Kieran Darkhunter, el poderoso Archiduque Darkhunter, Primer general de las tropas del reino y la caballeria de Vylonia comprometido con la princesa heredera de un misterioso reino del cual solo se le conoce el nombre Mystara.
Lyra Faerwyn Princesa heredera de Mystara, encantadora, valiente e inteligente, esconde muchos secretos que no se deberían conocer o podrían desatar una catástrofe.
Ninguno ha visto al otro, no se conocen y no se quieren casar, pero el destino es muy fuerte para desafiarlo, no te pierdas esta emocionante aventura.
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La furia del rey
Si señor. – Respondió Eamon, pero no tuvo oportunidad de moverse de su puesto, cuando vio como la chica ágilmente se lanzó al suelo deslizándose hacia el hombre y golpeándolo con el palo que sostenía en sus partes nobles haciendo que este cayera al suelo retorciéndose de dolor.
- Eso es para que aprendas a respetar. – Exponía orgullosa la mujer, claro en ese momento no pensó en la posibilidad de que el hombre no estaba solo y no fue plenamente consciente de ello hasta que no vio como los otros dos integrantes de la mesa se levantaron de ella con toda la intensión de atacarla.
Lyra era ágil y había practicado artes marciales, aun así, sabía que no era lo suficientemente buena como para enfrentarse a esos hombres que la doblaban en fuerzas y que se veía eran buenos en combate, aun así, se mantenía firme con su palo dispuesta a luchar hasta el final a sabiendas de que no saldría bien librada.
- Mátenlas. – Ordeno el hombre que aún se mantenía en el piso por el fuerte dolor, a lo que los hombres inmediatamente se abalanzaron hacia las mujeres.
En cuestión de segundos el hombre ya había desarmado a Lyra lanzando el palo lejos, aunque ella no se rendiría fácilmente por puro instinto cerro los ojos cruzando sus brazos en posición de defensa esperando el golpe, mientras pensaba en posibles soluciones, sin embargo, después de unos segundos el golpe nunca llego así que al no sentir el dolor esperado lentamente abrió sus ojos encontrándose rodeada de hombres, pero había uno que llamaba toda su atención.
Este era el gigante hombre que se encontraba delante suyo actuando como un escudo humano, desde su posición solo podía ver su ancha espalda pero con ello podía vislumbrar que se trataba de un hombre fuerte, con un porte de caballero, estaba segura que se trataba de un militar, uno de alto rango por su aura y elegancia en movimientos, pues antes de que ella pudiera ver sus movimientos ya tenía tendido en el piso a los hombres que se habían abalanzado hacia ella, mientras que varios hombres se habían posicionado a su alrededor, denotando que se trataba de alguien importante.
Mientras Lura hacia todo este análisis sin querer levanto la vista hasta el hombre justo cuando este volteo hacia ella cruzando así su mirada con la de ella, lo que hizo que por un instante que pareció eterno se perdiera en los ojos claros de ese hombre que mantenía una expresión completamente imperturbable.
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- ¿A dónde rayos se fue? – Grita histérico el rey al enterarse que su muy amada pero irresponsable hija, salió del castillo desde hacía unos días en los que no se sabe absolutamente nada de ella, algo que es normal, pues Lyra desde muy joven ha tenido libertad para ir y venir, pero en ese momento cuando la fecha de la boda es inminente claramente su padre no está para nada feliz con la noticia, mucho menos al enterarse que ni siquiera Iris su guardia secreta la había acompañado, pues el sin imaginar que su linda princesa sería tan alocada la había enviado a una misión.
- Su majestad, me disculpo por mi negligencia. – Comenta Amelia mientras hace una reverencia. – Pero usted mejor que nadie conoce el carácter de la princesa, una vez toma una decisión es imposible detenerla. – Explica la mujer con preocupación, la princesa ya lleva más de una semana fuera y aunque ella ha enviado guardias a buscarla aún no hay noticias.
- Amelia sé que no es tu culpa. – Dice el rey en un suspiro, el claro que conoce a su hija, pero aun así no deja de sorprenderlo. – Esa jovencita me va a escuchar cuando la encuentre. – Asegura el rey. - ¿A dónde fue? – Cuestiona nuevamente, pues sabe que si bien Amelia no la pudo detener. Al menos debe saber a dónde iba. En lo cual tenía razón, pero jamás se imaginó escuchar lo que la mujer estaba por decir.
- Al reino de Vylonia. – Responde en voz baja Amelia, ella sabe perfectamente lo que significa lo que está diciendo, pero no es como si su niña Lyra no lo supiera también solo que ella parece no temerle a nada, quizás porque hasta ahora realmente ha tenido demasiada buena suerte y ha salido bien librada de cada uno de los problemas en los que se mete en sus aventuras. – Mas específicamente se dirigía al archiducado Darkhunter, tenía la intención de conocer al archiduque. – Añade rápidamente mientras cada vez su voz pierde más impulso, nada mas de ver como la expresión del rey se va desfigurando un poco más con cada palabra que sale de su boca.
- ¡¿A dónde?! – Grita el rey incrédulo, ahora si está seguro que su hija está loca, bueno eso ya se lo temía, pero ahora está seguro, no puede creer que una princesa pueda ser tan irresponsable, como para viajar sin permiso a otro reino y no conforme con eso dirigirse hacia el territorio del archiduque que es bien sabido que se trata de territorio militar, si la capturan no tiene ninguna forma de validar su identidad, la pueden asesinar sin preguntar. – Esa mocosa es una irresponsable. – Sigue el rey mientras camina de un lado para otro.
- Su majestad por favor cálmese, enojarse así no le hace bien a su salud. – Aconseja su mayordomo con cautela.
- Philip, explícame, ¿Cómo quieres que me calme cuando la princesa heredera de Mystara es una completa irresponsable que se pone en peligro sin medir las consecuencias? – Cuestiona el rey elevando en cada palabra su tono de voz, está totalmente furioso. – Llamen ahora mismo a Gideon.