Un día eres el soltero más cotizado, mujeriego y millonario y otro día te obligan a comprar una esposa.
Edward, pensó que lo tenía todo a sus veinticinco años pero le faltaba algo, una esposa, así que tendrá que comprar una o su fortuna se le irá de las manos.
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14.
[WOODY]
¿Qué hacía aquí?
¿Qué quería?
¿Para qué me buscaba?
¿Cuál era la necesidad de buscarme?
Y la última pregunta...
¿Qué necesita de mí? ¿Qué es lo que quiere de mí?
Lo puedo reparar con descaro una vez más:
Su cabello negro alborotado, unos mechones húmedos desenfrenados le caen a la frente, la misma ropa de oficina, con la diferencia de que su corbata está hecha un desastre y trae dos botones sueltos de su camisa blanca. No puedo evitar pensar y fijarme en que la ropa siempre le va a la medida, esta vez no es la excepción, su traje se le cierne al cuerpo, completamente impecable. Un reloj dorado adorna en su muñeca, la corbata...es gris, juraría que combina a juego con sus ojos.
Un momento...
¿Por qué he pensado eso?
Por alguna extraña razón, su cercanía y su presencia me está poniendo nerviosa.
La manera en la cual me mira...
Woody: ¿Edward...?.- pregunto en un casi susurro.
Él parece mirarme fijamente, como si me analizara de forma determinante. Al igual que parece estar tan concentrado en mí.
Él se acerca un poco más...
Sí, más de lo que debería.
Huele a alcohol, a espuma de afeitar y a chicle de frutilla.
Oh, no huele tan mal, de hecho huele bien, más que bien.
Edward huele delicioso.
Me da miedo admitirlo en voz alta y paso saliva por ello.
Sus ojos grises están clavados en mí.
En cámara lenta puedo ver cómo se inclina mientras arrastra una de sus manos lentamente hacia mi rostro sin romper el contacto visual el cual ya se está volviendo intenso. Una intensidad que no soy capaz de descifrar...
Su pulgar se posa sobre mis labios y estos arden al segundo por el más mínimo contacto.
¿Qué es esto y por qué me hace tragar grueso?
¿Por qué me acelera el corazón y porqué he dejado de respirar?
Su pulgar se desliza hacia mi barbilla lentamente, juro que estoy paralizada. Desciende hasta mi cuello, el contacto es cómo lava recorriendo grietas de un volcán, eso me asusta, nunca antes había sentido algo así, nunca antes alguien había hecho esto. Tocarme. Eso me aterra, me aterra el no poderlo parar, no puedo moverme, soy incapaz, es como si me hubiera congelado en el tiempo. Cómo si hubiera perdido todo tipo de movilidad.
Su pulgar sigue deslizándose debajo de mi barbilla hasta llegar a mi cuello. La piel me arde, me quema su contacto. Su mano se abre completamente hacia mi cuello para apartarme el cabello hacia atrás, Edward no rompe el contacto visual y yo no puedo hacerlo tampoco, no soy capaz.
Y entonces todo vuelve a suceder en cámara lenta, Edward se inclina aún más perdiendo su rostro en mi cuello, el contacto de sus labios contra mi fría y frágil piel consigue mandar una descarga eléctrica, un vuelco en mi estómago, una sacudida completamente, mi corazón bombea aún más rápido y mi respiración se corta completamente.
Vale, he dejado de respirar.
Sus labios se mueven un poco acariciando mi piel, su respiración me acaricia el cuello, la nuca y cada bello de mi cuerpo se eriza.
Sus labios acarician mi piel, juro que me arde todo, el más mínimo roce de ellos contra mi piel hace que me estremezca. Mis labios se entre abren un poco, el miedo me recorre en cada parte del cuerpo.
Sus labios empiezan a succionar mi piel lentamente de manera delicada, cuidadosa y tan precisa. Lo que me azota en ese momento aún no tiene nombre, no sé si es gusto, placer o miedo, quizás todo a la vez.
Me siento tan frágil, pero tan vulnerable a la vez.
Sus labios estampándose y recorriendo mi clavícula y luego mi cuello. No sé porqué estoy dejando que haga esto pero me siento tan impotente de no poder apartarlo, hacer algo al respecto.
Mis manos sudan y mis piernas empiezan a flaquear.
Edward deja mi cuello y se incorpora clavando sus ojos en mí una vez más. Siento que mi pecho sube y baja, no respiro y soy muda en ese momento.
No entiendo.
No pienso.
No escucho.
No siento nada más que mi cuerpo ardiendo y a la vez en un estado de vaivén.
Ya puedes respirar Woody.
No, no puedo. No sé cómo hacerlo, lo olvidé.
Edward rompe el contacto visual y me repara un momento algo desorientado, se pasa una mano por el cabello de manera algo frustrante y sin saber qué hacer o decir. Retrocede alejándose del porche para salir a grandes zancadas hacia un descapotable que reposa a unos pasos de la acera frente a mi casa.
El coche no se pone en marcha de inmediato pero Edward lo ha abordado, un segundo después es cuando se aleja de allí completamente.
¿Qué ha sido eso?
Mi mano se arrastra rápidamente hacia mi cuello dónde Edward besó, acarició lentamente con sus labios y luego succionó de manera sutil, delicada y precisa.
[EDWARD]
No, no, no, no, no, no.
¿Qué hice?
¿Qué fue eso?
¿Qué carajos acabo de hacer?
Me siento frustrado, hace calor, tiro de mi corbata arrebatándola completamente de mí al igual que me suelto dos botones más de mi camisa. Me paso la mano por el pelo, estoy frustrado, estoy...ardiendo. Mi corazón va a toda velocidad y mi entrepierna palpita tanto que siento que ya palpita en mis oídos. Me siento mareado, muy mareado, subo las escaleras de la casa en la total oscuridad y me encierro en la habitación, ni siquiera me tomo la molestia en darme una ducha en ese momento, lo primero que hago es soltarme el cinturón y quedarme completamente desnudo. Entre abro mis labios antes de cerrar mi mano en mi emoción.
***
Cómo todo un cobarde me desaparezco de la galería por una semana.
Sí, me acabo de ausentar.
Mason me ofrece un poco de su trago mientras se fuma un cigarrillo.
Lo rechazo, no más alcohol.
He tenido que mentirle a mi abuela, he tenido que hacerme el difícil y el mismo Edward malhumorado de siempre, lo cierto es, que no estoy de mal humor en mucho tiempo.
Mason: ¿Así que le has dicho que estás indispuesto?
Edward: Necesito una semana de descanso.- dije echando mi cabeza hacia atrás.
Las mangas de mi camisa están dobladas hasta los codos.
Mason: ¿Todo bien contigo, Edward?.- pregunta soltando el humo del cigarrillo por sus labios.
Niego.
Edward: No, no lo estoy.- negué suspirando con frustración y cansancio.
En efecto no lo estoy. No digo mentiras.
Mason: ¿Adivino?
Suspiré.
Me daba igual.
Edward: No se lo digas a Pool. O no habrá quién lo aguante.
Mason suspiró y torció sus labios un poco en una sonrisa astuta pero victoriosa a la vez.
Me sentí en la necesidad de decírselo. Mason era tan distinto a Pool, más pasivo, más comprensible y más tranquilo. Sabía escuchar, respetaba las decisiones y le gustaba opinar para bien sin decir guarradas. Le tenía tanta confianza, me sentía más seguro descargando mis líos con él.
Mason: Edward, Edward, Edward.- suspiró con algo de cansancio y nostalgia a la vez.___ ¿Quién es la afortunada en traerte tan jodido y rayado al mismo tiempo?
Edward: No lo sé, quizás es una tontería.
Mason: Ed.
Edward: No le gusto. Es lo que importa.- suspiré y le arrebaté el cigarrillo para darle una calada.
Mason: Oh mierda, si que estás jodido.- dijo en un tono burlón.
Lo miré rápidamente.
No estaba para risas ni nada.
Edward: Fui a buscarla borracho el fin de semana.- le solté. Él me miró y negó con cara de "no te creo".___ Lo sé, eso no habla bien de mi madurez.
Mason: Supongo que has vuelto a tener doce años.
Edward: No voy a negarlo.- lo admití fácilmente.
Mason: ¿Y luego qué?.- preguntó algo interesado.
Edward: Luego me largué a casa después de casi besarla.
Mason: ¿Y por qué no lo hiciste?.- encajó una ceja ligeramente.
Edward: Si la hubiera besado entonces no me habría contenido ¿Entiendes?.- dije algo frustrado en mis palabras.___ Me largué a casa, ni siquiera la ducha con agua fría me sirvió de algo.
Mason: ¿Eso qué significa? Un momento... ¿De solo tenerla cerca se te hizo una erección?.- abrió sus ojos cómo platos. Parecía tan sorprendido. No lo culpo. Es la primera vez que escucha algo así salir de mi boca, en el caso de Pool, Mason hubiera ignorado la situación.
Edward: Apenas pude quitarme el pantalón. Dolía mucho.
Mason: Oh por favor Edward.- dijo agarrándose la cabeza algo impactado.___ ¿Te...?.- abrió sus ojos, los cuales se salían de sus cuencas.
Edward: Si Mason, me corrí con solo haberle besado el cuello. Me corrí de solo tenerla cerca, de solo...- negué.___ Esto es algo que nunca antes me había sucedido¿Lo ves? Estoy mal.- digo con cierta impotencia recorriéndome por las venas.
Mason: Estás jodido tío.- negó dándole una calada a su cigarrillo.___ Al menos no te masturbaste.
Edward: No. No soy tan enfermo.
Mason: Alcanzaste a sostenerlo.
Volteé los ojos.
En realidad estaba lejos de ello, ya que, mientras conducía sentí cómo me descargaba, mis manos apretaron el volante y mi respiración se cortó completamente. No fui consciente de porqué había sucedido.
Ella despertaba deseos insanos en mí, quizás me atraía por lo fuerte que era su carácter en el rechazo y poca atención que había recibido.
¿Qué se sentirá sentirme amado por una mujer que al principio no ha sentido más que desprecio y poca importancia hacia mí?
¿Qué se sentirá tenerla entre mis brazos aún sabiendo que al principio fue difícil conseguirlo?
Sería un reto para mí. Y yo jamás desisto cumplir mis retos y metas.
Pero ella no era eso, yo sentía que no.
Al contrario, me atraía el doble ser rechazado y después amado con locura por alguien cómo ella. Qué con solo mirarme su mundo se haga pequeño donde solo exista yo, que con solo mirarme yo ponga su mundo de cabeza, que con solo tenerme cerca su corazón se acelere y su cuerpo pida más que un simple beso o una caricia, que con solo mirarme a los ojos los suyos se pierdan en los míos y que con solo mirarme sepa que solo existo yo para ella, yo y más nadie en el mundo. Yo quisiera ser su mundo entero si ella me da la oportunidad de serlo.
Quiero embriagarme en ella y quiero ser su debilidad, quién la ponga vulnerable con tan solo mirarla a los ojos, con tan solo tocarla o besarla sin necesidad de llegar a nada más. Yo quiero ser todo para ella, quiero ser de ella, quiero ser suyo.
¿Pero cómo puedo conseguir qué eso se vuelva realidad?
Edward: Dejemos el tema.- zanjé de inmediato. Ya no quería seguir hablando de ella, me sentía ansioso de solo pensarla.
Mason: ¿Por qué?.- encajó una ceja.___ ¿Porqué tú erección vuelve a aparecer entre tus pantalones?.- bromeó. De hecho no había dicho nada que no pudiera suceder.
Negué.
Tenía algo de razón.
Edward: Espero estés dispuesto a bajarlo.- bromeé.
Él se echó para atrás con una mueca.
Mason: Qué te jodan.
Solté una risilla.
Mason desapareció a contestar una llamada en lo que yo me quedaba al borde de la piscina. Estábamos en su departamento, habíamos bajado a la suite hace ya una hora.
Mi mente se pierde en ella por un momento.
Mi pulgar deslizándose por sus labios hasta bajar hacia su barbilla y luego su cuello, mi cara hundiéndose entre su cuello para repartir besos húmedos y fogases sobre su fría y sensible piel.
Woody olía a pureza, se veía tan frágil, tan vulnerable en el momento en el cual yo había succionando su piel.
Mis labios ardían sobre su piel, mis manos sudaban ante el fuego que me recorría por las venas, mis manos luchaban con con tocarla en ninguna otra parte de su cuerpo. Si lo hacía, si tan solo hubiera posado mi mano sobre sus caderas o tan siquiera su brazo, juro que no hubiera existido poder humano que consiguiera determe. Ni siquiera una horda de caballos salvajes podría conseguir que lo hiciera, que me apartara de ella completamente.
El deseo me estaba consumiendo en ese momento.
No sé qué me pasaba, ella tenía algo, sentía atracción, deseo y muchos pensamientos insanos nublaban mi juicio.
Pero entonces antes de poder hacer una tontería, me obligué a detenerme. Por su bien, por el mío, por el de ambos.