Mi Inocente Italiana

Emma iba subiendo las escaleras hacia la habitación de Vitaly, llevaba la copa y el vino, Iván quien en ese momento salió del salón de fiestas, vio a Emma, así que trató de alcanzarla, en el pasillo justo antes de tocar a la puerta, Iván la alcanzó.

_ Emma, espera un momento. Emma quien escuchó aquella voz, se detuvo, le había dolido mucho lo que Iván y Jimena habían dicho, ella se sentía atraída por Iván.

_ dígame señor

_ quiero pedirte que más tarde subas a mi habitación, necesito hablar contigo

_ señor, no podría hacer eso, si usted desea hablar conmigo puede hacerlo en la cocina, no quiero problemas con la señora

_ no lo tendrás, sabes, yo quiero que sepas que me gustas, y quiero pedirte que seas mi novia.

Emma no podía creer lo que escuchaba, hace un momento, él y su hermana hablaban mal de ella y de la dichosa apuesta, y ahora estaba como si nada pidiéndole tal cosa

_ joven eso es imposible, yo no podría fijar mis ojos en usted. Aunque al chico le gustaba, sabía que eso no podría ser

_ ¿Quién te dijo que no? Yo decido mi vida y si quiero una novia cómo tú, la puedo tener, no importa que seas la empleada de servicio de la casa de mi tía, me gustas y te estoy pidiendo que seas mi novia

La chica hizo silencio, no sabía que decir, quería decirle que lo escuchó hablar con la hermana, pero no sé atrevía a enfrentarlo, al otro lado de la puerta estaba Vitaly escuchando todo, él sabía que su primo era sinvergüenza y que sería capaz de aprovecharse de la inocencia de Emma.

_ no joven, no puedo aceptar, me disculpa pero debo llevar esto. Iván vió que Emma llevaba en su mano la copa y la botella de vino

_ y quién se atreve a pedirte traer cosas acá arriba, este lugar es solo de la familia y que yo sepa todos están allá abajo, dime con quién te estás viendo a escondidas. Iván estaba un poco tomado, y comenzó a molestarse y hasta celoso, a él le gustaba Emma, pero no quería aceptarlo delante de sus hermanas, él sabía como eran ellas.

Agarro a Emma fuerte de un brazo quería que ella le dijera que hacia allí

_ joven, por favor, suelteme me está lastima

_ no hasta que me digas con quién estás acá arriba, eres una cualquiera. Emma al escuchar aquello se sorprendió tanto que apretaba la copa con fuerza, no sabía si correr, o darle una cachetada, pero hacer tal cosa le traería problemas.

Vitaly al escuchar eso, abrió la puerta, y se le fue encima a Iván, él se sorprendió mucho al verlo, no sabía que Vitaly estaba en su habitación.

_ suéltala ya mismo o te rompo la cara. Iván la soltó, Emma comenzó a llorar

_ señor, no pasa nada

_ si pasa, escuche bien lo que te dijo este mal nacido.

_ suéltame

_ te dije que le pidas disculpas o verás de lo que soy capaz. Vitaly, era un hombre que no le gustaba el abuso, no iba a permitir que trataran mal a una mujer, y menos una inocente jovencita, que se le notaba su ingenuidad.

_ ahora te la quieres llevar a la cama y por eso la defiendes. En un abrir y cerrar de ojos Emma vio como Vitaly le dio un puñetazo a Iván que lo mando al suelo,

_ señor, déjelo, no vale la pena, si es cierto soy una sirvienta, pero usted sabe que no me venía a meter a su cama.

Vitaly, estaba muy enojado, él era un hombre que a la hora de tomar la justicia por sus manos, no le importaba agarrarlo y molerlo a golpes y desaparecerlo, pero al ver a Emma llorar y estar toda nerviosa, dejo a Iván en el suelo con el labio votando sangre

_ no te voy a permitir que le faltes el respeto, es una señorita, y tú no tienes por qué insultarla de esa manera, ahora te largas de aquí, o sabes que te puedo sacar y no me va a temblar la mano para desaparecerte. Iván al escuchar aquello se levantó y se fue molesto, él sabía que Vitaly era un hombre capaz de cumplir lo que decía, en algunas ocasiones vio cómo acababa con la vida de sus enemigos, era un hombre muy poderoso en Rusia, por algo era el temible Vitaly.

Vitaly, se acercó a Emma y le comenzó a revisar su brazo.

_ te duele?

_ no señor, gracias, pero creo que esto me va a buscar más líos con sus primos

_ no te preocupes, que de él me encargo yo, vamos entra,

Emma entró a la habitación, colocó la copa y el vino en una pequeña mesita, se quedó de pie con la cabeza agachada esperando órdenes de parte de Vitaly.

_Ven, siéntate, hazme compañía un rato

_ señor, si me quedo aquí, la señora Larisa me puede regañar, se lo diría a la señora Raisa y me pueden votar,

_ no, como crees, soy el hijo de la dueña de esta casa, y si hablo con mi madre no te va a despedir, ven siéntate aunque sea un momento.

Emma quien no estaba muy convencida, aceptó y se sentó, Vitaly abrió la botella de vino, y se sentó al lado de la chica.

_ desde cuándo trabajas aquí? No te había visto antes

_ hace unas semanas señor

_ dejarás de decirme señor?

_ no podría, a la señora no le va a gustar

_ te recuerdo que la señora es mi madre, soy su único hijo y soy su consentido. Ambos rieron

_ está bien, lo llamaré por su nombre cuando estemos a solas.

_ bueno está bien, al menos es algo.

_ usted casi no viene, llevo unas semanas aquí y no lo había visto

_ no, porque tengo mi propia mansión, mucho trabajo y no me gusta venir cuando mis primas y el idiota de Iván están aquí

_ no se lleva con él,

_ no, y tengo mis motivos, después te los contaré

Emma se puso de pie, y se despidió de Vitaly, iba a seguir atendiendo a los invitados.

_ señor me retiro, debo seguir atendiendo en la fiesta

_ señor? Y está bien, ve, después nos vemos, duermes aquí cierto

_ no, yo viajo todos los días, pero por motivos de la fiesta está noche me quedo ya mañana en la tarde regreso a casa, no me voy hoy porque, es peligroso andar de noche por ese lugar.

Después de esa pequeña, pero agradable charla Emma siguió con su trabajo, ya era muy tarde cuando los invitados, comenzaron a irse, Larisa dio orden de ir limpiando, tenían que dejar la mansión limpia.

La chica ya estaba agotada, los pies le dolían, habían dejado todo listo, Emma se fue a la habitación, había sido un día muy estresante para ella, le dolía mucho la cabeza, y por un momento sintió fiebre, se dio un baño y se metió a la cama, no se sentía nada bien.