Zulema de la Puente, tiene 25 años, y en poco tiempo ha sufrido una serie de desgracias que cambiaron su mundo, su padre murió, su madre está muy enferma, fue despedida de la compañía en que estaba desarrollando una carrera exitosa y su prometido Javier Belmonte canceló su compromiso.
Ahogada en los problemas, una noche bebió más de la cuenta, y para vengarse de su prometido durmió con su tío, Mathias Belmonte, un frío, pero apuesto hombre de 35 años, dueño de una de las más importantes fortunas del país.
¿Será Mathias un problema más grande para Zulema o será su Salvador?
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13. El Contrato
Mathías Belmonte le hizo algunas preguntas a Zulema De la Puente sobre su experiencia laboral previa, y detalles sobre las campañas publicitarias en que había participado, eso tranquilizó a Zulema, e hizo que ella se explaye maravillosamente, el hecho de que ella defendiera y explicara cada uno de sus proyectos le hacían brillar los ojos con intensidad poniendo más luminosidad a su rostro, y les daba seguridad a sus palabras.
Mientras Zulema hablaba, Mathías la escuchaba con atención, por alguna razón cada una de las palabras que salían de esos labios, que ahora llevaban un labial rosa claro, sonaban brillantes e interesantes; esa mujer tenía personalidad, tenacidad, fuerza y confianza; una extraña mezcla de belleza natural con inteligencia cognitiva y emocional. El CEO de Bella & Moda estaba embelesado, esa mujer provocaba en él muchas emociones y sentimientos, desde admiración hasta pasión.
Cuando ella terminó, Mathías le entregó una tablet desbloqueándola para enseñarle el nuevo producto que iba a lanzar la empresa; y le pidió que lo revise, ella miró atentamente, estaba terminando de revisar todo cuando levantó la mirada y se topó con aquellos ojos oscuros y penetrantes de Mathías Belmonte que la observaba con detenimiento, haciendo que una corriente de electricidad recorriera de cuerpo.
- “Como te habrás dado cuenta el producto es completamente nuevo e innovador, he decidido no trabajar con el equipo de siempre, porque quiero que la campaña sea y se sienta diferente a todas las que hemos tenido; (sacando unos documentos) este sería tu contrato, si lo analizas bien lo que necesito es un plan de marketing y toda la campaña publicitaria, tendrás un grupo de jóvenes talentosos a cargo para llevarlo a cabo. Escudriña con detenimiento el contrato, si te convienen los honorarios y los beneficios que se te da, si podrás llevar a cabo todo en el tiempo estipulado, según los hitos de presentación de los entregables”, manifestó Mathías mirando detenidamente a Zulema.
Zulema revisó el contrato, mientras Mathías observaba, le gustaban los pequeños gestos que hacia ella mientras leía, parecía que aquella pasión que descubrió en ella la ponía en cada una de las cosas que hacía.
- “No tengo problemas con los tiempos referentes a la redacción del briefing, la elaboración de la propuesta y el plan de medios; pero este podría incluir un tiempo diferente para la puesta en marcha, como es nuevo hay que tener en cuenta el target, el estudio de mercado, el timing, el presupuesto…”, explicó con detalle Zulema, escucharla hablar era una delicia para Mathías.
Le encantó a Mathías como Zulema se atrevía a negociar, no se había equivocado era una mujer de carácter, después de llegar a los acuerdos, llamó a su gerente de Recursos Humanos y le indicó los cambios, haciendo que ella esperara junto a él hasta que el gerente regresara con todos los documentos correctos.
- “¿Te sirvo algo mientras esperas?”, preguntó Mathías acercándose a ella.
Zulema sonrió y se alejó un poco, la cercanía de ese Belmonte la ponía nerviosa, cuando movía sus manos, involuntariamente las recordaba recorriendo su cuerpo con frenesí.
- “No, gracias, estoy bien así”, respondió Zulema.
- “Como gustes, tal vez después de que firmes el contrato, podríamos ir a almorzar para celebrar”, dijo Mathías.
- “¿Invita a almorzar a todo a quien contrata?”, inquirió Zulema.
- “¿Te incomoda mi presencia?”, replicó Mathías.
- “No, solo que cuando suscriba el contrato, tendremos una relación jefe y empleada, siendo una línea que no debemos cruzar. Le voy a rogar que olvide esa noche, no hagamos de esto algo incómodo”, expresó Zulema.
- “Eso es algo que no podré olvidar nunca, ¿tu realmente podrás?”, dijo Mathías acercándose tanto que casi no había espacio entre ellos, él sintió que ella se estremeció; “pero si quieres distancia no tengo problemas con ello”, agregó para luego alejarse volviendo a su escritorio, notó el gesto de decepción en el rostro de Zulema.
En eso ingresa el gerente de Recursos Humanos, Zulema se abanica con la mano, se había sentido acalorada de golpe; el gerente le acercó el lapicero para firmar el contrato; miró a Mathías, se dio cuenta que eso iba a ser una tentación constante, pero necesitaba el empleo, así que solo respiró y firmó; mientras Mathías estaba encantado de saber que de alguna manera la tendrá cerca.
Eso eran otros tiempos, donde la mujer se le daba valor por su pureza, pero también la culpa la carga Zulema por no ser sincera con la mamá, dandole a entender que conservaba algo que le arrebató el estúpido de Javier de la peor manera y no conforme ahora está tenido secciones de pasión con Matías😂🤭🤣