Cuando la desesperanza te invade pueden soplar vientos de paz si encuentras el verdadero amor, esta verdad la comprobaron Estrella y Samuel, dos jóvenes que tienen un huracán de problemas pasados y presentes encima, pero con ayuda mutua logran salir adelante, aunque no se sabe si esten destinados a ser más que amigos.
Pese a que su padre ha sido acusado de un delito muy grave, entre ambos lucharán no solo para revelar la verdad, sino para curar todo el dolor que el mal tiempo dejó.
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Mi niña
Al comunicarse con el abogado Fernández, Estrella preguntó por sus padres.
Estrella: Buenos días, abogado Fernández, soy Estrella Vans. Le llamo para preguntarle por mi padre, ¿cómo va su caso?
Abogado: Estrella, qué milagro, ¿en dónde estás?
Estrella: Estoy en el país X.
Abogado: Ah, ¿En dónde exactamente o con quién?
Estrella: En casa de unas amistades, pero no se preocupe por mí, me encuentro bien. Dígame, por favor, ¿cómo va el caso de mi papá y porque mamá no se ha comunicado conmigo?
Abogado: Mira las cosas están complicadas, tu padre irá a juicio esta semana...
Estrella: ¿Qué? Eso no puede ser, creía que lo dejarían libre después de las investigaciones.
Abogado: Lo siento, también tu mamá está siendo investigada y está retenida en su casa, pero es libre de recibir visitas y hacer llamadas, así que no entiendo por qué no te ha llamado. Deberías regresar y ver qué está pasando.
Estrella: Trataré de comunicarme con ella, mi madre no ha hecho nada para que se le trate como a una delincuente.
Abogado: Me temo que ella también corra la suerte de tu padre. Las cosas se nos salieron de las manos.
Estrella: (muy alterada y emocional) No, no pueden mi mamá no lo soportará. Abogado no lo permita, por favor.
Abogado: Sí, haré lo posible, pero necesito dinero para realizar trámites, sabes que las cuentas fueron congeladas y la empresa dejó de funcioar, todo fue confiscado.
Estrella: Le depositaré a su cuenta, por dinero no se detenga y yo volveré pronto, si se logra comunicar con mamá dígale que llegaré pronto.
Abogado: Sí, es lo mejor por ahora que regreses.
Estrella empacó sus maletas y salió a buscar a don Robert, afuera estaba lloviendo fuerte, pero ella insistió en encontrarlo mojándose bajo la lluvia. Al encontrarlo le pidió que la llevara al aeropuerto y que le ayudara con sus maletas.
Don Robert: (sorprendido) Señorita, está muy mojada, ¿por qué quiere irse así de repente? ¿Ya lo saben los señores?
Estrella: Se los diré cuando entremos.
Don Robert: Está bien regresemos para que se cambie y no se enferme.
Al entrar don Robert pide a una muchacha de servicio que le pida a los señores que bajen que necesita hablar con ellos un asunto urgente. Al mismo, tiempo le dice a Estrella que se cambie.
Cuando bajan los señores don Robert les narra la situación, ellos se sorprenden, pues no saben lo que ha pasado. Cuando ven a Estrella bajar le piden que les cuente qué sucedió.
Estrella: Llamé al abogado de mi padre y me enteré de que mi padre va a juicio esta semana y mi mamá está retenida en casa con posibilidades de ir a prisión. Yo debo regresar, quiero ver a mi mamá antes que...(deja de hablar y llora desconsoladamente)
Doña Susan: (Ayudando a Estrella a sentarse) hija mía, cálmate no estás sola nosotros estamos contigo y no permitiremos que le pase nada a tus padres, nuestros investigadores y abogados ya están trabajando y pronto tendremos noticias.
Don Luis: Estrella, escúchame debes calmarte, no puedes volver ahora, seguramente correrás con la misma suerte que tus padres, es peligroso para ti regresar. Yo iré al país N y visitaré a tus padres, además llevaré al abogado Maltez conmigo.
Doña Susan: Sí, será mejor que por ahora trates de calmarte y duermas un poco.
Doña Susan llevó a Estrella a su habitación y se quedó con ella hasta que esta se durmió
A la hora del almuerzo don Luis y doña Susan le contaron a Samuel lo que estaba sucediendo, ellos decidieron que don Luis viajaría con el doctor Maltez, en tanto que Samuel se haría cargo de la empresa y contrataría a otro abogado que presentara el caso de la familia Vans a amparo de Derechos Humanos y a instituciones correpondientes del pais.
Por la tarde Estrella no bajó a cenar por lo que doña Susan fue a su habitación encontrándola con mucha fiebre. Llamó al doctor de la familia quien llegó en seguida, su temperatura estaba muy alta por lo que sería necesario darle un baño con agua fría. Así que doña Susan le ayudó a entrar al baño y quitarse la ropa, dejándola solo en ropa interior, después del baño le ayudó a vestirse y el doctor le aplicó medicamentos y un vial intravenoso. Según el galeno, Estrella se resfrió por mojarse bajo la lluvia, además tenía cefalea migrañosa debido al estrés provocado por su situación familiar.
Ella se quedó dormida por el medicamento aplicado, pero se debía controlar su temperatura así que Samuel se ofreció para ayudar a cuidarla mientras su mamá descansaba.
En la habitación silenciosa y oscura viendo a Estrella tan débil y sola a Samuel le invadió un profundo dolor, ella era tan joven y tan buena chica que no merecía sufrir así. Luego pensó en lo que habló con ella por la mañana y se sintió miserable, fue el primer beso para ella, era una niña pura e ingenua pero a él no le importó.
Samuel: (acariciando su mjilla) perdóname, mi niña, no he superado mi pasado y por eso tengo miedo de volver a enamorarme pero contigo es diferente, me siento en paz cuando conversamos o compartimos nuestro tiempo. Eres tan diferente a esas mujeres con imtereses mezquinos que siempre me rodean.
Así Samuel cuidó de Estrella todo la noche, arropándola o mojando sus labios con agua y tomando su temperatura, ya era de madrugada cuando regresó a su habitación para descansar un poco.