En una sociedad machista nuestra protagonista, Johanna Mendieta deberá elegir entre el amor y cumplir las expectativas de la sociedad. Conocerá a un hombre que le demostrará qué para el amor no hay edad.
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Capítulo 14
Después de un par de minutos cada uno subió a su auto y condujimos hasta mi casa. Una vez ahí, Antonio bajó de su vehículo y me acompañó hasta la puerta.
- Únicamente quiero decirte que voy a respetar tus tiempos y espero que cuando estés lista me des una oportunidad.
- Me siento muy halagada y aprecio que comprendas mi situación.
- Ten por seguro que siempre voy a ser comprensivo e intentaré ayudarte en lo que me sea posible y tú me permitas. Descansa, buenas noches- me da un beso en la mejilla.
- También descansa, buenas noches.
Espera hasta asegurarse qué entro a la casa. Una vez cerrada la puerta lanzó un profundo suspiro. Esta noche sucedieron demasiadas cosas.
Lo que hizo Mariela me preocupa y, por otro lado, está lo que sucedió con Antonio, eso me ilusiona.
Recordar esos besos me hace suspirar de nuevo. No me sentía así hace años. Creo que desde mi noviazgo con Enrique no tenía estas sensaciones.
Subo a mi habitación, hago mi rutina de skin care y me pongo una pijama cómoda.
No pude dormir bien y estoy levantada desde muy temprano. Sigo pensando en la mejor manera de habar con mi hija.
Espero que Enrique sea de ayuda y podamos hacer equipo para que está situación no se repita. El riesgo en él que se pusieron al asistir a esa fiesta e ingerir bebidas alcohólicas fue muy alto.
Me doy una ducha y me visto, quiero estar lista para cuando me llame Enrique.
Recibo un mensaje supongo que los niños ya están despiertos y me está avisando que vaya para allá.
📲 Hola, bonita. Buenos días.
El mensaje es de Antonio.
📲 Buenos días, Antonio.
📲 Imagino que hoy será un día complicado para ti, ¿será que mañana me aceptas una salida a comer?
📲 No sé si sea prudente, recuerda que aún no firmo mi divorcio. Quiero evitar habladurías.
📲 Sabes que la gente siempre va a hablar y no puedes dejar de vivir por ese motivo.
📲 Quizá tengas razón. Déjame pensarlo.
📲 Estaré esperando tu respuesta.
📲 Te escribo más tarde, ten un lindo día.
📲 Sería más lindo contigo a mi lado.
📲 😊
Limito mi respuesta a un emoji, por un instante me siento ridícula haciéndolo. La llamada de Enrique interrumpe mis pensamientos.
Me dirijo de inmediato a su apartamento. Al llegar me recibe Lusito qué al parecer se ha olvidado de su enojo hacia mí y se lanza a abrazarme y llenarme de besos.
- Cariño, te he extrañado mucho- digo mientras lo beso.
- Yo también mamá.
- Buenos días- saluda Enrique- pasa por favor.
- Buenos días.
- Luisito, ve a tu habitación por favor. Mamá y yo debemos hablar con tu hermana.
- Sí papá. Mamá, antes de que te vayas te quiero mostrar mi habitación.
- Claro, cariño. En un rato voy contigo.
Una vez que nuestro hijo dse haido pasamos al comedor.
- Después de que hablemos con Mariela me gustaría hablar contigo.
- También creo que tenemos asuntos que tratar.
- Ok, voy por ella.
Un par de minutos después regresa con nuestra hija que a leguas se nota que no tiene intenciones de hablar con nosotros.
- Hija, te exijo una explicación- le dice Enrique.
- Tenía ganas de ir a esa fiesta y sabía que no me darían permiso, así que me fui- explica con descaro.
- ¿Y consideras que fue correcto?- pregunto.
- Sí- responde levantando los hombros- me divertí mucho.
- Veo que no te das cuenta del riesgo en él que pusiste a tu hermano al dejarlo solo y el riesgo que tú y Regina corrieron al ir a ahí y beber sin control.
- Todos los jóvenes lo hacen y no les pasa nada y mi hermano estaba dormido y en un lugar seguro.
- ¿Qué habría sucedido si se despierta y al verse solo sale a la calle?
- Eso no sucedió mamá, así que no exageres.
- Mariela, no le hables así a tu madre- la reprende Enrique.
- ¿Después de lo que te hizo aún la defiendes?
- Los problemas entre tu madre y yo no te dan derecho a tratarla de esa manera.
- Son el colmo, pueden estar en plena guerra y se unen para fastidiarme.
- Esto no es para fastidiarte- le aclaro- lo hacemos por tu bien. Anoche pudieron pasarles cosas verdaderamente graves. Incluso Regina lo entendió y por eso me llamó.
- Te llamó porque es una chismosa, aguafiestas.
- Basta ya, Mariela. Estarás castigada; no habrá salidas con tus amigas, te voy a retirar el celular y a controlar el uso de la computadora- anuncia Enrique.
- Eso no es justo. Prefiero irme a casa de mamá.
- No, hija. Te quedas con tu papá y asumes las consecuencias de tus actos. Así volvieses a casa conmigo habría las mismas consecuencias.
- Son injustos, ustedes debieron de hacer cosas similares cuando eran jóvenes.
- Te equivocas, jamás hicimos nada parecido. Tanto tu madre, como yo siempre fuimos responsables. Además esto no se trata de nosotros, sino de ti.
- No saben cuanto los odio.
- Entrégame tu celular.
- Está en mi habitación.
- Ve por él.
Mariela regresa con el celular y lo azota contra la mesa.
- Sí lo rompes, no habrá uno nuevo- le advierte su padre- Ahora vuelve a tu habitación y reflexiona sobre lo que hiciste, si no cambias tu actitud habrá más consecuencias.
Ella se retira furiosa y nos quedamos solos.
- Quiero pedirte que desistas del divorcio.
- Enrique, no lo voy a hacer. Mucho menos después de lo que vi ayer.
- Eso tiene una explicación.
- Créeme que no la necesito. Eres tú quien debe entender que es absurdo seguir juntos.
- Tu actitud está relacionada con ese tipo, ¿verdad?
- Si te refieres a Antonio, la respuesta es un no.
- ¿Tienes o no una relación con él?
- Por el momento, no.
- Jajaja, vaya cinismo.
- No es cinismo, estoy siendo honesta contigo. Ambos somos libres de iniciar una relación con quien queramos.
- Te desconozco, Johanna. No eres la mujer con la quien me casé.
- No, no lo soy. He cambiado y tú también. Creo que deberíamos de estar más preocupados por buscar la mejor manera de ayudar a nuestra hija y no por darle vueltas a una situación qué no tiene remedio.
- Para mí es claro que nuestra hija se está comportando de esta manera por el daño que le está provocando el hecho de que quieras divorciarte.
- No voy a caer en ese chantaje. Ayer estabas besándote con otra mujer y hoy me pides que desista del divorcio, es absurdo.
- ¿Acaso estás celosa?
- Para nada, te repito que eres libre de relacionarte con quien tú quieras y para eso necesitamos estar divorciados.
- Tu insistencia solo me hace pensar que a quien le urge divorciarse es a ti porque quieres tener una relación con ese tipo.
- Puedes pensar lo que quieras, ya te expliqué mis motivos. Volviendo al tema de nuestros hijos, espero que encuentres a una persona de confianza que se quede a cargo de ellos cuando necesites salir. ¿Puedo pasar a ver a Luisito antes de irme?
- Claro, pasa.
Llamo a la puerta de la habitación de mi hijo.
- Pasa, mami.
- Cariño, que habitación tan bonita.
- Mamá, ¿papá y tú si se van a divorciar?
- Sí hijo, pero eso no cambia el amor que sentimos por ustedes y te aseguro que siempre serán nuestra prioridad.
- Me pone triste qué se divorcien.
- Cariño, llevamos más de tres años sin vivir juntos. No es como que las cosas vayan a cambiar mucho, ¿no crees?
- Mmm, es cierto mamá. ¿Puedo volver a vivir contigo?
- Claro, mi amor. Solo debemos hablarlo con papá.
- ¿Podemos hacerlo ya?
- Sí, vamos a buscarlo.
Regresamos al comedor donde se encuentra Enrique.
- Papá, ¿puedo volver a vivir con mamá?
- Sí, hijo. ¿Cuándo quieres volver con ella?
- Hoy, vendría contigo los fines de semana.
- Me parece bien, prepara tus cosas.
Luisito corre a su habitación.
- ¿Podrás manejar la situación con Mariela?
- Sí, no te preocupes. Te mantengo informada.
Mi hijo vuelve con su maleta y sus cosas para la escuela listas, se despide de su papá e intenta despedirse de su hermana más esta no le abre la puerta.
Mientras conduzco de vuelta a casa, mi hijo comienza a hacer preguntas sobre su hermana.
- ¿Por qué mi hermana actúa así, mamá?
- Está pasando por una etapa difícil que se llama adolescencia. No te preocupes, pasará pronto y volverá a ser la misma de siempre.
- Eso espero mamá, porque está insoportable. ¿Podemos ir al cine más tarde?
- Claro, hijo.
Con la llegada de Luisito, mis planes cambian y tendré que cancelar la salida con Antonio. Me siento un poco decepcionada, pero primero están mis hijos y espero que él lo comprenda.