no me dejas explicarte lo que ocurrió, solamente crees en el palabrerío de la chusma- le dijo ella enervada.
¿qué mentira podrías tener para explicar por qué volviste tan tarde en la noche en brazos de mi hermano, dormida y toda sucia?- le reprocho con firmeza.
sacaste las conclusiones sin siquiera escucharme, no te detendré, al final la verdad no importa- los ojos le ardían, debía irse de ahí mismo antes de que la vieran llorar -escucha bien mis palabras, anulo nuestro matrimonio Eric Black, eres libre de la zorra y casafortunas que tenías de prometida- y sin decir una sola palabra más se alejó corriendo escaleras arriba y encerrandose en su habitación.
los presentes se quedaron impactados con las palabras recién escuchadas, una niña de 16 años había enfrentado a un hombre de 22 y le había cancelado delante de todo el mundo el matrimonio.
¿acaso realmente se daban por vencidos al amor?
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14
Los rayos de sol me despertaron ni bien empezaron a asomarse por la ventana, aún en mi mente estaban frescos los recuerdos del día de ayer, así que me pegue un baño rápido, me cambie y salí de nuevo al consultorio del doctor. Tenía una conversación pendiente con esa mujer cuyos ojos se habían quedado impregnados en mi memoria por tantos años.
Buenos días, vengo a ver un paciente- dije anunciándome en la entrada cuando llegue.
Un momento- dijo una voz masculina. De pronto salió un señor de unos 60 o quizás 65 años, tenía pelo canoso corto y era quizás de 1,70 de alto. Por sus vestimentas supe de inmediato que era el médico del pueblo -buenos días, caballero, si es tan amable dígame a quien busca- me dijo con una mirada cálida en su rostro.
Por la madrugada traje a un amigo, su nombre es Luis Lyon- dije serio.
oh si, ya se de quien habla, aún está durmiendo, pero puede pasar a verlo- me dijo indicándome la pieza donde se encontraba.
La habitación era pequeña, tenía una cama para el paciente, donde Luis roncaba a los cuatro vientos, también había una mesita de luz y una silla. Sobre la mesita había un florero con flores frescas y siendo sinceros era un lugar muy acogedor.
Es hora de despertar, querida bella durmiente- le digo golpeando despacio su pierna.
Teniente, perdón ¿qué me sucedió?- me dice intentando levantarse y puedo ver como se marea de repente y vuelve a apoyar la cabeza en la almohada.
Te embriagaste y tuve que traerte aquí- le explico mientras tomo asiento en la silla.
Lo lamento mi señor, aunque debo admitirle que hacía mucho tiempo que no dormía de esta manera, incluso soñe- me dice mirando por la pequeña ventana que había.
¿Y qué soñaste?- le pregunto curioso.
Que un bello ángel me cuidaba, me daba algo de tomar y acariciaba mis cabellos, era sumamente hermosa, aunque no recuerdo su rostro, pero si la amabilidad con la que me hablaba- me empiezo a incomodar, sé dé quien está hablando, así lo dejo solo un momento, necesito respuestas de ese médico.
Disculpe, necesito hablar con usted- le digo al médico a quien encuentro picando hierbas en un cuenco.
Dígame joven ¿qué desea?- me dijo sin levantar la mirada y concentrado en su trabajo.
Quiero saber de la joven que se encontraba a la noche cuando traje a mi compañero- le dije sin vueltas.
¿Qué desea saber sobre la joven Isabella?- deja lo que está haciendo y enfoca su mirada hacia mí.
¿Dónde vive? ¿Es casada? ¿Tiene hijos?- una tras otra salen las preguntas de mi boca.
Señor, disculpe que lo interrumpa, pero temas personales no puedo responder. Si desea hablar con ella trabaja todas las noches aquí haciendo la guardia- me dice acomodando sus anteojos y volviendo a su trabajo.
Son simples preguntas- le espeto ya medio enojado.
No me corresponde contestar a mí, no soy como la gran mayoría de los habitantes de este pueblo y la joven Isabella ya sufrió mucho como para que yo mismo hable a espaldas de ella- me dice y sé que nada más saldrá de su boca.
Doy media vuelta furioso y voy en búsqueda de Luis, espero que ya se encuentre mejor así puedo retirarme de este lugar antes de hacer una locura para recibir las respuestas que quiero. Iremos a comer y luego iré a ver a Lady Gisel.
Vamos, es hora de comer algo, luego iré a unos lados y tú puedes hacer lo que gustes- le digo ordenando que se mueva.
Si teniente, ya estaba listo para salir- me dice mientras termina de acomodarse la chaqueta. Al parecer hasta le lavaron y secaron su ropa.
Nos vamos sin despedirnos de nadie, llegamos al hotel, dejo que se vaya a bañar mientras lo espero en el restaurante que hay abajo, luego del almuerzo, me dirijo a la dirección de la casa de Lady Gisel. Luis ya me ha informado que va a ir al puerto a ver unos negocios que le interesaron y después va a pasear por el mercado, le dije a las 4 este en la dirección de Lady Gisel así pasa la tarde entre hombres.
Llegue bastante rápido a la casa, bah más que casa era una increíble mansión. La sirviente que me atiende, me mira de arriba a abajo y solamente muestra una cara de ¿molestia? ¿Asco? bueno en realidad no estoy aquí para llevarme bien con nadie.
gisel aparece por la parte de arriba de las escaleras, el vestido que lleva se ajusta de forma perfecta a sus curvas y levanta el lívido de cualquier hombre, aunque para mí va a ser más un desahogo.
Bienvenido, Lord Black. Venga por aquí- me dice señalando que suba, por suerte no tengo que dar muchas vueltas para conseguir lo que quiero.
Subo con cautela las escaleras, por mi mente pasan muchas preguntas ¿a cuántos hombre habrá traído a su propia casa? ¿Acaso se casó con un idiota que disfruta ser cornudo? O ¿será que el ser yerno del alcalde del pueblo es lo único que le interesa? No me interesan las respuestas que pueda llegar a recibir. Ahora solamente necesito poder liberar la frustración y el enojo de saber que la mujer que amo rehizo su vida como si yo nunca hubiese existido.
El momento dura un poco más de hora y media, sinceramente no soporto los aullidos de esta mujer y se me fueron las ganas de continuar cuando de repente se puso a fumar en la cama, un vicio bastante desagradable. Me visto bajo la atenta mirada de ella, dejo sin colocarme la chaqueta y sin acomodar mi pelo, ya me reharé la coleta que tenía. A todo lo que sale de su boca contesto con simples palabras si, no, bueno y me canso y salgo. Sé que pronto llegarán sus invitados y mi amigo. Pero me quedo helado en el principio de la escalera, pues abajo, ingresando por la puerta principal con el mismo niño que la vi hoy a la mañana, está ella, mi gran tortura.
¿quién es usted?- me pregunta el niño.
Comienzo a bajar lentamente los escalones sin responderle, me voy acercando a ella como un bicho se acerca a la luz. Estoy a menos de un metro de distancia y veo como ella me mira con asco y furia. El niño se pone entre nosotros y bajo la mirada para verlo de manera fría, pero ese mocoso me responde de la misma manera.
Le hice una pregunta, señor ¿qué hacía bajando de la planta alta donde se encuentra mi madre?- su pregunta me descolocó y cambio automáticamente de postura.
¿entonces no era su hijo?.
Sería maravilloso que Isabella no terminara kn él no la merece