NovelToon NovelToon
El Velo De La Mentira: La Novia Intercambiada

El Velo De La Mentira: La Novia Intercambiada

Status: Terminada
Genre:Mujer poderosa / Mafia / Traiciones y engaños / Novia sustituta / Romance oscuro / Completas
Popularitas:882
Nilai: 5
nombre de autor: AUTORAATENA

Jasmim y Jade son gemelas idénticas, pero separadas desde su nacimiento por un oscuro acuerdo entre sus padres: cada una crecería con uno de ellos en mundos opuestos. Mientras Jasmim fue criada con sencillez en un barrio modesto de Belo Horizonte, Jade creció rodeada de lujo en Italia, mimada por su padre, Alessandro Moretti, un hombre poderoso y temido.

A pesar de la distancia, Jasmim siempre supo quiénes eran su hermana y su padre, pero el contacto limitado a videollamadas frías y esporádicas dejó claro que nunca sería realmente aceptada. Jade, por su parte, siente vergüenza de su madre y su hermana, considerándolas bastardas ignorantes y un recordatorio de sus humildes orígenes que tanto desea borrar.

Cuando Marlene, la madre de las gemelas, muere repentinamente, Jasmim debe viajar a Italia para vivir con el padre que nunca conoció en persona. Es entonces cuando Jade ve la oportunidad perfecta para librarse de un matrimonio arreglado con Dimitri Volkov, el pakhan de la mafia rusa: obligar a Jasmim a casarse en su lugar.

NovelToon tiene autorización de AUTORAATENA para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 1

Jasmín y Jade son gemelas idénticas, pero separadas desde el nacimiento por un acuerdo sombrío entre los padres: cada una crecería con uno de ellos en mundos opuestos. Mientras que Jasmín fue criada con sencillez en un barrio modesto de Belo Horizonte, Jade creció rodeada de lujo en Italia, mimada por el padre, Alessandro Moretti, un hombre poderoso y temido.

A pesar de la distancia, Jasmín siempre supo quiénes eran su hermana y su padre, pero el contacto restringido a videollamadas frías y esporádicas dejó claro que jamás sería aceptada de verdad. Jade, por su parte, siente vergüenza de la madre y de la hermana, considerándolas bastardas ignorantes y un recordatorio de sus orígenes humildes que ella tanto desea borrar.

Cuando Marlene, madre de las gemelas, muere repentinamente, Jasmín necesita viajar a Italia para vivir con el padre que nunca conoció personalmente. Es cuando Jade ve la chance perfecta de librarse de un matrimonio arreglado con Dimitri Volkov, el pakhan de la mafia rusa: obligar a Jasmín a casarse en su lugar. Al fin y al cabo, son idénticas, ¿quién lo descubriría?

Pero Dimitri no es un hombre cualquiera. Frío, cruel e implacable, no perdona traiciones. Y cuando la farsa salga a la luz, Jasmín, la novia sustituta, será obligada a luchar por su vida en medio de alianzas mortales, mentiras, y un deseo peligroso que puede florecer donde menos se espera.

**EL VELO DE LA MENTIRA LA NOVIA CAMBIADA** descubre hasta dónde la crueldad puede llegar… y si el corazón de un monstruo puede conocer la misericordia.

JASMIN***

– El Último Adiós

Siempre supe quién era mi padre. Supe también que tenía una hermana idéntica a mí viviendo del otro lado del océano, en un mundo completamente diferente al mío. En cada cumpleaños, mi madre, Marlene, colocaba mi pastel sobre la mesa simple de nuestra cocina y decía: “Nunca estás sola, mi flor. Tu hermana sopla las velas del otro lado del mundo”. Yo creía en esas palabras como quien se aferra a un hilo de esperanza para no hundirse.

Nuestra casa en Santa Felicidade, barrio modesto de Belo Horizonte, nunca tuvo lujo, pero tuvo amor. Mi madre hacía milagros con lo poco que teníamos. Mientras muchos juzgaban nuestra simplicidad, ella me enseñó que riqueza no es lo que se compra, sino lo que se construye dentro del pecho. Y yo me orgullaba de eso más que de cualquier mansión o joya que jamás tendría.

Marlene era como un pilar: firme, resiliente e inmensamente generosa. Cuando yo llegaba de la escuela llorando por alguna pelea o comentario cruel, ella me hacía té de manzanilla y decía, con la serenidad que solo ella tenía: “La verdad, mi hija, es que la gente vacía se incomoda con quien tiene luz”. Ella nunca me mintió. Contó, aún pequeña, que mi padre era Alessandro Moretti, un hombre importante en Italia, que mandaba dinero todo el mes, pero que nunca me había abrazado ni una única vez. Contó también sobre Jade, mi hermana gemela, que vivía con él, y que yo solo veía por la pantalla fría de un celular.

Esas videollamadas siempre fueron extrañas. Jade sonreía para la cámara, pero sus ojos decían todo: desprecio, repulsa, vergüenza. Cuando la madre se acercaba para dar un “hola”, Jade rodaba los ojos como si fuera una carga tener que conversar con dos “bastardas ignorantes”, palabras que, más tarde, oí de ella misma en un audio que envió por error.

Aun así, mi madre nunca permitió que yo odiara a mi hermana. “El rencor te destruye más de lo que destruye al otro”, decía. Ella me crió para ser fuerte, pero también justa, para tener la lengua afilada cuando fuera necesario, pero jamás perder la compasión.

En aquella mañana cenicienta, sin embargo, nada me parecía suficiente para mantenerme de pie. Las paredes del velatorio hacían eco del sonido apagado de los lloros. Las coronas de flores exhalaban perfumes que me nauseaban. Cada abrazo de pésame era más pesado que el anterior. En el centro del salón simple de la funeraria, el ataúd con mi madre parecía surreal. Como si ella fuera a despertar a cualquier instante y reñirme por estar con el cabello despeinado, o preguntar si yo me había alimentado.

Pero ella no despertó. Y por primera vez en la vida, yo me sentí genuinamente sola.

Mientras sujetaba el borde del ataúd, mis manos temblaban. Miré a su rostro sereno, pálido, y las lágrimas turbaron mi visión. Susurré, con la voz fallando:

— Voy a ser fuerte, madre. Lo prometo… pero ¿cómo voy a conseguirlo?

El padre hizo sus últimas palabras, pero yo no conseguí prestar atención. Cada sílaba parecía hacer eco en un universo distante de mi luto. Amigos y vecinos pasaron para despedirse, apretando mi mano como si eso pudiera estancar el dolor que rasgaba mi pecho.

Cuando todos se fueron, quedé sola delante del féretro cerrado. El funcionario de la funeraria esperaba por mí, y necesité de coraje para dar el último paso. Toqué el ataúd una última vez, respirando hondo como si necesitara absorber el resto de fuerza que mi madre dejó en el aire. En silencio, prometí que jamás traicionaría quien ella me enseñó a ser.

Al día siguiente, mi maleta estaba lista. El pasaporte emitido a las apuradas, el pasaje comprado por Alessandro, que, por primera vez, entró en contacto conmigo directamente, pero de forma seca y burocrática. “Vendrás para Italia. Ya está todo resuelto”, decía el mensaje corto que me alcanzó como una orden.

En el aeropuerto, vecinos y colegas del curso técnico en enfermería aparecieron para despedirse. Entre abrazos y palabras de incentivo, sentí la presión de ser fuerte, de no desmoronarme. Pero dentro de mí, un nudo se apretaba. Yo estaba yendo a vivir con un hombre que solo me conocía por la pantalla de un teléfono y una hermana que me odiaba. En otro país, otra lengua, otra vida.

El avión despegó mientras el cielo de Belo Horizonte se teñía de tonos dorados por el atardecer. La ciudad que me vio crecer fue quedando cada vez menor por la ventanilla del avión. Mi corazón se partía a cada nube que pasábamos.

Recordé las tardes en que yo y mi madre nos sentábamos en el sofá rasgado de la sala, tomando café con pan pasado en margarina, conversando sobre mis sueños. Ella me decía que el mundo era grande, pero que yo no necesitaba encogerme delante de él. Que mi coraje debería ser mayor que mis miedos. Ahora, era hora de probar que yo era digna de cada lección que ella me dejó.

Cerré los ojos, sujetando con fuerza el dije en forma de cruz que era de mi madre, último regalo que ella me dio, y ahora mi único amuleto. Sabía que Italia me esperaba con personas que, a pesar de ser mi sangre, eran perfectos desconocidos. Y si yo quisiera sobrevivir, necesitaría ser tan firme como mi madre lo fue por mí.

Allí, suspendida en el aire a miles de metros del suelo, hice mi segunda promesa a la mujer más increíble que conocí:

— Madre, no voy a dejar que me destruyan.

1
Malu Enriquez
Que bien que se defienda si no le pasarán por encima siempre ☺️
Malu Enriquez
Y eso que son familia imagínate si fueran estarlos pobre jazmín lo que le espera
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play