando asiento.
–¿Stefy? –pregunta Damián en un siseo–. Pensé que eras Kate.
Muerdo mi labio. –En realidad nunca te lo dije, tú lo asumiste.
Damián niega con su cabeza. –¿Eres hija de Stefano Messina? –pregunta mirando a mi papá.
Asiento, orgullosa por ser quién soy. –Lo soy. Mi nombre es Stefania Messina Guzmán.
–No puedo creer que el papá de mi nieto sea el puto capo de los griegos –suelta papá–. Tú y Venecia me volverán loco.
Damián y yo nos miramos.
–¿Nieto? –pregunta y solo entonces su mirada baja a mi vientre.
Mierda, creo que tendré que comenzar a dar muchas explicaciones.
A HUEVO!!!
vamos Stefy no seas egoísta y dale a Damian de tu comida y veras como se vuelve loco con su sabor...