Despreciada y desterrada por su manada, traicionada por su Alfa, quien la acusó falsamente de infidelidad para proteger su orgullo, Cristal da a luz en secreto a sus adorables gemelos. El destino, sin embargo, la obliga a volver al mundo que la hirió, aceptando un trabajo para curar a un misterioso y frío Rey Lobo, un hombre que carga con una maldición y un corazón roto.
Mientras el Rey encuentra en ella una inesperada luz en su oscuridad, Cristal descubre un inquietante parecido entre él y sus hijos. Sus vidas se entrelazan de forma irreversible, justo cuando su pasado regresa con sed de venganza. Con su exmarido y la hija del Rey conspirando contra ella y sus hijos, la verdad oculta sobre el origen de sus gemelos sale a la luz.
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Capitulo 9:Mi Omega
El rey alfa estaba de pie junto a la ventana de su oficina. Su mirada clavada en los dos pequeños niños que corrían en el jardín. Se sentía incapaz de apartar la vista de ellos, de escapar de la paz que le proporcionaba observarlos. Su alfa en su interior le exigía ir hacia ellos. Pero no, eso sería cruzar la línea invisible que lo separaba, una que no podía permitirse cruzar.
—Tambien lo viste cierto?
El alfa se volvio hacia la voz detras de el. Lion detras de el tambien tenia la mirada clavada en los niños en el jardin.
—Ver que?
Lion volteo hacia el alfa. Su mejor amigo.
—Como que, que? No me digas que no lo haz notado.
—Notar que, imbecil. Habla.
Lion nego alejándose de el con las dos manos hacia arriba en señal de paz.
—Ya, ya, calma... te dire... acaso no haz notado el increible parecido entre los hijos de la omega... y tu?
El rey bufo incredulo.
—De que carajos hablas?
Lion asintio.
—Si los detallas de cerca es facil darse cuenta. El cabello azabache. Los ojos oscuros y achinados. La forma de la nariz... es que son una copia exacta de ti de pequeño, es imposible que no te hayas dando cuenta.
El rey volvió a posar su mirada en los niños en el jardín, sentados en calma al lado de su madre. Sus ojos se quedaron en la omega. Ya tenían un mes quedándose en el pasado. Un mes en el que el olor de la omega lo rodeaba todos los días. Sus días olían a violeta y vainilla. Eran dulces y cálidos. Y no comprendía porque aquel olor tan dulce lograba hacerlo sentir tan bien.
¿Por qué se sentía con tanta confianza como para permitir que la omega lo drogara con su aroma hasta hacerlo perder la razón?
Y es que era tan placentero. Tan adictivo como una droga. Se sentia incapaz de alejarse de aquel aroma tan dulce y hechizante. Asi mismo como se sentia incapaz de apartar la vista de los dos pequeños niños que la rodeaban como un escudo protector.
No había dedicado más palabras de las necesarias a la omega en el tiempo diario que pasaban juntos. Pero no porque no había querido, sino porque no era lo correcto. Incluso aunque lo deseara.
Por mas que habian durado un mes entero viéndose sin falta todos los dias. La omega seguia actuando nerviosa a su alrededor. Manteniendo una barrera invisible entre ellos, como si tuviera miedo de que el pudiera dañarla de alguna manera.
Y tenía razón. Era mejor seguir manteniendo aquella distancia, era lo correcto.
¿Pero tendría él, el valor de seguir aguantando?
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El cumpleaños del Rey Alfa había llegado y con el, la celebración a la que nadie podía faltar. Cristal se miraba en el espejo observando su vestido. Con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho. El reflejo del espejo le recordaba a una Cristal que ya no existía. Le recordaba a la Luna de las tierras altas.
¿Hace cuanto tiempo no llevaba ropas tan finas?
Ahora estaba siendo obligada a llevar aquella vestimenta. El alfa asi lo deseaba.
El lugar estaba lleno de Alfas y Omegas de otras manadas. Las personas hablaban y bebían manteniendo una conversación amena. Cristal se sentía fuera de lugar. Ella no pertenecía aquí.
Sus ojos siguieron a sus hijos junto a Gilmort en la mesa de postres y una sonrisa dulce se poso en sus labios.
—Cristal?
La mencion de su nombre la hizo voltear sorprendida. O talvez era el reconocimiento del dueño de aquella voz, del olor que la habia rodeado amenazante. Y entonces sus ojos se clavaron en el. Su antiguo alfa. Eishter estaba ahi, de pie a solo unos pasos de ella. Luciendo tan imponente como lo recordaba. Una linda jovencita de risos dorados colgada de su brazo. Sus miradas se clavaron en ella, recorriendo todo su cuerpo.
—Que carajos estas haciendo tu aqui?
Cristal se quedo en silencio, incapaz de decir alguna palabra. Porque de nuevo estaba ahi, atrapada en aquella manada, siendo juzgada por un crimen que no cometió. Siendo rechazada y abandonada por el hombre que habia jurado amarla. Su omega chillo dolida en su interior.
—Estoy hablando contigo? acaso eres sorda?
El hombre gruño molesto y Cristal salto en su lugar moviéndose hacia atras sintiéndose sumisa de nuevo ante la imponencia de aquel alfa.
—Mami...
El sonido de las pisadas de sus hijos la pusieron en alerta. Cristal se dio la vuelta mirando a sus hijos que llegaron a su lado abrazándola por las piernas.
—Mami tienes que probar el postre de chocolate, te encantara, es tu sabor favorito.
Cristal lo miro y asintio sonriendo. Intentando disimular los sentimientos que estaban arrasando con ella.
—Mami sucede algo?
Aiden poso su mano en su mejilla preocupado. Sus hijos por el lazo que tenian con ella, podían sentir sus sentimientos
Cristal nego en silencio intentando mantener la sonrisa en el rostro.
—No pasa nada cariño, todo esta bien.
—Mama?
Cristal volteo encontrando al alfa aun mas cerca de ella, tomo a sus hijos escondiendolos detras de ella protectora.
—Alejate de mis hijos—las palabras salieron de sus labios por instinto.
El alfa solto una risa burlona.
—Tus hijos... asi que te atreviste a dar a luz a esos bastardos, no eres mas que una cualquiera.
Cristal no tuvo tiempo de decir nada. Adrien se movio con rapidez empujando al alfa lejos de su madre.
—Deja a mi madre alfa tonto.
Eishter se movió hacia atrás molesto. Sus ojos se clavaron en el pequeño niño que lo miraba molesto y un gruñido escapo de sus labios.
Cristal se movio jalando a su hijo detras de ella nuevamente sabiendo de lo que el alfa era capaz.
—Alejate de mis hijos Eishter. Ya dijiste lo que querías decir, ahora vete. ¡Dejanos en paz!
El alfa la miro furioso. ¿Como se atrevia a hablarle de esa manera?
—Quien mierda te crees sucia omega?
Eishter se aproximó hacia ella. Cristal vio en cámara lenta su mano aproximándose hacia su rostro. Él iba a golpearla.
Cristal cerro los ojos protegiendo a sus hijos con su cuerpo. Se quedo esperando pero el golpe nunca llego. En su lugar un gruñido estruendoso silencio las voces en el salon. Sus ojos se abrieron y entonces lo vio. El rey alfa estaba de pie frente a ella, tomando la mano del alfa que iba a golpearla y entonces de sus labios salieron aquellas palabras.
—Como te atreves a levantarle la mano a mi omega? acaso quieres morir?
y por qué tengo la extraña sensación que esa omega no es su hija 😯
Espero que esos locos no le hagan nada a ella y los cachorros