Más Allá Del Altar.

Una semana de locos

Dios, esta ha sido una semana de locos.

Hace cuatro días obtuve mi título universitario. Antier regresé a Corea. Ayer pasé todo el día con Loren, ayudándola con los últimos preparativos para la boda y probándome el vestido de dama de honor. Estoy exhausta.

Desde el balcón de mi apartamento, observo la ciudad. Es un lugar ruidoso, pero esa energía caótica se mezcla perfectamente con el paisaje urbano. Hay algo hipnótico en ello, algo que me cautiva.

Sin embargo, el tiempo apremia. En una hora tengo una entrevista de trabajo en la empresa del Grupo Atlas. Decidí no pedirle ayuda a Loren con esto porque siento que es algo que debo hacer por mí misma. Más tarde, tengo otra entrevista con el Grupo Sul.

Salgo de mi apartamento justo cuando llega el taxi. Subo y me dejo llevar por el movimiento de la ciudad. Desde la ventana, observo a las personas apresuradas en las calles y un anuncio en una valla publicitaria que llama mi atención:

"En pocos días será la boda de la joven princesa de la familia Musk, la señorita Loren Musk, con Sebastián Gates, segundo hijo de uno de los empresarios más conocidos en toda Corea."

Sonrío al leerlo. Saco mi teléfono y tomo una foto de la valla. Se la envío a Loren con un mensaje:

"Toda Corea ya lo sabe. No te puedes echar para atrás."

Ella responde casi de inmediato:

"¡Jajajaja! Mejor así, que todos sean testigos de nuestro amor."

Sonrío otra vez al leer su mensaje, pero antes de que pueda guardar el teléfono, llega otro mensaje:

"Mañana en la noche es la cena entre las familias. No puedes faltar. Mamá y papá te extrañan mucho y ya quieren verte."

"Lo sé. Diles que mañana estaré con ellos."

Guardo el celular cuando el taxi se detiene frente al edificio del Grupo Atlas. Es imponente, con sus treinta pisos de cristal reflejando el cielo. Respiro hondo y entro.

En la recepción, una chica sonriente, muy amable, me atiende:

—Señorita, ¿en qué puedo ayudarla?

—Tengo una entrevista de trabajo en el área de negocios.

—Perfecto, ¿puede darme su nombre?

—Maite Villarreal.

—Por supuesto, señorita Villarreal. La entrevista es en el quinto piso. Pase por los ascensores.

Agradezco y me dirijo hacia el ascensor. Las puertas se cierran y respiro profundamente. Aquí vamos.

Unos minutos después, una chica sale de la sala de juntas.

—¿Señorita Maite Villarreal?

—Soy yo —respondo mientras me levanto.

Ella me observa de pies a cabeza antes de abrir la puerta.

—Puede pasar.

Dentro, encuentro a dos hombres de aspecto profesional y una mujer sentados a un lado de la mesa.

—Tome asiento —dice la mujer.

Me siento, intentando controlar los nervios mientras uno de los hombres comienza con la entrevista:

—Hablemos de su desempeño académico y dónde realizó sus prácticas.

Respondo con calma:

—Estudié en Inglaterra, en la University College London. Tuve un buen desempeño académico y me gradué con honores. Obtuve una beca completa para estudiar allá. Mis prácticas las hice en una empresa emergente llamada Lautel Girl. En mi hoja de vida está el contacto si desean referencias.

Revisan mi hoja de vida y, después de unos minutos, la mujer me hace otra pregunta:

—¿Por qué regresó a Corea? Y, ¿por qué eligió esta empresa?

Respiro profundamente antes de responder con una sonrisa:

—Regresé a Corea porque quiero estar más cerca de mi familia. Además, deseo crecer profesionalmente en el país que me vio nacer. Elegí esta empresa porque considero que es un lugar ideal para expandir mis conocimientos y desarrollarme en el área de negocios. Su enfoque en la innovación y el crecimiento global me inspira y me gustaría ser parte de eso.

Hacen anotaciones mientras guardan silencio. Puedo sentir cómo analizan cada palabra.

La entrevista termina después de unos minutos. Salgo del edificio con una mezcla de alivio y ansiedad. Decido almorzar algo ligero antes de dirigirme al Grupo Sul. Será una tarde ajetreada, y el cansancio empieza a hacer mella en mí.

Me llevo una mano a la sien, intentando despejar mi mente mientras avanzo hacia mi próximo desafío.