NovelToon NovelToon
Un Hogar En El Apocalipsis

Un Hogar En El Apocalipsis

Status: En proceso
Genre:Sci-Fi / Apocalipsis / Zombis
Popularitas:1.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Cami

El mundo cayó en cuestión de días.
Un virus desconocido convirtió las calles en cementerios abiertos y a los vivos en cazadores de su propia especie.

Valery, una adolescente de dieciséis años, vive ahora huyendo junto a su hermano pequeño Luka y su padre, un médico que lo ha perdido todo salvo la esperanza. En un mundo donde los muertos caminan y los vivos se vuelven aún más peligrosos, los tres deberán aprender a sobrevivir entre el miedo, la pérdida y la desconfianza.

Mientras el pasado se desmorona a su alrededor, Valery descubrirá que la supervivencia no siempre significa seguir con vida: a veces significa tomar decisiones imposibles, y seguir adelante pese al dolor.
Su meta ya no es escapar.
Su meta es encontrar un lugar donde puedan dejar de correr.
Un lugar que puedan llamar hogar.

NovelToon tiene autorización de Cami para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

2

El rugido del motor del jeep era el único sonido constante en el denso silencio de la noche. Habían logrado salir de las calles más pobladas y ahora se encontraban en la carretera principal, una cinta de asfalto oscuro que se extendía hacia el campo.

Lo primero que notó Valery fue el alivio de la soledad. Todos los vehículos huían en dirección contraria: hacia el bullicio de la ciudad, donde esperaban encontrar refugios centralizados y la supuesta ayuda militar. Su padre, con su visión médica y su instinto de neurocirujano que analiza el riesgo, había elegido el camino menos transitado. Iban en contra del flujo y, por ello, estaban solos.

Pero la soledad pronto se agrió.

Valery miró la hilera interminable de luces rojas en el carril opuesto: cientos, miles de personas, familias enteras, dirigiéndose hacia la boca del lobo. Pensaban que estarían a salvo; se les había prometido seguridad. Su mente de dieciséis años conectó las piezas: los rumores, las noticias ambiguas, la insistencia en que todo estaba bajo control... Las autoridades, los medios, alguien con poder, les había mentido. Los habían ilusionado para enviarlos a una zona de exterminio.

Un escalofrío helado, que no tenía nada que ver con la temperatura exterior, la recorrió. Fue el primer momento de un asco visceral hacia la humanidad. ¿Cómo era posible tal maldad? ¿Cómo se podía traicionar la confianza de tanta gente, condenándolos a la matanza solo por el pánico? La inocencia se resquebrajó. El verdadero terror, pensó, no eran los monstruos que su padre había visto, sino las personas que mentían sobre ellos.

Ya llevaban cerca de una hora de viaje. La oscuridad era casi total, solo interrumpida por los faros del jeep.

Luka dormitaba inquieto en su regazo, con el dinosaurio verde apretado contra el pecho. Valery acariciaba su cabello y miraba por la ventana, concentrándose en las estrellas para no pensar en el horror que dejaban atrás.

Fue entonces cuando el cielo se rasgó.

Una explosión sorda, profunda y resonante, sacudió el ambiente a la distancia. A pesar de los kilómetros que los separaban, pudieron ver la luz anaranjada y temblorosa que se alzaba sobre el horizonte, justo donde sabían que estaba el centro de la ciudad. El fuego era inmenso, grotesco, iluminando el humo espeso que ascendía como un monumento a la catástrofe.

Su padre tenía razón. El pánico se había convertido en un ataque militar. No estaban rescatando; estaban eliminando.

Valery se sintió doblemente asqueada. Este era el mundo, entonces. Un lugar donde la solución a la enfermedad era simplemente borrar el problema y a todos los que lo rodeaban. ¿Estaban destinados a esto? ¿A que la humanidad se aniquilara a sí misma, con o sin el virus?

Su mente, habituada a la curiosidad médica, comenzó a formular preguntas urgentes, buscando el orden en el caos:

¿Cómo se contagiaba exactamente? ¿Era solo por mordida, como en las películas?

¿Habría diferentes tipos de zombis? ¿Podrían evolucionar?

¿Cómo era la transformación? ¿Era lenta o instantánea?

Pero al mirar a Luka, tan vulnerable en su regazo, supo que ese no era el momento para teorías o preguntas. Su padre ya estaba demasiado tenso al volante.

Se limitó a respirar hondo, protegiendo con su cuerpo el pequeño peso de su hermano. Miró el fuego distante, la luz de la traición, y se aferró a una única certeza desesperada: que llegarían pronto. Que al despertar, sus cuatro miembros seguirían juntos. Que juntos los cuatro podrían sobrevivir a esto.

El jeep avanzaba por la carretera, serpenteando entre las sombras de los árboles, cuando de pronto la luz de los faros iluminó una curva cerrada.

Dos figuras se recortaron en medio de la negrura: cuerpos tambaleantes, movimientos torpes y descoordinados, arrastrando los pies y balanceando los brazos de manera antinatural. Valery reconoció demasiado rápido lo que eran. Zombis.

—¡Papá, cuidado! —gritó, pero su voz se perdió entre el rugido del motor y el viento.

El padre giró bruscamente el volante para esquivar las criaturas, pero el jeep perdió tracción sobre la grava y resbaló hacia un letrero al borde del camino. El golpe fue seco, un crujido metálico que hizo saltar el aire dentro del vehículo.

Valery sintió cómo el jeep vibraba, cómo las mochilas y objetos se deslizaban de sus lugares. Sin pensar, instintivamente rodeó a Luka con sus brazos, protegiéndolo como un escudo humano.

—¡Tranquilo, Luka! —susurró, con la voz temblando pero firme—. Estoy aquí... no te pasará nada.

El jeep quedó inclinado sobre la cuneta, con el motor que ya no respondía, escupiendo humo y chispas.

—¡Tenemos que salir! —gritó su padre, golpeando el volante en vano—. ¡Rápido!

Valery y Luka saltaron del vehículo. Su madre recogía lo que podía de las mochilas: botiquín, linternas, algo de comida y agua. No había tiempo para nada más. Cada segundo contaba, cada respiración era un riesgo.

Afueras, los zombis tambaleantes se acercaban demasiado rápido. Su padre tomó un palo que había quedado entre la maleza y lo enterró en el abdomen del primer zombi que los alcanzaba. La criatura chilló, pero no cayó. Con un empujón, logró derribar a la segunda, mientras observaba horrorizado cómo otros dos caminantes aparecían bloqueando el camino.

Fue entonces cuando lo vio: su esposa se puso delante de los niños, empujando con sus manos a los caminantes que avanzaban. Su mirada era feroz, llena de determinación y desesperación. Valery no podía creerlo: la mujer que siempre había cuidado de ellos ahora arriesgaba su vida.

Un zombi logró morderla en el brazo. El chasquido seco resonó en la noche y Valery sintió un nudo en la garganta: su madre había sido mordida.

El padre después de matar al zombie atravesando su cerebro, ayudo a su esposa a levantarse agarró a Valery y Luka, y todos comenzaron a correr hacia el bosque cercano, alejándose del jeep destruido y de los caminantes. La madre, sangrando y tambaleante por la mordida, seguía con ellos el primer tramo, intentando despejar el camino mientras su familia avanzaba.

Entre el humo, el ruido y la oscuridad, lograron internarse lo suficiente como para ponerse a salvo temporalmente. El bosque ofrecía un respiro frágil, pero cada sombra, cada crujido entre los árboles, les recordaba que el peligro no había desaparecido.

Valery abrazó a Luka con fuerza, sintiendo el temblor de su pequeño cuerpo y recordando con horror la herida de su madre. Habían sobrevivido al primer enfrentamiento, pero el costo era evidente: la mordida en su madre era una amenaza constante que cambiaría sus vidas para siempre.

El apocalipsis no era un rumor ni un incendio lejano: estaba aquí, delante de ellos, y cada decisión que tomaran a partir de ahora podía ser la última.

1
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play