Diana es una chica de solo 20 años que, se ve comprometida con el que tiempo atrás fuera su novio, sin embargo ella se niega a casarse por que el es un mujeriego qué siempre le fue infiel durante su relación y es por eso que ella decidió terminar la relación. Sin embargo su padre debe una cuantiosa suma de dinero a causa de un negocio que salió mal y el se ve en la necesidad de comprometer a su hija con Roberto su ex novio a cambio de él pagar la deuda. Diana esta tan decepcionada y molesta que se va a un bar a beber y allí se encuentra con Mateo quien cambiara su vida por completo.
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Capítulo 10
Mateo le dijo que su recámara sería la qué estaba frente a la suya.
Para que acomodara sus cosas.
Diana no iba preparada para eso así que le pidió que la dejara ir por sus cosas a la casa donde rentaba, Mateo accedió sin poner ninguna traba incluso le presto una camioneta para que fuera.
Diana la tomó y se marchó, mientras conducía Diana pensaba como le diría a Tía Lulú, que ya no rentaría el cuarto pensó que ella se pondría muy triste al quedarse sola, ya que su hijo vivía en otra ciudad y ella hacía ya mucho tiempo estaba sola, Diana era la única compañía de Lulú.
Ambas se habían acogido una a otra como una abuela a su nieta Diana incluso sentía que la apreciaba más Tía Lulú, qué su propia familia.
Así que prefería pasar la mayor parte del tiempo con ella qué ir a su casa aun el fin de semana que Diana descansaba siempre se quedaba con ella la acompañaba a la iglesia y hacer sus compras la ayudaba a cuidar las platas qué tenía en su casa pasaban momentos muy agradables. Tía Lulú siempre le contaba de su hijo qué también era abogado. Pero él vivía en otra ciudad. Diana no lo conocía más que por lo que le platicaban la tía Lulú, Ya que casi siempre Tía Lulú era quien lo visitaba.
Bueno en algunas ocasiones él la visitaba, pero nunca habían coincidido.
Diana finalmente llegó a la casa, no era muy grande, pero era acogedora y muy bonita.
Diana se dirigió a buscar a tía Lulú y le dijo que había conseguido el trabajo del que le había platicado, que le pagarían muy bien y que podría ayudar a sus padres a pagar la deuda.
Diana se puso triste al decirle que tendría que, vivir allá porque el trabajo era cuidando a una anciana y que la ocupaban las 24 horas.
Le dijo qué sentía mucho tener que dejarla sola, que le agradecía mucho por el tiempo que la había hospedado y que vendría a visitarla cada que pudiera.
Tía Lulú la miro pensativa y después de un momento le dijo, que no se preocupara por ella, que era buen momento para aceptar irse a vivir con su hijo.
Ya que él hacía mucho tiempo que venía insistiéndole para qué se mudará con él, ya que al estar lejos le preocupaba qué algo le pudiera pasar; sin embargo, Lulú no había aceptado porque temía dejar desprotegida a Diana, ya que al irse tendría que cerrar su casa y diana no tendría a donde irse.
Pero ahora al ver que Diana había encontrado un lugar mejor Lulú ya no tendría nada que la detuviera en ese lugar.
Diana se sintió aliviada y el corazón se le lleno de ternura al escuchar a tía Lulú, lo que habia hecho era un gesto muy hermoso de su parte Diana la abrazo y echandose a llorar le agradecio por todo lo que hacia por ella.
A la vez se sintió tranquila, sabía que era lo mejor y que tía Lulú estaría mejor con su hijo.
Aun así Lulú sentía miedo dejar desprotegida a Diana y entregándole un juego de llaves le dijo.
- Mira quiero que conserves muy bien estas llaves son de la casa. Está casa solo la cerraré, pero nunca la venderé en ella conservo recuerdo muy bonitos de mi esposo, así que quiero que las conserves y si algún día no tienes a donde ir o si simplemente quieres estar un rato a solas siempre puedes venir a esta casa qué, te esperará con los brazos abiertos.
Diana las tomo y las apretó contra su pecho sabía que era algo muy valioso lo que le acaba de entregar, pues en ellas le entregaba un pedacito de su alma.
Diana le agradeció una vez más y entre lágrimas y risas ambas empacaron sus cosas, Diana empaco sus cosas en unas maletas y después alludo a tía Lulú, a tapar los muebles y ver que todo estuviera asegurado.
Pues al ver que Diana se iba Lulú no quería estar más tiempo allí así que le hablo a su hijo si podía recibirla al día siguiente, el cual encantado le dijo que sí.
Al terminar, ya era tarde Diana no había planeado demorar tanto, pero no podía solo irse sin ayudar.
Finalmente, Diana se despidió y le prometió qué iría a visitarla, así qué aunque fue una despedida triste y nostálgica, parecía que ambas tenían un mejor futuro.
En la finca Mateo estaba ansioso parecía león enjaulado daba vueltas en su recámara de vez en cuando miraba a la ventana esperando que Diana volviera.
Temía qué Diana se arrepintiera, maldecía por haberle permitido ir, pero sonaba tan sincera qué él no dudo de que fuera a regresar.
Ella le había dicho que volvía pronto, pero al ver que ya era tarde y no volvía, temía lo peor no sabía por qué estaba así, pero sentía como si hasta le costará respirar.
Después de casi media hora finalmente la camioneta en la qué se había ido Diana regreso. Al verla llegar Mateo bajo de inmediato para recibirla.
Era como si quisiera comprobar con sus propios ojos qué realmente fuera Diana y no alguien más.
Mateo ordenó que le ayudaran con sus cosas y el mismo cargo una maleta.
Diana acomodó solo unas cuantas cosa, aunque pensaba terminar, Rosario le recordó qué el señor Mateo la esperaba para cenar.
A sí que Diana dejo lo que estaba haciendo y se metió a bañar con tanto ajetreo había sudado mucho.
Diana seco su cuerpo y después de ponerse crema y loción, se puso un vestido casual y muy ligero con él cuál se sentía muy cómoda y un par de sandalias, acordé con el vestido.
Peino su cabello y tras mirarse una vez más en el espejo para comprobar que todo estuviera en su lugar, bajo a cenar Mateo trabajaba en su portátil y al escuchar qué alguien venía alzo la vista para encontrarse con Diana ambos se miraron a los ojos por un momento hasta que finalmente Diana bajo la mirada un poco apenada, pues no sabía como comportarse todo eso le resultaba muy incómodo.